Que los acuerdos se estanquen es el principal temor de los dirigentes gremiales, considerando además los problemas que tiene Enami, pues aún está a la espera de que Hacienda aumente el límite de endeudamiento de US$50 millones.
Incertidumbre, por lo menos, es lo que vive la pequeña y mediana minería del cobre tras conocer la renuncia el pasado martes del vicepresidente de Enami, Roberto de Groote, al dejar su cargo en plena reunión de directorio y ante la ministra de Minería, Aurora Williams. La razón sería por “motivos personales”, sin embargo, los dirigentes de las asociaciones gremiales de ese sector presumen que el trabajo del ex personero de Gobierno no iría en línea con los planteamientos ministeriales.
Tres ejes de acción son los que tiene por delante su reemplazante (de manera interina) Patricio Cartagena, quien hasta la semana pasada ejercía como fiscal de la empresa estatal: actualizar las fundiciones; la gestión de los recursos humanos; y las llamadas funciones críticas, que en términos simples es volver a internalizar ciertas actividades.
Enami terminó el año pasado con pérdidas y solicitó elevar su límite de endeudamiento en US$ 50 millones hasta US$ 300 millones, a ello se suma otra situación: el futuro de su Fundición Paipote (Región de Atacama), porque deberá invertir altos recursos para cumplir con la norma de emisiones al 2018.
Según la ministra Williams, tras la “inesperada renuncia”, el Gobierno continuará por revalorizar a Enami. “Esta no es una situación que nos esperábamos, sin embargo, respetaremos la decisión del señor De Groote. Esta lamentable noticia en nada claudica los objetivos que tenemos”, declaró.
SIN ACUERDOS
El presidente de la Asociación Minera de Chañaral (Región de Atacama), Slodoban Novak, quien además es director de la Sociedad Nacional de Minería, manifestó que “ya tuvimos la experiencia con el gobierno anterior (Sebastián Piñera), porque a la larga terminamos con varios vicepresidentes y con ninguno llegamos a un acuerdo sobre los problemas reales que tiene la pequeña minería y que también tiene Enami”. Y agrega que “con el poco tiempo que estuvo, tuvimos bastantes materias relacionadas que iríamos solucionando a corto plazo”, manifestó el dirigente gremial. Indicó que uno de los problemas de su sector es que “teniendo un precio del cobre que no es malo, los planteles de la empresa en la Tercera Región están totalmente desabastecidos”.
EMPRESA QUEBRADA
En la misma línea, y un poco más duro en sus argumentos, el presidente de la Asociación Minera de Taltal, de la Región de Antofagasta, Iván Pavletic, expuso que la renuncia de De Groote evidenció lo que “todos sabemos que si el Gobierno no autoriza las platas que requiere Enami estaríamos, prácticamente, hablando de una empresa quebrada”.
“Se encontró con graves problemas de manejo y de corrupción. Un ejemplo de esto último, es que en Taltal se descubrió que falta en su stock 200.000 toneladas de mineral. Y no es que se las robaron, sino que fue tan malo el manejo que guardaron metales que no tenían ley”, argumentó Pavletic, quien aseguró que esto se viene desarrollando desde 2006.
Insistió en que si Enami continúa con sus altos costos y malos tratamiento, más sin contar con ejecutivo que lideren la empresa estatal, los únicos perjudicados son los pequeños mineros. “A esperar que llegue un nuevo vicepresidente, que luego se vaya y todo empiece de nuevo”, declaró.
A su vez, la Asociación Minera de Cabildo (Región de Valparaíso) quedaría con sus proyectos estancados, según explicó su presidente, Nelson Saavedra, pues “no sabemos con que actitud va a llegar el nuevo vicepresidente ejecutivo. Esto genera incertidumbre en el sector”.