Sin que se haya confirmado aún la agenda oficial, sí se confirmó que su llegada a la Argentina será el viernes 18 de julio. También estaría asegurada la firma de los contratos de financiamiento para las represas y el Belgrano Cargas. Expectativas en El Calafate por posible videoconferencia.
Al frente de una delegación integrada por 200 empresarios, el presidente de China Xi Jinping llegará finalmente al país el próximo 18 de julio (y no el 19 como inicialmente se había informado) en el marco de una gira latinoamericana que también lo llevará a Brasil, Venezuela y Cuba.
De acuerdo a lo que se sabe, tanto las cancillerías como las cámaras empresariales de ambos países están cerrando los últimos detalles de una visita que ha despertado mucho interés en el país, sobre todo por la importante delegación empresarial que llegará acompañando al Primer mandatario chino.
Según se supo, la delegación se dividirá en cuatro grupos, el primero y más numeroso, será integrado por unos 102 empresarios que representan a unas 80 pequeñas y medianas empresas de ese país, que llegarán al país en forma conjunta con el presidente Xi. Estas empresas integran el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional.
Se sabe que la Cámara de Comercio argentino-china organizó una ronda de negocios el 19 por la mañana en el hotel Intercontinental y también se realizarán diversos encuentros empresariales bilaterales.
Este encuentro con el empresariado argentino será el primer contacto que mantendrán y se aseguró desde la Cámara argentino-china que los asiáticos están interesados en vinos, productos alimenticios y maquinarias para productos alimenticios.
El segundo grupo son los representantes de unas 30 empresas estatales grandes que vienen al país con el propósito de comprar principalmente soja y productos alimenticios.
Las represas
Lo que más interesa a Santa Cruz y donde se tiene puesta la mirada, es en la llegada, dentro de esta comitiva, de los representantes de instituciones financieras como el Banco de China, el ICBC y el Banco de Desarrollo de China.
Al igual que el cuarto grupo que está compuesto por empresarios de compañías especializadas en equipos e infraestructura de energías limpias.
Así se espera que el punto central de la visita del presidente Xi será el momento en el que, junto a la presidenta Cristina Fernández, firmen los acuerdos para el financiamiento de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, sobre el río Santa Cruz.
A su vez se espera que el ministro de Economía Axel Kicillof, y el ministro de la Comisión y Desarrollo de China, firmen por su parte el acuerdo para reestructurar y modernizar el ferrocarril Belgrano Cargas. Los dos acuerdos serán financiados por el Banco Chino de Desarrollo.
Cabe recordar que la obra hidroeléctrica tiene un presupuesto de U$S 4.714 millones. Si bien algunos trascendidos señalan la realización de una videoconferencia con El Calafate o con Piedra Buena (ver nota aparte), zona de afectación de las represas, para poner una simbólica piedra fundacional, esto aún no está oficialmente confirmado, como tampoco el lugar y hora de la firma del convenio de financiamiento.
El presidente de China, Xi Jinping, quien llegará el sábado próximo al país en visita oficial, afirmó que entre sus objetivos de política exterior en la región está el de llevar la asociación estratégica entre Buenos Aires y Beijing “a una nueva altura”.
Xi fue consultado sobre el nivel de desarrollo de la asociación estratégica entre China y la Argentina, y los ámbitos prioritarios para la cooperación binacional en la próxima etapa.
Al respecto, contestó que “a lo largo de las más de cuatro décadas transcurridas a raíz del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y la Argentina, con los esfuerzos aunados, los lazos bilaterales han experimentado un desarrollo sostenido y acelerado. Hoy, China y la Argentina se han convertido en íntimos amigos de confianza mutua y en buenos socios de igualdad y beneficio mutuo”.
Previo al encuentro en Buenos Aires con Xi Jinping, la presidenta Cristina Fernández coincidirá con el mandatario oriental en una cumbre que se llevará a cabo el miércoles en Brasil entre los países Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y los de la Unasur, en Brasilia.
“El año pasado me reuní en un encuentro bilateral con la presidenta Cristina Fernández al margen de la cumbre del G-20 en San Petersburgo y efectuamos un profundo intercambio de opiniones sobre cómo reforzar los intercambios y la cooperación que ambos países desarrollan en las múltiples áreas”, recordó.
“De ese encuentro todavía guardo recuerdos frescos. China aprecia la adhesión argentina al principio de una sola China y respalda los reclamos soberanos de la Argentina sobre las Islas Malvinas”, remarcó el presidente chino.
Cooperación económica
“Nuestra cooperación ha arrojado resultados fructíferos en las áreas de recursos naturales y energía, agricultura, construcción infraestructural y financiamiento, trayendo tangibles beneficios a los dos pueblos. Asimismo, el intercambio cultural y humano adquiere mayor diversidad en constante profundización del entendimiento mutuo y amistad entre las dos partes”, destacó Xi.
En ese sentido, subrayó: “Tanto China como yo en persona concedemos alta importancia a la asociación estratégica entre China y la Argentina. Estoy a la expectativa de realizar un profundo intercambio de puntos de vista con la presidenta Cristina acerca del desarrollo de la agenda bilateral y los otros temas de interés común y trazaremos juntos un plan maestro para las relaciones bilaterales”.
Ello, “con vistas a potenciar el intercambio y cooperación en las diversas áreas, promover un crecimiento equilibrado y estable del comercio bilateral, y elevar el nivel de la cooperación mutuamente beneficiosa en materia de inversión productiva y construcción infraestructural, con el objetivo de llevar la asociación estratégica entre China y la Argentina a una nueva altura”.
Las palabras del mandatario de la segunda economía mundial fueron difundidas a través de una entrevista con medios de América latina a la que accedió el matutino porteño La Nación.
El presidente de China, Xi Jinping, tiene un serio problema: quiere acabar con la corrupción administrativa en su patria. Luego de tomar el poder, Xi prometió acabar con "los tigres y con las moscas" que saquean las arcas chinas aprovechando su acceso al poder. Para Xi, no hay deshonestos pequeños.
El problema es que entre los "tigres" parecen figurar miembros de su familia. Y como la mujer del César no debe solo parecer honesta, sino además serla, el presidente chino ha intentado mostrar que habla en serio exigiendo a sus familiares liberarse de bienes obtenidos de manera dudosa, o entregárselos al menos a testaferros.
La economía china es más compleja que la venezolana, donde algunos partidarios del socialismo con rostro humano han usado Cadivi, Pdvsa, el Banco Central y otras instituciones como si fueran su alcancía personal. Aunque el partido Comunista chino asegura defender el legado maoísta, lo cierto es que su economía es capitalista a ultranza. Inclusive, para acelerar la adquisición de plusvalía ha incorporado novedosas técnicas de mercadeo, como el trabajo infantil.
Una vez se consiga la plusvalía suficiente, seguramente las condiciones laborales mejorarán para el resto de la población. Hasta se estudia la posibilidad de eliminar la mano de obra esclava.
En enero del año pasado, poco después que Xi asumió la presidencia, su hermana mayor Qi Qiaoqiao y su cuñado, Deng Jiagui, vendieron un 50 por ciento de sus acciones en una empresa de inversiones de Beijing, informaron medios de prensa de Hong Kong. La compañía de inversiones había sido creada por los familiares de Xi en sociedad con un banco propiedad del estado. Obviamente, no todos los chinos pueden tener acceso a los directivos de un banco estatal chino. Pero es muy fácil para los enchufados, especialmente si pertenecen a poderosas familias de la nomenclatura china.
Xiao Jianhua, un financista multimillonario que fundó la empresa de inversiones y adquirió las acciones a la hermana y al cuñado del presidente chino, dijo a The New York Times que esa venta de acciones formaba parte del esfuerzo de la familia del presidente para abandonar el negocio de las inversiones. Y una vocera del señor Xiao añadió que Qi y su esposo Deng hicieron ese sacrificio "por la familia".
En dos años, Qi y Deng vendieron acciones en por lo menos 10 empresas, la mayoría en los sectores de minería y de bienes raíces, señaló el diario. Por su parte Bloomberg News dijo que los capitales vendidos, liquidados, o en ocasiones transferidos a socios, ascendían a centenares de millones de dólares. Al mismo tiempo, los registros financieros señalan que tanto la hermana mayor del presidente, como su cuñado, y su hija Zhang Yannan, conservan todavía algunas decenas de millones de dólares en acciones y en bienes raíces en otras empresas.
Las manos limpias
Si el presidente chino quiere limpiar sus establos, necesitará que otros miembros de su familia imiten a su hermana mayor y a su cuñado. Pues la intención de Xi es arremeter contra la yugular del exsecretario de seguridad Zhou Yongkang, uno de los hombres más poderosos de China, quien fue arrestado en diciembre pasado. Sólo la honestidad más absoluta puede hacer creíble su intención.
El acto del Presidente chino es como el de un equilibrista en la cuerda floja. Por una parte, debe acabar con sus enemigos políticos. Pero, al mismo tiempo, necesita proteger a las familias de sus aliados. Ding Xueliang, profesor de ciencias políticas en una casa de estudios de Hong Kong, dijo que, según le dijeron funcionarios chinos, Xi ordenó a su familia que se quitara de encima sus inversiones, o por lo menos, consiguiera parapetos más difíciles de descubrir. "Si Xi no hace eso", dijo Ding, "le resultará muy difícil exigir a otras familias que muestren una mayor autodisciplina".
The New York Times calcula en miles de millones de dólares los bienes acumulados por las familias gobernantes de China durante la pasada década. La mayoría de las inversiones son en las áreas de la minería, la infraestructura y la vivienda. Se trata de propiedades estatales que fueron privatizadas.
El diario dijo que por lo menos cuatro familias entre los nueve miembros del Politburó del Partido Comunista chino que gobernó el país entre 2007 y 2012 controlaron, cada una de ellas, inversiones superiores a los 150 millones de dólares. Eso incluye a familiares del actual presidente chino, del ex primer ministro Wen Jiabao, del señor Zhou y de Jia Qinglin, quien ocupó el cuarto lugar en la jerarquía del partido Comunista.
Otra de las razones de que Xi quiera mostrar el rostro lavado de sus familiares es la creciente desigualdad en los ingresos de los ciudadanos chinos, muy superior a la de vecinos como Japón, Corea del Sur y Taiwán, economías sólidamente capitalistas, y que nunca intentaron mostrar un rostro más humano. El contraste entre la desigualdad de la mayoría de los chinos y las familias gobernantes puede ser explotado por los descontentos.
Pero si el Pesidente chino está obligando a sus familiares a vender acciones y propiedades por muchos millones de dólares, nadie sabe qué ha ocurrido con sus bienes. Su hermana mayor y su cuñado empezaron a vender acciones en la empresa de inversiones Qinchuan Dadi Investment Company a partir de 2012. Es una empresa que ha prosperado de manera increíble paralelo al ascenso de Xi en la jerarquía comunista.
Qinchuan fue creada en el 2007, pocas semanas después que Xi fue incorporado al Politburó del partido Comunista. En esa época, las inversiones de la compañía fueron de 2,7 millones de dólares. Cuatro años después, llegaban a 156 millones de dólares.
Nadie cree que el Presidente chino tenga algo que ver con la prosperidad de la compañía Qinchuan, o con la riqueza de sus familiares. Pero además de la esposa del César, la otra persona que necesita no solo aparentar honestidad, sino demostrarla, es el propio César.