Más dudas que certezas ha causado en el mercado al anuncio realizado la semana pasada por el ministro de Energía, Máximo Pacheco, quien señaló que a fines del próximo año comenzarán a llegar a Chile los primeros envíos de gas desde el terminal de licuefacción de Sabine Pass, en EEUU.
La falta de información ha llevado a los analistas internacionales a especular sobre su factibilidad y sus reales alcances. El sitio interfaxEnergy.com publicó un extenso artículo señalando que no había podido confirmar la operación con ninguna de las empresas involucradas (ENAP, BG y Cheniere), ni tampoco con el gobierno, y especuló que podía ser “un malentendido” o derechamente una “equivocación” de la autoridad.
La semana pasada, Pacheco señaló que durante la gira organizada por la cartera -donde se conocieron las instalaciones del terminal propiedad de Cheniere- la estatal había alcanzado un acuerdo con BG para estar entre los primeros países que recibiera envíos de gas no convencional -conocido como Shale Gas- desde ese terminal.
“El primer puerto que va a entrar en operación para exportar shale gas de EEUU es Cheniere y uno de los primeros embarques de exportación viene para Chile (...) es un buen resultado de las negociaciones y conversaciones”, dijo el secretario de Estado. No obstante, el titular de la cartera se abstuvo de revelar detalles acerca de los volúmenes, precios y plazos del acuerdo.
Las dudas
En tanto, fuentes cercanas a ENAP señalaron que la noticia los tomó por sorpresa, pues el directorio de la firma no tenía conocimiento de las tratativas con BG ni del anuncio.
Asimismo, otras fuentes confirmaron que la estatal ha recibido una serie de consultas de parte de inversionistas para requerir más detalles de la operación, sin obtener mayor información que la disponible en los medios. La estatal estaría preparando una declaración al respecto, la que se daría a conocer esta semana.
El tema habría escalado hasta las oficinas de la británica BG, la que habría enviado una carta al titular de Energía para clarificar los alcances de su anuncio.
Las dudas del mercado tienen relación con los términos en que se habría acordado el contrato entre ENAP y BG, ya que en la renegociación de 2012 -y que permitió a la británica acordar nuevos precios y al pool de consumidores lograr volúmenes adicionales de GNL- se habría establecido explícitamente que el gas no vendría de un sólo proveedor, sino de un portafolio de ellos, para evitar que se repitiera la situación ocurrida cuando los envíos desde Egipto se interrumpieron por motivos de fuerza mayor, argumento que utilizó BG para llevar a Endesa, Metrogas y ENAP a renegociar los acuerdos.
A ello se suma que en la ampliación del terminal de Quintero -que sumó otros 5 millones de metro cúbicos al día- la estatal no tomó completa la proporción que le correspondía, lo cual limitaría su capacidad para tener más gas en la zona central.