El fortalecimiento del rol fiscalizador de Cochilco ha sido una de las medidas adoptadas recientemente por el Ministerio de Minería que más se han destacado. Y es que este anuncio se enmarca en un contexto donde las dos mineras estatales que deben ser supervisadas por la entidad -Codelco y Enami- se encuentran en una compleja situación.
En cuanto a Codelco, el Ministerio de Hacienda aprobó una capitalización inicial de US$ 200 millones con cargo a las utilidades obtenidas en 2013. Cifra que se sitúa muy por debajo de los US$ 1.200 millones que demandaba la Corporación. Y si bien el Gobierno anunció que enviará el tercer trimestre de este año un proyecto de ley para establecer un mecanismo de capitalización plurianual de la compañía, también advirtió que cualquier nueva entrega de recursos estará sujeta a una positiva evaluación de la gestión administrativa de la empresa.
Lo anterior no es menor si se considera que Codelco tiene que solventar su plan de estructural al 2021 por US$ 25 mil millones. Más aun, cuando se toma en cuenta que la Corporación elevó su costo directo (Direct Cash Cost) de producción hasta un peak de US$ 1,811 la libra el último trimestre de 2012. Y aunque la estatal ha ido disminuyendo ese nivel hasta un US$ 1,596 la libra el primer trimestre de 2014, éste sigue siendo alto.
Enami, en tanto, registró pérdidas por US$ 67,7 millones en 2013. Situación que contrasta con la necesidad de adecuar la fundición Paipote a la nueva normativa ambiental sobre emisiones de fundiciones, que entró en vigencia en 2013 y que da como plazo para ello cinco años (2018).
La ministra de Minería, Aurora Williams, estimó esta semana que lo más probable es que la empresa exhiba nuevamente pérdidas en 2014 y que la necesidad de inversión para Paipote es del orden de US$500 millones, lo que ya está en evaluación y se debería zanjar en agosto o septiembre próximo.
Enfatizó que la prioridad es lograr transformar los stocks de minerales de Enami en efectivo, pues existe un gran stock ubicado en espacios geográficos donde no hay plantas, por lo cual están haciendo un análisis de costos para el traslado del mineral o buscar una minera privada que pueda hacer esa labor y así poder exportar. En ese marco, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Nacional del Cobre (Cochilco), Sergio Hernández, evalúa el mayor foco que tendrá el organismo sobre estas dos compañías.
¿Por qué se decidió potenciar el rol fiscalizador de Cochilco sobre las mineras estatales?
El primer elemento de la recuperación del rol de fiscalización es entender que si nosotros supervisamos bien Codelco y Enami, estamos mirando estas empresas no solo como productoras, sino que como parte de un modelo de desarrollo político económico minero en Chile integral. Modelo que tiene tres grandes ejes: la minería estatal productiva, Codelco eficiente; la minería pequeña y mediana, apoyada fundamentalmente por Enami; y la minería privada nacional y extranjera grande y mediana. Entonces, cuando nosotros fiscalizamos, estamos protegiendo no solo que Codelco y Enami sean eficientes en su gestión, sino que estamos protegiendo algo más grande, que es la estabilidad del modelo de política de desarrollo minero en Chile, que sin estos grandes ejes se puede caer a pedazo".
¿Por qué razón se puede caer a pedazos?
Porque toda la gran minería entregada a manos privadas, le quita al país un elemento super importante que tiene relación con tener en vista la producción del cobre del mundo, que fue nuestra riqueza estratégica por muchas décadas. Hay razones estratégicas, por las cuales Codelco pertenece al Estado y tiene que ser eficiente. Además, si Codelco no estuviera en el Estado, habría mucha gente que deslegitimaría la producción privada en minería y eso no es bueno. Gracias a que Codelco está en manos del Estado, también hay una cierta legitimación del desarrollo minero privado. Y gracias a que Enami puede sostener el desarrollo de la pequeña y mediana minería, no hay concentración económica en las grandes compañías mineras.
¿De qué forma se va a concretar?
Esto lo han entendido muy bien nuestros profesionales que recuperaron la capacidad de trabajo y la confianza de que Cochilco es una institución que no va a desaparecer, como lo querían hacer en el gobierno anterior, sino que todo lo contrario, es super importante para el desarrollo minero del país. La Unidad de Fiscalización y de Evaluación de Inversiones están a pleno trabajo y además, necesitamos 12 profesionales más. Estamos pidiendo que nos entreguen presupuesto. Nosotros necesitamos algo así como unos $700 millones más de presupuesto al año, lo que significa no más de un aumento del 17%; y solamente en las áreas de Fiscalización y Evaluación de Inversiones. Lo necesitamos, porque nunca en la historia de Chile, Enami proyectaba US$ 900 millones y Codelco US$ 25.000 millones de inversión en los próximos años. Usted comprenderá que con el mismo personal que evaluaba inversiones 10% del equivalente a esos montos, no podemos funcionar eficientemente como institución.
En ese sentido, ¿Cual es su lectura de Codelco?
Codelco para estar bien necesita que vaya siendo más eficiente en la evaluación de los proyectos y los recursos necesarios para invertir en esos proyectos, porque es una empresa que más o menos los problemas que pueda tener, funciona bien. Es eficiente y ha reducido los costos el último tiempo, con bastantes dificultades. si bien es cierto tiene un problema financiero hoy día en que está pidiendo autorización de un poco mayor de endeudamiento de Hacienda, su leverage -relación de deuda/patrimonio - no es malo, es bueno.
¿Y Enami?
Enami tiene el gran problema que no es solo por la gestión que ha tenido pérdidas el último tiempo, sino porque como tiene la obligación de comprar minerales para fomentar al sector y no tiene la capacidad de procesamiento de todo lo que compra. Desde luego la carga financiera para mantener el stock de minerales es importante y ha afectado su caja y resultados. Y lo otro que lo afecta es que, además de los US$ 8 millones que le aporta el Fisco en fomento , financia con su propias operaciones, con sus propia caja, el fomento de un sector minero, que pueden ser US$ 10 millones a US$ 20 millones al año, lo que explica que tenga ciclicamente algunas pérdidas, porque se le exije mucho más que a una empresa. Entonces, para evaluar a Enami, hay que evaluar sus resultados de y los resultados del sector que apoya.
Usted hablaba de tener una mirada del modelo de desarrollo minero en Chile. Ante esto ¿Cómo ven que el costo directo de las mineras en Chile supere a sus pares peruanas?
Claro que estamos preocupados. Por eso la Agenda de Energía está interesada en diversificar las fuentes de generación y distribución eléctrica con el objeto de que el costo de la energía, que es el segundo más alto en el mundo en minería, baje. Por ejemplo, es el doble del costo que en Perú. Y también, la mano de obra especializada en Chile es más cara que en Perú. Entonces, allí tenemos dos factores de competitividad que nos preocupan. Lo de la mano de obra tiene su motivo en el desarrollo económico del país y de la capacitación de nuestros profesionales. Pero lo de la energía, no tiene mayor razón, sino que de una gestión de política pública que tiene que mejorar. Pero Chile otras ventajas muy importantes. Que es su historia de respeto a la inversión extranjera, a los tratados internacionales, a los contratos. Su fortaleza institucional que viene de 200 a años.