Las empresas especializadas en desarrollos técnicos que instalan equipos de GNC van por todo. Ya acapararon gran parte del mercado automotor popular, especialmente aquellos que utilizan el vehículo para ir a trabajar y recorren miles de kilómetros en el mes, pero ahora están apuntando a otro segmento, con mayor poder adquisitivo: el Premium.
Si bien la mayor apuesta de las compañías sigue siendo impulsar el gas como combustible para el transporte de mercaderías y pasajeros, en los camiones y colectivos de larga y corta distancia, por lo pronto los investigadores y expertos avanzan en los equipos de sexta generación, que entre otros adelantos permiten la instalación y el buen desempeño en rodados con seis y ocho cilindros.
Hugo Lamy, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Equipos de Gas (CAPEC) explica que “hay muy pocos vehículos que trabajan con naftas a inyección directa; esta es una tecnología que en gas recién se está empezando a estudiar para poder hacerlo”.
A pesar de que estas pruebas están concentradas en el viejo continente, los resultados de a poco van cruzando el Océano Atlántico. De hecho, un taller ubicado en La Plata, Provincia de Buenos Aires, que comenzó sus actividades en el rubro en el año 2003, San Ruiver S.R.L, ya lo expone en su portal web, como opción para los clientes.
Se desprende que serían más caros que los de quinta generación. Estos últimos se pagan entre 13 y 14 mil pesos con un tubo que brinda una autonomía aproximada de 80 kilómetros, dependiendo de las condiciones de circulación.
Según averiguó este medio cuesta conseguir cilindros con capacidad para almacenar más de 10 metros cúbicos procedentes de importación. Hay en oferta más pequeños, de fabricación nacional, que según aclara Lamy “son de muy buena calidad” y se han ganado la confianza de los consumidores locales.