Las potencias emergentes del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) crearán su propio banco de desarrollo, con funciones similares a las de otras instituciones internacionales en las que estos países no se sienten bien representados, anunció ayer Rusia. Pero lo más relevante será la conformación de un fondo de divisas por u$s 100.000 millones para evitar crisis cambiarias.

La creación de este nuevo banco de desarrollo figura en el primer lugar de la agenda de la cumbre que los BRICS celebrarán en Brasil el 15 y el 16 de julio. Este banco, cuya sede estará en Shanghái o en Nueva Delhi, tendrá un capital inicial de u$s 10.000 millones, pero su capacidad de préstamo podrá llegar a los u$s 100.000 millones, anunció el ministro ruso de Finanzas, Anton Siluanov. "Durante la cumbre vamos a decidir la creación de un banco y de un fondo de divisas", dijo Siluanov, quién agregó que cada país aportará u$s 2.000 millones en los próximos siete años. El ministro indicó que el banco, especializado en la financiación de infraestructuras, estará abierto a otros países miembros de la ONU, pero que la parte de los BRICS será superior al 55%.

En lo que respecta al fondo de divisas, Siluanov anunció la firma en la cumbre de un "acuerdo marco" no vinculante. Esta especie de "mini-FMI" que preparan los BRICS debe aportar un colchón de protección de u$s 100.000 millones contra las fluctuaciones de los mercados: 41.000 millones aportados por China, 18.000 millones por India, Brasil y Rusia, cada uno, y 5.000 millones por Sudáfrica. Pero a este respecto solamente será firmado la próxima semana un "acuerdo marco" no vinculante, según Siluanov. Si acabara por concretarse, este mini-FMI "cambiará las cosas", estima el economista Charles Robertson, del banco de inversiones Renaissance Capital. "Sudáfrica o India tendrían acceso a enormes reservas de cambio y ello les permitiría resistir" y hacer frente a una crisis de sus mercados. "Un banco de desarrollo no tiene tanto interés" ya que "existe gran cantidad de bancos de este tipo" y su tamaño es modesto, añade el economista. Sin embargo, "es interesante porque se tratará de la primera institución multilateral que probablemente esté basada en China", matiza. Para Rusia, el tema es muy simbólico ya que la crisis ucraniana ha aislado a Moscú en el escenario internacional, y excluida del G-8 está al borde de la recesión debido a la amenaza de sanciones internacionales contra su economía.