A un 7,6% llegó la tasa de desocupación en la Región de Coquimbo durante el trimestre móvil marzo-mayo 2014. Con este resultado se ubica en el lugar 14º en relación a la tasa nacional de desempleo, sólo por sobre Bío Bío.
En el análisis anual, particular atención merece la pérdida de puestos de trabajo que ha registrado la Explotación de minas y canteras. Para el trimestre móvil marzo-mayo 2013, los ocupados en este rubro alcanzaban los 44.600, mientras que en el mismo periodo, pero de 2014, esta cifra llega a 36.880, es decir, una reducción de 7.720 empleos.
Juan Carlos Sáez, presidente del Consejo Regional Minero de Coquimbo (CORMINCO) señala que como entidad hace más de un año ya venían advirtiendo que la actividad minera iba a tener un frenazo, un descenso “y eso principalmente es debido a factores que son externos. Al haber una baja muy fuerte en el precio de los metales inmediatamente paran los proyectos de exploración y eso significa que todas las compañías que proveen servicios, que son muchísimas, paran su actividad y esos son cientos de miles de puestos de trabajo que pueden perderse”, precisó.
Además, dice Sáez, en este decaimiento han influido otros factores internos que hacen que en este momento se produzca una detención de los proyectos de inversión en las compañías mineras. “Esos proyectos como la expansión de planta, sobre todo en las compañías de mediana minería, afectan inmediatamente, porque también tienen que ver mucho con el movimiento de contratistas, de obras civiles, de construcción, en acero y se nota que hay una baja considerable y una readecuación de las planillas de trabajo de cada una de esas compañías”, indica.
Otro factor que ha influido en esta desaceleración, sostiene el dirigente gremial, es que ha debido efectuarse un reacomodo al interior de cada una de las compañías mineras “tratando de reducir sus costos lo más posible, debido principalmente al impacto que ha tenido primero el costo del recurso humano, segundo el costo de la energía y tercero todos los problemas asociados a las nuevas leyes tributarias que no son claras y para un empresario minero invertir en el mediano o largo plazo se hace difícil en este momento”, recalca.
Respecto a cuándo se avizora una recuperación para la actividad, el presidente de Corminco señala que se mantienen muy optimistas “porque los commodities son una necesidad del mundo, pero es una economía cíclica. Esperamos que en algún momento los precios para el 2017 o 2018 vuelvan a estabilizarse de nuevo, pero significa que vamos a tener que lidiar con estos años de vacas flacas y adaptarnos a eso”.
Pero no todas son malas noticias en la zona, pues por años actividades como la construcción y la agricultura debieron enfrentar la migración de mano de obra hacia la actividad minera, situación que ahora podría estar repuntando y así lo develan las cifras.
De hecho, para el trimestre móvil marzo-mayo de 2013, los ocupados en el rubro de la construcción llegaban a 30.770, mientras que en el mismo trimestre de 2014 se elevan a 37,740.
En opinión de Freddy Bermúdez, presidente de CChC La Serena, “eso se explica por el impacto que han tenido algunas faenas mineras como Pascua-Lama, donde trabajadores calificados han retornado a nuestro sector. Esto trae dos escenarios: Una alta demanda que no sabemos si podrá ser cubierta en el mediano plazo y una presión por continuar con los proyectos trazados para este año”, indicó.
En cuanto a las perspectivas para los próximos meses, el dirigente manifiesta que si bien en materia de empleabilidad se mantienen fuertes “el escenario ha variado desde inicios de año, prueba de ello es el Índice de Expectativas Económicas donde los niveles están llegando a rangos similares a los de inicios de la crisis de 2008. Como empresarios de la construcción hemos redoblado los esfuerzos por capacitar a nuestros operarios, por lo que tememos que gente que ha optimizado su conocimiento quede con menos opciones de trabajo y disminuya la calidad de vida propia y de su familia”.
En este sentido, enfatizó que durante la crisis subprime de 2009, en el primer periodo de la Presidenta Michelle Bachelet, hubo un incentivo para la continuación de proyectos y conservación de la mano de obra. “Ello implicó que faenas que no tenían cómo seguir adelante, contaran con el respaldo empresarial. Si el panorama sigue cayendo deberemos sentarnos a conversar con el Gobierno para generar ese tipo de vínculos y no ser testigos de un aumento de la cesantía”, puntualizó.
Por otra parte y contrario a lo que se podía pensar dados los efectos de la sequía en la zona, la agricultura también registró un leve repunte anual, aumentando de 38.670 ocupados que registraba entre marzo y mayo de 2013 a 39.470 puestos de trabajo en el mismo periodo de 2014.
Según declaró Juan Francisco García, secretario ejecutivo de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN), esta alza no los sorprende “debido a que viene a confirmar que la agricultura, pese a estar atravesando por la peor sequía de la historia, sigue siendo competitiva y contando con un significativo número de puestos de trabajo. Esto da cuenta del enorme potencial que tenemos como sector productivo”, dijo.
Respecto de lo que se viene para el 2014, agregó que “somos optimistas respecto al aumento de trabajadores agrícolas en lo que queda del año, sobre todo considerando que en los meses de junio y julio comenzaron las podas, y posteriormente paltos, cítricos, hortalizas y uva de mesa demandarán una cantidad importante de temporeros y temporeras”, precisó García.