*Presidenta del Senado
Ya no hay argumento ideológico que sea capaz de contrarrestar los beneficios empíricos demostrado por Codelco, Enami y ENAP para el bien de Chile. Por ello, quiero insistir en la necesidad de fortalecerlas.
Aunque aún quedan algunos sectores de la sociedad chilena que miran con recelo la existencia de empresas públicas y le asignan un rol exclusivamente subsidiario al Estado, es necesario destacar la importancia y poner en valor el significativo aporte que realizan estas empresas al desarrollo del país. Si bien operan en el mercado, su objetivo va más allá de la mera obtención de utilidades para un grupo reducido de accionistas.
Reconocer este aporte resulta estratégico para el país, en especial para el sector de la minería y energía. En la Comisión de Minería y Energía del Senado, tanto directivos como trabajadores participan regularmente, poniendo de manifiesto lo relevante de mantener y fortalecer a las empresas del Estado, en particular Codelco, Enami y ENAP.
Es importante enfatizar cuál ha sido, es y será el aporte de estas empresas al desarrollo nacional: un desarrollo inclusivo y sostenible, que armonice viabilidad económica con la preservación del medio ambiente y el respeto y participación de la comunidad, para las empresas de todos los chilenos.
He sido sistemática en declarar la necesidad de capitalizar a Codelco para que siga siendo la empresa productora de cobre más grande del mundo, y cuente con recursos permanentes que le permitan enfrentar los desafíos presentes y futuros, en materia comercial, ambiental y de seguridad.
Es importante enfatizar cuál ha sido, es y será el aporte de estas empresas al desarrollo nacional: un desarrollo inclusivo y sostenible, que armonice viabilidad económica con la preservación del medio ambiente y el respeto y participación de la comunidad, para las empresas de todos los chilenos.
Cabe recordar que Codelco entre el 2008 y el 2012 entregó al Fisco más de 26.200 millones de dólares, con los cuales se financian las políticas sociales que benefician a cientos de miles de chilenos. Por ello es tan relevante que Codelco pueda implementar su plan de proyectos estructurales Ministro Hales, Nuevo Nivel Mina El Teniente y Chuquicamata Subterránea.
Chile como país minero no sólo debe velar por la sostenibilidad del sector de la gran minería, sino también debe garantizar el desarrollo de la pequeña y mediana minería. Para ello es necesaria una institucionalidad que así lo permita. En este sentido, Enami juega un rol insustituible como lo demuestra la práctica para todo el “pueblo minero”: son más de 1.000 los emprendedores mineros que encuentran en Enami un poder de compra que les permite la sostenibilidad económica de su mineral.
La tarea de esta empresa del Estado no se termina con la compra, procesamiento y venta del mineral al mejor precio posible en beneficio directo de los productores, sino que también se compromete con el fomento y desarrollo productivo del sector, beneficiando a la comunidad con la que convive territorialmente.
Así, Enami provee de apoyo para una producción segura, para el desarrollo de capacidades competitivas, asistencia técnica, asesoría a los pequeños productores en su planificación minera, entre otros apoyos. Como lo he dicho antes “Sin Enami, el sector de la pequeña minería no existiría”.
Por todo lo anterior, es que resulta fundamental dotar a Enami de los recursos humanos, financieros y tecnológicos que sean necesarios, para que pueda seguir contribuyendo al desarrollo de miles de familias chilenas, que dependen fundamentalmente de la buena gestión que esta empresa del Estado realice, en cada uno de las plantas procesadoras y por supuesto, de la fundición.
Asimismo, me parece importante incorporar a Enami en esta triada de empresas públicas que merecen ser destacadas, y nos exigen como chilenos que pongamos especial atención en su desempeño y a su vez, todos contribuyamos a su desarrollo y fortalecimiento.
A la Empresa Nacional del Petróleo poco o nada se le ha reconocido su aporte en la contención de la crisis energética del gas, en el año 2008. Fue esta empresa del Estado la que sostuvo el suministro de combustible en la matriz energética, asumiendo el costo financiero que ello supuso para el país. No está en la naturaleza de una empresa del sector privado aceptar esta carga ni tampoco para una empresa pública; sin embargo, razones que van más allá de las señales del mercado permiten y obligan a empresas estatales a involucrarse en soluciones que aporten al bien común.
Aquí radica la importancia táctica de la participación de empresas estatales en sectores estratégicos del país. Creo que ya no hay argumento ideológico que sea capaz de contrarrestar los beneficios empíricos demostrado por estas tres empresas públicas para el bien de Chile. Por ello, quiero insistir en la necesidad de fortalecerlas, cada una a su nivel de requerimiento y, que todas y todos asumamos este desafío de país.