Las materias primas han enfrentado el segundo trimestre del presente año con rendimientos dispares entre si. Sin embargo, el índice de materias primas de Bloomberg, se contrajo por segunda semana consecutiva ante las fuertes pérdidas en cultivos como el maíz y la soja, además de las materias primas básicas, como el azúcar y el café Arábica.
Misma situación ocurre con el precio de los metales preciosos, el cual operó con repuntes pese a la adversidad ocasionada por el relevante dato entregado por el informe de empleo en los Estados Unidos, el que fortaleció al dólar y al mismo tiempo incrementó el rendimiento de las acciones y los bonos.
La energía cayó por tercera semana consecutiva a medida que las preocupaciones relativas a Irak se diluyeron y, en paralelo, dos importantes puertos de exportación libios reiniciaron sus tareas comerciales después de un bloqueo que se extendió por un año.
Por su parte, las materias primas industriales, encabezadas por el níquel y el cobre, fueron las principales ganadoras. Este comportamiento representó un incremento del cobre por tercera semana consecutiva. Las señales continuadas de mayor crecimiento para los principales consumidores mundiales, China y Estados Unidos, coincidente con un momento de caída de inventarios, lograron la ruptura de la resistencia técnica para lograr un máximo de cuatro meses.
En tanto, el paladio fue otra materia prima beneficiada ya que su cotización aumentó a un máximo de trece años, lo que se debió a altas expectativas de fuerte demanda continua por parte de la industria automotriz. Todo ello después de una huelga de cinco meses en Sudáfrica, el segundo productor más grande de paladio tras Rusia. Según fuentes de confianza y alta credibilidad, el déficit en la oferta llegaría a una cifra récord este año, debido a una combinación de la fuerte demanda industrial por convertidores catalíticos y la demanda en la inversión a través de fondos que cotizan en bolsa, respaldados en el metal, los que han logrado nuevos máximos.
Así también, la oferta de futuros de ganado en los Estados Unidos continúa en alza debido a la escasez. Los estadounidenses pagaron el precio más caro de la historia por su parrillada del Día de la Independencia. El incremento de las sequías en Texas, el máximo productor junto con California, forzó a los productores a reducir la dimensión de sus hatos. Además, el duro invierno de este año redujo los pastos disponibles y obligó a la eliminación de ganado en las zonas afectadas.
En los metales, el oro consiguió durante la semana pasada un repunte de varios meses, ya que continuó reaccionando a las noticias de los EE.UU., donde la creación mensual de empleo mantiene su ritmo e invita a especular acerca del comienzo de un ajuste de tasas antes de lo previsto.
En el buen dato de empleo dado a conocer el jueves, se observó que los títulos variables lograron un nuevo récord, mientras que el rendimiento de los bonos y el dólar aumentó. Todo ello podría llevar finalmente a una obstrucción del progreso del oro. No obstante, hasta ahora, la demanda por oro parece seguir aumentando ya que las tenencias de productos negociados en bolsa respaldados por oro físico, (CFDs y ETFs) observan varios días de entradas sólidas, mientras que los traders especuladores como los hedge funds aumentaron recientemente sus posiciones largas netas en futuros de oro a su mayor grado desde 2007.
Por ahora, el metal dorado se mantiene dentro del rango de US$1.300 y US$1.331 por onza, y a medida que los traders se olviden de los monitoreos de trading y se vayan de vacaciones, el oro empezará a caer. No obstante, esta no es una circunstancia que calmará necesariamente al mercado con un rendimiento medio del oro durante julio y agosto, ya que los últimos cinco años mostraron un 3% y 5,5%, respectivamente. Es así como un cierre por sobre los 1.331 dólares por onza facilitaría un repunte hacia zonas de US$1.370 por onza, seguido por el máximo de marzo visto en US$1.392 la onza.
El petróleo en sus referenciales Brent y WTI cayó por segunda semana consecutiva a medida que disminuía el riesgo por dificultades para conseguir crudo irakí y, el dato más importante, noticias acerca de la reapertura comercial de dos de las terminales más importantes de petróleo en Libia, Es Sider y Ras Lanuf, tras un año de bloqueo. Todo ello desvió en parte la atención de las dificultades de suministro, las que causaron un repunte en la cotización del petróleo durante junio. Estas dos terminales presentan una capacidad combinada de enviar crudo de cerca de 560.000 barriles al día.
La liberación de estos puertos representa la posibilidad de una esperada y pronta reanudación de las exportaciones libias en el corto plazo (lo que previene un retroceso), y las exportaciones se incrementarían a más de 800.000 barriles por día, la cifra más alta desde julio de 2013.
En este escenario, el petróleo de Brent superó la línea de soporte en US$112 por barril, y el crudo WTI, en US$104 por barril. Ambos están ahora en riesgo de una corrección mayor hacia niveles de US$109,40 y US$103, respectivamente. La importante demanda estacional de las refinerías en los Estados Unidos y la nueva reducción en el inventario en Cushing, el punto de entrega del crudo WTI, beneficiarían un rendimiento excepcional del WTI sobre el referencial Brent.
Finalmente, los precios de los cultivos clave como el maíz y la soja en la Cámara de Comercio de Chicago (CBOT) se desplomaron el lunes tras la entrega de dos informes del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. El informe de títulos para el trimestre y la última actualización de la superficie sembrada sorprendieron a los mercados con un informe de acciones que muestra que las reservas internas de granos son considerablemente más importantes que lo previsto. La soja recibió más presión para la venta debido a una actualización en la superficie de siembra, la que ayudará a quitar el ajuste que mantenía los valores de cotización durante el inverno y la primavera pasados.