El pasado 25 de marzo, la Presidenta Michelle Bachelet designó al ingeniero comercial Roberto De Groote como nuevo vicepresidente ejecutivo de la Empresa Nacional de Minería (ENAMI).
Desde que asumió, dice, supo que sería una tarea difícil, dada la complicada situación económica que presentaba la estatal. Un déficit de caja de US$250 millones; el extravío de toneladas de material desde las zonas de acopio, el quiebre comunicacional con el personal y con el sector productivo; y una paralización de las inversiones, son sólo algunos de los problemas que hoy enfrentan.
-Se reunió con pequeños mineros de Choapa. ¿Cuáles fueron sus planteamientos?
“En general había bastante desconocimiento respecto de las medidas que habíamos tomado hace unas dos semanas. Mucho de lo que ellos piden ya está superado, como, por ejemplo, un tratamiento diferenciado por tamaño de empresario respecto de los proyectos de explotación y cierre, que haya una ventanilla única de atención, para que la información que ellos ingresen a Enami sea automáticamente válida para Sernageomin y viceversa. Esto ya está listo y entra en operación en 15 días más, lo del tamaño va a demorar un poco más porque hay que hacer formatos diferenciados y un par de análisis mayores y eso lo está haciendo el Sernageomin”.
-Hay otro conflicto que se arrastra por lo menos hace un par de años que es el colapso en la planta Portezuelo. ¿Se plantearon soluciones?
“Estuvimos visitando la planta y, sin duda, tiene algunas deficiencias que uno podría pensar en mejorarlas, pero en este momento la situación económica nos complica un poco. Básicamente vimos que las canchas no están pavimentadas, que se puede contaminar un poquito el material, que falta un chancador terciario, es decir, hay algunas peticiones para mejorar esto”.
-Cuando usted asume se encuentra con un problema económico en la entidad. ¿De qué ribetes estamos hablando, está en una situación tan crítica?
“Efectivamente está en una situación muy compleja, porque tiene un déficit financiero de 250 millones de dólares, así la recibí yo. Bajó un poco, pero la verdad es que, dado que los presupuestos se hicieron de manera incorrecta, donde se pensó mucha más producción de la que en la práctica hay, las ventas han disminuido también de manera importante y se comprometieron ventas en el periodo de cátodos que no tenemos, por lo que tuvimos que comprar y vender”.
-¿Cómo se supera eso?
“La empresa, desde ese punto de vista está pasando por algunas dificultades y espero que las podamos superar, pero si me preguntan cómo la recibimos, bueno, con un problema financiero y de recursos humanos también importante, porque no hay una política de remuneraciones, hay un montón de elementos los cuales yo siento que tienen retrasos, probablemente muchos de ellos no atribuibles sólo a los últimos 4 años, pero que se agravaron muchísimo en el último tiempo sí, porque no se tomaron iniciativas para evitar esto”.
-¿Problemas de inversión?
“El retraso en las inversiones es notable, en los últimos 4 años no se han visto recursos en ninguna planta ni en el poder de compra, o sea, está exactamente igual de hace 4 años. A modo de ejemplo, en Taltal, acá mismo, en Cabildo, se prometieron inversiones, pero no se hicieron, ni siquiera están hechos los proyectos. O sea, imaginemos que tuviéramos la plata, que no la tenemos, pero, además, no están hechos los proyectos desde el punto de vista de la ingeniería, no están los permisos ambientales, están muy retrasados respecto al plan de inversiones”.
-En el caso de Illapel, se dijo que se construiría una planta, que estaba dentro de las tres que el plan de inversiones contemplaba en Chile…
“De eso no hay nada de la obra”.
-¿Ningún avance, ni siquiera en los terrenos como se dijo?
“No, que yo sepa no”.
-Y dados estos problemas económicos que usted menciona. ¿Se descarta entonces que se pueda concretar este proyecto en el corto plazo?
“Hay que solucionar los problemas económicos, que tienen periodos de maduración. Esto debe tener estudios, una declaración de impacto ambiental, debe tener la ingeniería básica, la ingeniería de detalle. Cualquiera de estos proyectos toma 3 a 4 años como mínimo en poder ser desarrollado. Yo prometo lo que puedo hacer, más allá no podemos ir, tenemos un retraso, estamos revisando el plan de inversiones para ver que efectivamente podemos comprometer, en qué plazos y hacer los estudios. Ahora, cuando uno no tiene plata, igual se puede avanzar en estos proyectos porque puede hacer los estudios, los trabajos de ingeniería, que en muchos casos no son tan caros. No tendríamos que hacer la inversión ahora, pero sí tener todo listo para que, en el momento que tenga, se pueda ejecutar”.
-¿Pero seguiría siendo una de las tres iniciativas prioritarias en el país?
“Tengo que revisar el plan de inversiones de Arica a Rancagua, sería irresponsable pronunciarme ahora, preferiría referirme a eso en un mes más para poder entregarle la información correcta, informado y con los detalles”.
-Con todos estos problemas. ¿Cuáles van a ser los lineamientos de su gestión, cuáles serán las tareas que va a tener que hacer para levantar la empresa?
“Cuando usted recibe una empresa en buen estado puede tener claridad de los lineamientos de lo que quisiera hacer, pero ahora lo primero que hay que hacer es sacarla de la crisis financiera en que está. No puedo pensar en otra cosa más que en dar soluciones como primera gran tarea y a partir de eso mejorar el clima organizacional, los recursos humanos y las inversiones, pero lo primero es solucionar la crisis financiera”.
