Iadep, Enim y la mutual del gremio son sus acreedores. Recibió millonarios aportes estatales.
Corría viento aquel lunes de octubre de 2011 en Plaza Huincul. Pero el corte de cinta se hizo igual, para no perder la costumbre. La foto parece hoy extemporánea: el gobernador Jorge Sapag, el ministro de Planificación, Julio de Vido, el titular de Petroleros, Guillermo Pereyra, el intendente de Cutral Co, Ramón Rioseco y el dueño del grupo Más Energía, Miguel Schvartzbaum, posaron para las cámaras. Desde Caleta Olivia, la presidenta Cristina Kirchner se sumaba en teleconferencia a lo que fue tomado como un hito: se construía casi desde cero una refinería que, encima, iba a destilar petróleo en origen. Era la hipérbole del "vivir con lo nuestro".
Apenas tres años después, la ex Renesa, propiedad de Petrolera Argentina, que a su vez forma parte del grupo Más Energía, está al borde del colapso. Hace varios días que no opera, tiene un tendal de acreedores tocándole la puerta y ya inició un proceso de despidos y suspensiones que motivaron amenazas de paro y compromisos de reuniones en la Casa Rosada.
Sobran voces que directamente tildan de inviable un proyecto de este tipo, en una provincia mediterránea y sin la escala necesaria para ingresar al mercado. Sin embargo, fueron los estados provincial, nacional y municipal y el propio Sindicato de Petroleros a través de su mutual quienes alimentaron este sueño industrial que costó entre 130 y 180 millones de dólares, según quién le ponga el valor. La empresa también se financió con la venta de una porción de un área petrolera que se le adjudicó en 2010 y en la que jamás invirtió (ver aparte).
Es difícil concluir un número, pero la larga lista de subsidios y préstamos públicos a la firma Schvartzbaum supera los 120 millones de dólares. El Iadep en la era de Jorge Sobisch aportó un monto desconocido de dinero. Lo propio hizo el Ente Autárquico Intermunicipal Cutral Co y Plaza Huincul, en reiteradas oportunidades, una de ellas por 4 millones de dólares.
No sólo la situación laboral de los 300 empleados preocupa a Guillermo Pereyra. La mutual de su sindicato, que en los papeles funciona de forma separada, también le otorgó a Petrolera Argentina un millonario crédito. El propio Schvartzbaum lo reveló a "Río Negro", aunque evitó dar el monto del mismo. Aclaró que se está devolviendo en tiempo y forma, lo mismo que el resto de los préstamos con entidades públicas.
El aporte mayor, esta vez sin devolución, lo recibió de Nación a través del Plan Refino Plus. Fueron 100 millones de dólares según el empresario, provenientes de un programa de incentivo a la mayor producción combustibles que fue dado de baja en 2012.
Petrolera Argentina posee, tal como están dadas las cosas hoy, apenas el 1% de la capacidad de procesamiento de crudo liviano del país y a un costo más elevado. En el marcado de los combustibles creen que la empresa de Schvartzbaum necesitaría un aumento en sus productos del 20% en dólares para ser sustentable en el medio plazo.
En el medio del debate sobre quién debe poner el dinero para su rescate y su posibilidad de subsistencia, quedan los 300 puestos de empleo y el deseable fomento de empresas que industrialicen la materia prima en situ. La conveniencia de sostener este tipo de emprendimientos con fondos públicos, ya sea vía subsidios o créditos, exige, en cualquier caso, un intenso debate sobre el tema.