La antigua colonia británica, Hong Kong, es uno de los pilares en el comercio del sudeste asiático, pero muy especialmente del comercio de oro. La mayor parte del oro que entra a China continental previamente pasa por Hong Kong. En el año 2013, Hong Kong importó 2.239 toneladas de oro, de las cuales 1.158 toneladas se exportaron a China continental.
Los intermediarios de Hong Kong, al otro lado de la frontera, son doce bancos que han obtenido licencia del Banco de la República Popular de China (PBOC por sus siglas en inglés) para importar oro. Tanto Hong Kong como la Zona de Libre Comercio de Shanghái sirven como cámaras de custodia a estos bancos antes de introducir el oro en China. Según estas estadísticas oficiales procedentes del Censo Exterior de Hong Kong, la ciudad-Estado habría acumulado 597 toneladas más en el pasado año.
Las restricciones a la importación de oro y el marco regulatorio en materia de impuestos en China ha fomentado, en los últimos años, la construcción de un potente “mercado negro” de contrabando de oro entre Hong Kong, China continental o incluso con la India. Mientras en China la joyería paga un impuesto del 22%, en Hong Kong el tipo es del 0%. En este sentido, los ciudadanos continentales acuden a Hong Kong, entre otras cosas, para comprar artículos de lujo y joyería de oro que luego son parcialmente declarados en frontera a través de la restricción vigente de 50 gramos de oro por persona. De esta forma, se ahorran una importante cantidad en impuestos.
Gráfico 1: Evolución del comercio de oro en Hong Kong (2007-2014)
Fuente: HK Census
Aproximadamente, la mitad del oro de joyería que se vende en Hong Kong va a parar a manos de chinos continentales que van allí como turistas. El oro se rescata de las cámaras de custodia, las cuales son, en su gran mayoría, propiedad de compañías extranjeras con muy bajos costes de almacenamiento: aproximadamente 75 dólares americanos al año.
Hong Kong es el final del trayecto que hacen las reservas de oro cuyo origen es Londres y con una parada intermedia en Suiza. El incremento exponencial de la demanda de oro físico en Asia y la desconfianza hacia el sistema de oro-papel, provocó que los comerciantes e inversores chinos empezaran a demandar en cantidades crecientes oro físico mediante la venta de certificados de oro y títulos de fondos cotizados ETF.
Puesto que las principales reservas de oro se encuentran en Londres –seguida muy de cerca por Nueva York– esta ciudad se convirtió en el punto de partida del oro demandado por Asia. Antes de llegar a Hong Kong, el oro pasaba por Suiza, país en el que se concentra una gran parte de la industria mundial de refinería para adecuar los lingotes y monedas a los gustos y usos asiáticos.
Este “camino” Londres-Suiza-Hong Kong se ha resentido considerablemente en los últimos meses debido a la subida de los precios del oro, los cuales se sitúan por encima de los 1320 dólares por onza. En el gráfico siguiente se muestra la evolución mensual del comercio de oro en Hong Kong hasta el último dato publicado (abril de este año 2014)
Gráfico 2: Evolución del comercio de oro en Hong Kong (enero de 2013-abril de 2014)
Fuente: ingoldwetrust.ch and HK Census
Por otro lado, la demanda de oro físico en China está viviendo una época de corrección tras su explosión en 2013. Esto dificultará el sostenimiento de este “camino” de Occidente a Oriente. A pesar de ello, los flujos de entrada continúan siendo positivos y contribuyendo de forma decisiva al proceso de ajuste de la economía china.
Conclusiones
En los próximos meses, estaremos muy atentos a la evolución tanto de los precios como de la demanda de oro físico en China. Hong Kong se sitúa, en este proceso, como una especie de “regulador” y “termómetro” del mercado a la espera de señales positivas de China y la cada vez más importante relación con el resto del continente asiático.