La Cámpora echó al secretario de Energía, Daniel Cameron, uno de los hombres que resistió en la cartera de Julio De Vido desde el primer año de mandato de Néstor Kirchner, en 2003.
La organización creada por Máximo Kirchner siempre le tuvo ganas al puesto de Cameron y hoy confirmó su salida. Quien lo reemplazará es la ingeniera química Mariana Matranga.
Matranga es investigadora de la UBA y actualmente trabajaba bajo la órbita de Nicolás Arceo, director de finanzas de la petrolera YPF.
La flamante secretaria de Energía pertenece al sector de Kicillof. De hecho, su ahora ex jefe Arceo fue subsecretario en el ministerio Economía cuando Axel era viceministro.
Mariana Matranga, la elegida por La Cámpora para correr a Daniel Cameron tras 11 años de ocupar la secretaría de Energía, es una férrea defensora de la intervención del Estado en materia energética.
Ingeniera química e investigadora de la UBA, Matranga trabajaba hasta hoy en la dirección de finanzas de la petrolera YPF, a cargo de Nicolás Arceo, que fue subsecretario en el ministerio de Economía cuando Axel Kicillof era viceministro.
La flamante secretaria de Energía responde al actual ministro de Economía y tiene experiencia en el sector privado ya que trabajó en Techint.
En las escasas apariciones mediáticas que tuvo hasta el momento, Matranga aseguró que uno de los desafíos de la política energética del país es "que no crezca más la brecha entre lo que se produce y lo que se consume" y el de "lograr el autoabastecimiento de combustible".
"El país está importando entre un 10% y un 20% de lo que necesita; en lo inmediato, hay que apostar a un aumento de la producción de combustibles fósiles", aseguró la ingeniera en una entrevista con Miradas al Sur.
“Luego habría que pensar en la diversificación", señaló y explicó que “lo estratégico es apostar a la energía que utiliza recursos renovables, como la geotérmica, que utiliza el calor del centro de la tierra”. Matranga también habló de apostar a la energía hidroeléctrica y la eólica.
La ex Techint señala que “se debe invertir en exploración para ver cuántos recursos hay y al mismo tiempo hay que sostener la importación porque el país no puede dejar de funcionar".
“El Estado debe tener presencia en el directorio y en el yacimiento”. La especialista analiza la situación de la energía en la Argentina, en medio de la polémica por el futuro de YPF. Las necesidades inmediatas, las de mediano y largo plazo. La inexorable necesidad de una intervención fuerte del Estado.
El objetivo en el mediano y largo plazo debe ser diversificar la matriz energética para no depender tanto de los recursos no renovables.” La ingeniera química Mariana Matranga empieza con esta definición su análisis sobre la situación de los hidrocarburos en la Argentina. “No hay que hablar en términos de hidrocarburos –aclara de inmediato–. Hay que hablar de energía.” Matranga es investigadora de la UBA y trabajó en el sector petrolero diseñando y operando instalaciones de superficie. Hizo esta tarea en latitudes muy diversas del mundo: Argentina, Canadá y Noruega. Su visión, en medio del candente debate sobre el futuro de YPF, sirve para salir unos minutos de la coyuntura y analizar qué esquema energético necesita la Argentina en el mediano y largo plazo para consolidar el modelo de desarrollo actual.
“La economía del país crece mucho –explica la especialista–. Cuando esto pasa, el consumo energético aumenta del mismo modo. Por cada dólar de incremento del PBI crece el consumo de energía, motorizado por las fábricas, el transporte y el mayor poder adquisitivo de la población. El tema es que en el caso argentino hablar de energía es casi sinónimo de combustibles fósiles. Esto, en alguna medida, explica la situación actual.”
–¿Por qué?
–Alrededor de un 65% de la electricidad que consumimos viene de centrales térmicas, que usan combustible fósiles. Un 30% viene de hidroeléctricas y alrededor de un 5% tiene origen atómico. En el caso del transporte, por ejemplo, el 100% se alimenta con combustibles fósiles. Estos datos indican que los hidrocarburos monopolizan la generación de energía en la Argentina. El problema de tener una dependencia tan definida de un recurso es que cuando aparece un conflicto con ese elemento todo el sistema entra en crisis.
–¿Cuáles son los desafíos de la situación actual, en términos de energía?
–Lo primero es no agrandar el problema, que no crezca más la brecha entre lo que se produce y lo que se consume. El objetivo inicial tiene que ser volver a lograr el autoabastecimiento de combustible. El país está importando entre un 10% y un 20% de lo que necesita. En lo inmediato, hay que apostar a un aumento de la producción de combustibles fósiles. Lo que yo creo es que debería hacerse sólo para asegurar lo mínimo indispensable. Luego habría que pensar en la diversificación. De todos modos, ahora, tenemos un desafío técnico muy grande. El proceso es muy complejo. Se debe invertir en exploración para ver cuántos recursos hay y al mismo tiempo hay que sostener la importación porque el país no puede dejar de funcionar. Los recursos financieros se irán en ambos sentidos.
–Para estos objetivos, ¿es necesaria la intervención del Estado?
–Yo creo que es inexorable. Tiene que ver con un debate conceptual que se viene dando de un modo más claro el último año. La pregunta central es si los combustibles se consideran un commodity o un recurso estratégico.
–¿Cuál sería la diferencia?
–Si son un commodity se lo puede explotar en tanto y en cuanto sea rentable. En cambio, si es estratégico, su función consiste en sostener el desarrollo industrial de la Argentina. Esta es justamente la gran diferencia entre Repsol-YPF y Petrobras. La empresa brasileña tiene un esquema mixto, pero la presencia del Estado es preponderante. Entonces se hacen inversiones muy costosas, porque no se calcula la relación costo beneficio del recurso que se va a extraer, sino el beneficio que trae para el modelo de desarrollo en su conjunto.
–Una mirada neoliberal diría que da pérdida.
–Claro. Pero lo cierto es que ese es el debate conceptual central. Yo no extraigo el petróleo para hacer un negocio solamente vendiendo el recurso, sino para sostener todos los otros negocios que se hacen con el petróleo y el gas. Ahí radica la diferencia. Y además ahorro porque siempre va a ser más barato que importarlo. Una cosa importante es que no alcanza con que el Estado esté presente en el directorio. Debe actuar en el yacimiento mismo. En Petrobras el Estado no tiene el poder sólo en los papeles, también tiene una presencia fuerte y concreta en la operatoria.
–¿Cuáles son las inversiones que no resultan negocio para los privados, que tienen como objetivo sacar más dinero del que pusieron?
–Hay muchas. Claro que también depende de cuanto se quiera ganar. Cuando un yacimiento comienza a envejecer, por ejemplo, cada vez hay que invertir más para extraer la misma cantidad de crudo o gas. Es habitual que una empresa privada decida dejar caer la producción y punto, porque en la relación costo beneficio no le conviene invertir tanto para lo que saca. El tema es que esa decisión puede dejar a una zona o a una fábrica sin luz, entonces se vuelve inevitable comenzar a importar.
–En los últimos tiempos, se pusieron de moda los yacimientos no convencionales. ¿Cuáles son las potencialidades y los costos?
–Los yacimientos son superficies rocosas. En general, los fluidos-gas, petróleo, agua, se van alojando en las regiones de la roca que tienen mayor porosidad. Los yacimientos convencionales son los que tienen los fluidos en la zona más porosa de la roca. En este caso, lo que se hace, es punzar en la zona y el fluido comienza a brotar. El recurso no convencional es el que está alojado en zonas mucho más compactas. Son menos porosas y por lo tanto extraerlo es más caro. En esas formaciones hay que hacer fracturas hidráulicas múltiples para poder abrirlas y que el fluido salga. Todo eso consume mucha energía, muchos insumos. Para darse una idea, la extracción no convencional cuesta entre tres y cinco veces más que la convencional.
–Entonces, no sería negocio para los privados.
–Todo depende del precio internacional y de otra multiplicidad de factores. Pero lo seguro es que los costos son mucho mayores. Lo mismo pasa con la exploración en el mar. Es mucho más caro extraer los recursos de allí.
–Antes habló de diversificar la matriz energética. ¿Es muy difícil cambiarla?
–Sí. Es algo que puede tomar una década o más. La matriz es una estructura muy rígida, muy inercial. Desde que se toma la decisión de diversificarla hasta que se plasma pasa mucho tiempo. Imaginemos el tiempo que se demora en construir un edificio. Bueno, una central nuclear, lógicamente, lleva mucho más tiempo y una central hidroeléctrica también. Son obras faraónicas y muy caras.
–¿Cuáles serían las alternativas de diversificación?
–Hay varias. Lo estratégico es apostar a la energía que utiliza recursos renovables, como la geotérmica, que utiliza el calor del centro de la tierra. También están la hidroeléctrica y la eólica. En la Patagonia, ya hay algunos parques para generar energía eólica. La Secretaría de Energía contabilizó en el 2010 su participación en el sistema interconectado nacional. Estuvo cerca del 0,5%. Parece poco, pero sobre el total de la matriz energética es un dato considerable. Hay otras posibles fuentes de energía con recursos renovables, como la mareomotriz y la solar.
–¿Qué ventajas tiene la diversificación?
–Hay una que es central y es no depender de un sólo recurso. Supongamos que la matriz tuviera cinco fuentes que más o menos aportaran un 20% cada una. Si hubiese conflicto con alguna de las cinco, por cuestiones económicas, climáticas, o lo que fuere, y esa fuente bajara en un 10% su capacidad de generación, alcanzaría con elevar un 2,5 % las otras cuatro para cubrirse. En cambio, al depender tanto de un solo recurso (los fósiles), cualquier conflicto que aparezca en ese frente complica toda la matriz.
–En este cambio, ¿hay algún rol que le quepa a la sociedad en su vida cotidiana?
–El uso racional de la energía es otro punto importante. Ahí la sociedad tiene mucho que ver. Es un aspecto cultural. Hay datos que son muy precisos. Si todas las lamparitas de una zona urbana como la de Capital y conurbano fueran de bajo consumo, el nivel de ahorro de energía equivale a todo lo que genera una central termoeléctrica.
–O sea que los hábitos de la población no son un detalle.
–Para nada. El estilo de vida, la relación con el medio ambiente, el tipo de energía que se usa, son cuestiones que están ligadas y necesitan de un debate de mucha madurez, en el que se entiendan los costos y beneficios de todos los aspectos.
Por Marcela Pagano.
El ministro de Economía, Axel Kicillof sigue sumando poder. Ayer renunció el secretario de Energía, Daniel Cameron, uno de los últimos hombres que quedaban de la gestión de Néstor Kirchner, y en su lugar Kicillof ubicó a Mariana Matranga, ingeniera que hasta ayer se desempeñaba en el área financiera de YPF a cargo de Nicolás Arceo, hombre de confianza del titular del Palacio de Hacienda.
De esta manera, el ministro de Economía le ganó un nuevo round a Julio De Vido, quien cada vez tiene menos control sobre la política energética del país (la reducción de subsidios fue otra batalla ganada para Kicillof, quien comanda ese plan con su vice, Emmanuel Alvarez Agis). La nueva secretaria es egresada del Colegio Nacional Buenos Aires al igual que el ministro y fue compañera de promoción de Augusto Costa, secretario de Comercio Interior. Investigadora de la Facultad de Ingeniería de la UBA, aterrizó en YPF en agosto de 2012. Aunque oficialmente estará bajo la órbita del ministro de Planificación, la dama es el alfil que Kicillof colocó para encargarse de uno de los talones de Aquiles del Gobierno: el déficit energético.
Matranga fue citada el miércoles al Palacio de Hacienda. Allí mantuvo una reunión con De Vido y Kicillof, donde ya establecieron las pautas de cómo será su trabajo. Al retirarse, se dirigió a YPF, donde debía organizar su salida.
Pese a ser uno de los últimos hombres que quedaban en funciones desde la gestión de Néstor, Cameron hacía tiempo que no tenía independencia a la hora de tomar decisiones. Ayer recibió la instrucción oficial de que debía presentar su renuncia. Su margen de acción ya era acotado por la gran influencia que hasta ayer tenía Roberto Baratta, subsecretario de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación y director del Estado en YPF.
Kicillof tiene en la mira a Baratta, hombre de confianza de De Vido, desde las épocas en que era viceministro. Kicillof y varios miembros de La Cámpora, le apuntan a Baratta como el responsable de los mayores errores que cometió el kirchnerismo en materia energética. La relación entre ambos hombres se volvió más ríspida cuando Kicillof dijo en el Congreso, durante la exposición por la expropiación de YPF, que el país “no puede darse el lujo de esperar a que el grupo Repsol se siente a discutir qué va a hacer con el gas, el petróleo y el precio de los combustibles”. Ese día, De Vido tuvo que escuchar las críticas que indirectamente le apuntó Kicillof, sentado a su lado.
La puja entre Baratta y Kicillof también se fue alimentando con la influencia del ministro en YPF, donde mantiene una puja con Miguel Galuccio. Ahora, a través de Matranga, tendrá mayor injerencia en la política energética.
El secretario de Energía, Daniel Cameron, renunció finalmente al cargo tras varias amenazas de alejarse del gobierno.
Fuentes oficiales confirmaron el alejamiento del funcionario, que venía soportando fuertes presiones por los problemas de suministro eléctrico ocurridos el verano pasado.
Las fuentes consultadas indicaron que la renuncia se dio por razones de salud y por cansancio ya que ocupaba el cargo desde 2003.
El lugar de Cameron sería ocupado por Mariana Matranga, una ingeniera designada por el ministro de Economía, Axel Kicillof.
El Gobierno oficializó hoy el alejamiento de Daniel Cameron de la Secretaría de Energía, cargo que ocupaba desde 2003 cuando Néstor Kirchner llegó a la Casa Rosada.
La medida que había sido anticipada por LA NACION, tomó por sorpresa al propio Cameron e implica un nuevo avance del ministro de Economía, Axel Kicillof, en materia de política energética, un área que hasta hace dos años manejó casi con exclusividad, su par de Planificación, Julio De Vido.
Según pudo reconstruir este medio, De Vido le anunció ayer al secretario de Energía que, por pedido de la Presidenta, debía dar un paso al costado. La orden obedecía- le explicó- a que Kicillof tenía otra visión sobre cómo debían manejarse las cosas. Después agregó que lo seguiría necesitando y que la idea era mantener los lineamientos de la gestión. Es probable, por lo tanto, que Cameron continúe como asesor en ciertos temas. Uno de sus preferidos: la negociación con Paraguay por las obras en Yacyretá.
Su desplazamiento fue publicado hoy en el Boletín Oficiala través del decreto 1035/2014 que lleva la firma de la Presidenta. Mariana Matranga, una ingeniera química con especialización en hidrocarburos cercana al ministro de Economía, fue designada en su lugar.
Desde agosto de 2012 Matranga se desempeñaba como asesora de la Dirección de Finanzas de YPF, a cargo de Nicolás Arceo, un economista de excelente relación con el ministro de Economía. Igual que su padre, Enrique Osvaldo Arceo, otro heterodoxo que integra Flacso y a quien Kicillof llevó a la vicepresidencia del Banco Nación.
La nueva secretaria de Energía tiene un fuerte perfil técnico, se desempeña además como investigadora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y cuenta con antecedentes en empresas del sector tales como Solaris, DynaMotive, Techint y Tecna.
En los últimos dos años, De Vido sufrió un fuerte recorte de poder en las áreas energéticas a manos de Kicillof, que logró ocupar áreas claves como el control de Cammesa (la empresa que administra el mercado eléctrico), dirección financiera de YPF, la petrolera estatal Enarsa y la Comisión que coordina al Plan Nacional de Inversiones Hidrocarburíferas.
Renunció al gabinete de Cristina Fernández un histórico de la era K. Daniel Cameron ya no es el secretario de Energía, cargo que ostentó desde 2003, y será reemplazado por la ingeniera química e investigadora de la UBA, Mariana Matranga, según trascendió.
Cameron había llegado con Eduardo Duhalde a la Casa Rosada como subsecretario de Combustibles. Pero ya era un viejo conocido de Néstor Kirchner, con quien trabajó en Santa Cruz.
Desde mayo de 2003, Cameron asumió como titular de la Secretaría de Energía, bajo la órbita del ministerio de Planificación, que conduce desde entonces Julio De Vido.
Con De Vido la relación fue tirante, y más de una vez se hicieron zancadillas.
Pero todo cambió para los 2 con la irrupción de Axel Kicillof en los temas energéticos. Tanto De Vido como Cameron pasaron a un segundo plano en la gestión de los grandes temas del sector.
Si bien puede enorgullecerse del proceso de interconexión eléctrica que hubo durante la década K, Cameron se va con la pesada mochila de haber sido el secretario de Energía que dejó al país sin autoabastecimiento.
Nunca pudo Cameron convencer, ni a Néstor ni a Cristina, sobre la inconveniencia de desestimular las inversiones petroleras y de mantener congeladas durante tanto tiempo las tarifas de la luz y el gas.
Cameron aparecía como el ala racional del Gobierno que chocaba todo el tiempo con el perfil político de De Vido, más atento a no hacer jugadas que amenazaran la popularidad de la Casa Rosada.
Sobreseído en la causa Skanska, Cameron todavía está pendiente de una investigación por irregularidades en torno al yacimiento Río Turbio de Santa Cruz. Fue absuelto por la Cámara Federal , pero el fiscal del caso apeló el fallo.
Daniel Cameron, al frente de la Secretaría de Energía desde hace más de diez años, renunció ayer a su cargo. El paso al costado de uno de los más estrechos colaboradores de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación se habría producido una vez que se resolvió quién será su reemplazante: la ingeniera Mariana Matranga, una especialista en energía e investigadora de la UBA, que presenta un frondoso currículum pese a su juventud. Cameron ya había anticipado su decisión de dejar el cargo hace meses, pero recién se le aceptó el paso al costado en el día de ayer, una vez definida la continuidad de la gestión del área.
Matranga venía desempeñándose en los cuerpos profesionales de YPF desde poco tiempo después de su renacionalización (en mayo de 2012). Anteriormente, había participado en el diseño y operación de instalaciones en el rubro de hidrocarburos en Canadá y Noruega. Realizó y publicó investigaciones en la materia aquí y en el exterior, especialmente referidas a la necesidad de diversificación de la oferta energética, que en Argentina está extremadamente concentrada en los combustibles de origen fósil (petróleo y gas). En diversas entrevistas y artículos, Matranga se refirió a la falta de diversificación como “el origen y la explicación de la situación actual”, en referencia al déficit de oferta frente a una demanda que creció casi ininterrumpidamente en los últimos diez años, de la mano del crecimiento económico.
Cameron, en tanto, fue el funcionario al cual De Vido le confió la tarea de reacomodar la relación con las empresas concesionarias del área energética, tras la interrupción de las condiciones de los contratos adjudicados durante la convertibilidad. Sin tarifas dolarizadas, sin atribuciones absolutas de las empresas concesionarias para decidir sobre los planes de inversión, la pretensión del gobierno nacional que asumió el 25 de mayo de 2003 fue sostener la oferta para atender una demanda que, desde entonces, creció incesantemente. Esta situación se tradujo en diversos conflictos en el área, que fueron desgastando la figura de Cameron, pese a lo cual se mantuvo más de diez años en el cargo.
Mariana Matranga es una profesional más cercana a Axel Kicillof que a Julio De Vido. Sin embargo, el buen paso inicial en su nuevo cargo está asegurado más por la relación que tiene con Miguel Galuccio, CEO de YPF, y el compromiso e identificación con esta nueva etapa de la firma petrolera. Algunas de las definiciones dadas por la futura secretaria de Energía, tras la recuperación de YPF, marcan el rumbo que podría imprimirle a su nueva labor. En un reportaje de abril de 2012, opinó que la intervención del Estado en el sector de hidrocarburos “es inexorable”, en tanto se defina al petróleo y al gas “no como un commodity sino como un recurso estratégico”. La diferencia, indicó entonces, es que considerado un commodity, su explotación dependerá de una ecuación costo/beneficio, según la cual se extraerá sólo en el caso de que resulte rentable. Como recurso estratégico, su explotación se resolverá “en función de las necesidades del modelo de desarrollo en su conjunto, aunque no dé ganancias”. Esa diferencia de criterio, explicó entonces, es la que explica que Repsol haya abandonado áreas de producción, mientras que Petrobras (empresa brasileña de capital mixto, pero bajo control estatal) desarrolle inversiones costosísimas para descubrir y desarrollar nuevas áreas. De algún modo, un anticipo de lo que en los dos últimos años fue la tarea de YPF.
El secretario de Energía, Daniel Cameron, uno de los funcionarios más antiguos del kirchnerismo y duramente criticado por la crisis energética del verano pasado, renunció y será reemplazado por Mariana Matranga, una allegada al ministro de Economía, Axel Kicillof y que venía desempeñándose en la petrolera YPF.
Fuentes oficiales confirmaron la renuncia del funcionario, que según trascendió de otros voceros fue pedida por la presidenta Cristina Kirchner a través del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.
Cameron será reemplazado por la ingeniera química e investigadora de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Mariana Matranga, quien responde al ministro de Economía, Axel Kicillof, y cercana al director de Finanzas de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), Nicolás Arceo.
El ahora exsecretario enfrenta una investigación por supuestas irregularidades en la política de subsidios.
Al igual que De Vido, era uno de los funcionarios más antiguo de la cartera, ya que habían comenzando con la presidencia de Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003.
Matranga hasta ahora trabajaba como asesora de la Dirección Económica Financiera de YPF y su designación confirma la ampliación del poder del ministro de Economía dentro del Gobierno.
Anteriormente se desempeñó en la actividad privada en la empresa Techint y en áreas de investigación.
La gestión de Cameron había sido fuertemente cuestionada en el verano pasado cuando en medio de olas de calor, varias provincias y barrios de la capital federal y el conurbano bonaerense sufrieron prolongados cortes de luz durante varias semanas.
En febrero último la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal reabrió un una causa en su contra luego de un planteo de queja formulado por el fiscal Germán Moldes, por lo que sigue investigado.
El ahora exsecretario afronta una investigación judicial por la falta de control en los subsidios que se derivaron a la empresa concesionaria que explotó la mina Río Turbio, en Santa Cruz.
La concesionaria de la mina es presidida por Sergio Taselli, empresario que también está imputado en el hecho, cuando integraba la comisión fiscalizadora de la minera.
Cameron había obtenido un sobreseimiento de la Cámara Federal en la investigación pero ante un pedido formulado por el fiscal seguirá siendo investigado.
Incrementan los subsidios a la electricidad
Gobierno nacional incrementó las partidas para subsidios a la electricidad en $7.000 millones, a través de la decisión administrativa 477/14 que se publicó en el Boletín Oficial. Los fondos serán transferidos a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa).
Adicionalmente, se destinaron $2205,63 millones para el Programa de estímulo a la inyección de excedente de gas natural.
La semana pasada el Ministerio de Planificación informó que en el primer semestre del año se habían ejecutado más del 90% de los $33.875,64 millones destinados a subsidiar el consumo de usuarios residenciales de las distribuidoras Edenor, Edesur y Edelap principalmente.