La instancia le pidió demostrar un impacto más allá del “mero interés”.
Nuevamente, en menos de una semana, el Tribunal Ambiental de Santiago rechazó una reclamación presentada por SQM contra la aprobación ambiental asociada a un proyecto de yodo vinculado al Grupo Errázuriz.
Esta vez se trata de “Trazado de agua a Chinquiquiray” de la Sociedad Contractual Minera Copiapó. La iniciativa ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) en 2012, mediante una Declaración de Impacto Ambiental (DIA), y recibió una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) favorable.
SQM pidió invalidar el permiso, lo que fue desestimado por la autoridad regional de Tarapacá, recurriendo la firma al Tribunal Ambiental de Santiago.
La instancia judicial determinó no anular la resolución de rechazo dictada por la instancia regional de evaluación.
"El motivo por el cual SQM carece de legitimación activa se debe a que no acreditó suficientemente su interés individual o colectivo de carácter ambiental afectado por la RCA del proyecto, sobre todo, teniendo presente que al no ser parte del proceso de evaluación ambiental, recaía sobre éste una mayor exigencia para acreditar el carácter de interesado, lo que evidentemente no cumplió”, dice la sentencia.
“El directamente afectado necesariamente requiere acreditar una afectación a un derecho o interés, pero no cualquiera, como sería el mero interés económico que quedó de manifiesto tras las alegaciones del reclamante, sino que aquellos intereses o derechos vinculados a los componentes ambientales”, concluyó el Tribunal Ambiental replicando la fórmula que usó en el caso anterior.