Por Andrés Pozo B.
Incertidumbre por el futuro de la operación hay entre los trabajadores de Cerro Colorado de BHP Billiton y que junto a Spence integra Pampa Norte.
Para 2016 está previsto el fin de la vida útil del yacimiento y hay dudas respecto de cómo se calificará el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para la continuidad operacional, que la firma tramita hace un año.
Esta incógnita se mezcla con los problemas productivos que esta faena ha enfrentado y que incluso han impactado las relaciones laborales.
Cerro Colorado -yacimiento que opera desde 1994- parece estar viviendo una tormenta perfecta, debido a la cantidad de flancos que está abordando casi en simultáneo.
Comunidades y agua
En el sector público comentan que dentro de las próximas dos semanas, la Comisión de Evaluación Ambiental de Tarapacá podría resolver si el EIA para extender otros siete años la operación del yacimiento, sigue adelante -a través de un nuevo set de preguntas y solicitud de aclaraciones (Icsara) para la empresa- o bien si es rechazado. La escasez de agua y, en menor medida, el rechazo de comunidades estarían trabando la tramitación.
La empresa entregó a principios de mayo su respuesta a las dudas de los servicios públicos que participan de la evaluación, los cuales de a poco han emitido sus pronunciamientos, efectuando en la mayoría de los casos nuevas observaciones.
La Dirección General de Aguas, por ejemplo, manifestó una serie de dudas y concluyó que en el área mina del proyecto, “hay impactos que no han sido correctamente evaluados y, por lo tanto, no queda claro que las medidas presentadas se hagan cargo de ellos”.
Respecto al acuífero Pampa Lagunillas -cercano a la operación-, dice que hay efectos ambientales adversos y significativos, que la empresa no ofrece revertir.
Más dura fue la Corporación Nacional Indígena (Conadi) que señaló que la minera contestó en forma insuficiente las observaciones de las comunidades, al no reconocer afectaciones. Esto imposibilitaría una evaluación positiva del proyecto.
Frente productivo
Pese a que Cerro Colorado es un yacimiento antiguo, donde la caída en la producción es normal, fuentes de la industria y de los sindicatos dicen que los bajos niveles de los últimos años -especialmente 2012 y 2013- se deberían a fallas en la planificación minera.
El año pasado se extrajeron a 73,6 mil toneladas de cobre, un 17% menos que en 2010 y casi la mitad de lo registró en 2001 (133,9 mil toneladas).
Con la llegada de un nuevo gerente general, en diciembre pasado, pareciera haberse enmendado un poco el rumbo, ya que la producción del período enero-abril llegó a 28,2 mil toneladas, superior a las 21,9 mil de 2013.
El laboral es otro frente pendiente. A nivel sindical existe preocupación porque en lo que va del año ha habido 20 despidos, número que temen podría aumentar si se rechaza el proyecto de continuidad operacional.
A fines de 2015, además, está prevista la negociación colectiva de Cerro Colorado y Spence.
Este último sindicato también mira la situación de su minera hermana, con la que tiene una coordinación para abordar mejor los temas con la empresa, en el marco de Pampa Norte.