Endesa está viviendo una nueva etapa, con lecciones aprendidas y con una mirada distinta sobre la forma en que quiere abordar las futuras inversiones en Chile. La mayor generadora del país busca cerrar un ciclo, marcado por la extensa tramitación del proyecto HidroAysén, que se prolongó por seis años y que culminó con el rechazo por parte del Comité de Ministros. Como parte de ese proceso, la eléctrica está tomando importantes definiciones que serán gravitantes en el desarrollo de sus próximos proyectos y que tienen un eje central: la gestión con las comunidades. Endesa está redefiniendo su estrategia sobre cómo debe aproximarse al entorno al momento de impulsar nuevas iniciativas, con dos objetivos detrás: mejorar su imagen pública y conseguir la aceptación de las comunidades a los proyectos que emprenda.
Con ese propósito, en los últimos meses, la compañía ha estado trabajando en el diseño del nuevo plan, como respuesta al cambio verificado en el movimiento ambientalista que viene gestándose gradualmente desde hace un lustro. “Ha habido una mutación en los últimos cinco años. HidroAysén es un proyecto que es parte de la etapa anterior, donde había un activismo ambiental distinto. Probablemente, ahí también se podrían haber hecho las cosas mejor, pero hoy estoy preparado para conversar de la etapa que viene. En Endesa Chile tenemos un plan de 1.500 MW, algunos con RCA aprobados, otros que se están tramitando, pero es a esos proyectos a los que estamos tratando de mirar con esta nueva forma de hacer las cosas. Con un acercamiento temprano a las comunidades”, reconoció el presidente de la firma, Jorge Rosenblut, en una reciente entrevista a radio Duna. (ver destacados).
Para implementar este nuevo enfoque, hace dos meses debutó la nueva Gerencia de Relación con la Comunidad y Comunicación, liderada por la periodista María Teresa González, quien antes ocupó la Gerencia General de la Fundación San Ignacio del Huinay, también de Endesa, y previamente se desempeñó en la Gerencia de Relaciones Humanas de la sanitaria Essbio.
Al interior de la eléctrica explican que la génesis de la nueva visión se gatilló un poco antes, con la crisis generada por los conflictos ambientales que enfrenta la central a carbón Bocamina 2 (350 MW), ubicada en Coronel, VIII Región, paralizada desde el 17 de diciembre del año pasado, por orden de la Corte de Apelaciones de Concepción.
Resolver ese foco de conflicto se ha tornado una tarea prioritaria para Endesa. Por eso, en la firma intensificaron el trabajo en terreno, labor que ha encabezado González y que la ha llevado a viajar tres veces a la semana a Coronel. Todo, con el objetivo de conversar y lograr un acercamiento con los grupos opositores a la iniciativa, explicó Rosenblut.
Parte de la tarea de González será, también, formar equipos territoriales en todas las regiones donde Endesa tiene presencia: Tarapacá, Taltal, Huasco, Maule, Coquimbo, Valparaíso y Biobío. Esta última quedó dividida en zonas Costa y Cordillera. La idea es tener equipos integrados por tres profesionales, sin embargo, si la zona es más compleja, como lo es hoy la VIII Región, el grupo podrá sumar a más integrantes. Este proceso ya está en desarrollo y se espera que culmine el próximo mes, indican en la eléctrica.
Con el proyecto hidroeléctrico Neltume, que estará emplazado en la IX Región, también han estado haciendo un trabajo de renovación en la forma de vincularse con las comunidades, reforzamiento que tiene más larga data, explican en Endesa. La iniciativa de 490 MW se encuentra en proceso de Consulta Indígena y ha enfrentado una férrea oposición de los pueblos originarios.
Estudio sobre cómo son vistos
Clave para Endesa es mejorar, también, la imagen que proyecta. “Endesa se está poniendo a tono con los tiempos, entendiendo las dinámicas ciudadanas para evitar entrar en conflicto permanente”, dice un director del holding Enersis, matriz de Endesa. El objetivo, agrega, es “lograr que la percepción ciudadana sobre la empresa cambie. Que la vean como un buen vecino y no como un destructor de los recursos del medioambiente”.
Para entender cómo son percibidos por diferentes actores de la sociedad y tener claridad sobre qué cosas mejorar, la empresa está trabajando en dos frentes. Uno de ellos consiste en sostener reuniones con grupos ambientalistas, ONG y líderes de opinión, para recoger sus visiones.
Adicionalmente, la firma encargó un estudio cuyos resultados espera tener en agosto, que analizará la experiencia internacional sobre cómo se da el acercamiento entre empresas y comunidades y las leyes que regulan las conversaciones entre ambas. La idea es poder replicar algunas de esas experiencias en Chile.
Uno de los países que están analizando es Canadá, específicamente, la experiencia de la eléctrica Hydro-Québec y la participación de las comunidades indígenas en el desarrollo sostenible local. También están viendo la fórmula de India, país donde hay un marco legal que pacta la forma en que las empresas y las comunidades deben acercar sus intereses, mencionan en Endesa. La idea de contar con un marco legal es un instrumento que la eléctrica está solicitando al gobierno para transparentar estas conversaciones.
En todo caso, los cambios que la compañía está implementando y aquellos que busca ejecutar no verán sus frutos en lo inmediato, reconocen en la firma. En la eléctrica saben que se trata de procesos de largo aliento, explica un director del grupo, quien agrega que se está invirtiendo para generar las confianzas necesarias para el futuro. “La construcción de confianzas no se hace de un día para otro. Eso toma tiempo y hay que dedicarle mucho trabajo y esfuerzo”, señala.
Proyectos al congelador
Mientras se consolida el nuevo modelo de relacionamiento con las comunidades, Endesa decidió no avanzar en proyectos hidroeléctricos que pudieran abrirle nuevos focos de conflicto. Optó por congelar una de las mayores inversiones en generación hidroeléctrica que planeaba ejecutar en los próximos años, dada la compleja situación que enfrentaron las centrales en Aysén. Se trata de un megaproyecto pensado para desarrollarse en la X Región, en los ríos Futaleufú y Puelo.
En el primer lugar, el plan de Endesa era levantar tres centrales -denominadas Los Coigües, La Cuesta y Espolón-, con una capacidad total de 1.367 MW. De esta forma, las represas en el Futaleufú se convertirían en el segundo proyecto más grande de la Patagonia, sólo superado por HidroAysén. En el Puelo, en tanto, la intención de la empresa era construir una central de 738 MW.
Los estudios de ambas iniciativas se encuentran hoy en fase de diseño conceptual y, por el momento, no se avanzará hacia la pre-factibilidad, aseguran en la compañía.
La firma sabe que los ojos de los movimientos ambientalistas están puestos en la zona. Así lo manifestó, recientemente, el ambientalista norteamericano Robert Kennedy, uno de los principales opositores extranjeros de HidroAysén, quien afirmó que el río Futaleufú es una prioridad. Kennedy apoya a la ONG Guardianes del Río Futaleufú, opositores a cualquier levantamiento eléctrico en el cauce.
En la empresa reconocen la dificultad de que un proyecto en la zona pase la evaluación ambiental. “Después de HidroAysén, quedó claro que hoy no es el momento para intentar materializar megaproyectos. El Futaleufú es una zona que ya ha despertado la atención de los grupos ambientalistas y cualquier proyecto que se quiera hacer allá enfrentará manifestaciones de desaprobación por parte de la ciudadanía”, señala un director de Enersis.
En la eléctrica el mensaje es claro: no se avanzará en nuevas iniciativas hidroeléctricas hasta que el gobierno elabore un plan de cuencas y le dé un carácter estratégico al uso de los ríos del sur del país, lo que no sucederá antes de 2015.
Mientras tanto, la cartera de Endesa en Chile se centra en sacar adelante la central de pasada Los Cóndores (de 150 MW, VII Región) y el cierre del ciclo combinado de la central Taltal (que añadirá 120 MW a los 245 MW que posee), que se encuentra en proceso de evaluación ambiental. Además, se priorizará la construcción de la hidroeléctrica de pasada Neltume (490 MW). También están avanzando en la termoeléctrica Punta Alcalde (740 MW en la III Región) que ya cuenta con Resolución de Calificación Ambiental favorable para la central y cuyo Estudio de Impacto Ambiental de la línea de transmisión está en evaluación ambiental. “El foco de inversión hoy es sacar adelante los proyectos que tienen algún grado de avance y evitar abrir flancos de conflicto”, enfatiza un director del grupo.