ERNESTO A. LÓPEZ ANADÓN - PTE. DEL IAPG.
El tema de la explotación de Vaca Muerta, por su importancia como actividad que motorizará muchas otras en el futuro, se menciona y se analiza en los medios cada vez con mayor asiduidad.
Se recogen comentarios en todos los sentidos; a favor, en contra y neutros, que deberían enriquecer el debate y guiar en los caminos para que esta actividad, como dijimos, necesaria para el futuro del país, se lleve a cabo de la mejor manera posible.
Estos aportes son recogidos por todos los actores que tendrán que entender en esta materia, como gobiernos, reguladores, empresas, ONGs, y son motivos de discusiones sanas de cómo mejorar todos los procesos que involucran a cada uno, minimizando el riesgo y la impronta que toda empresa humana conlleva.
Sin embargo, mezcladas entre ellas, aparecen opiniones, basadas en mitos importados desde otros países, o en hechos que quizá han ocurrido, pero a los cuales se los saca del contexto de dónde ocurrieron y se los rodea de suposiciones, creencias o ideologías, que poco tienen que ver con la realidad o con el caso que se describe.
Veamos algunos ejemplos:
La película “Gasland“, denuncia casos de canillas de agua que se prenden fuego y se lo atribuyen al fracking que se lleva a cabo en Pennsylvania para explotar la formación Marcellus (shale gas).
Pues bien, existen en ese estado, registros gubernamentales que datan de 1930, mucho antes de que se iniciara el fracking o cualquier otra actividad petrolera en ese estado, de denuncias de fuego en canillas de agua.
El fuego en esas canillas se ha venido produciendo por presencia de gas biogénico o de lechos de carbón, muy abundantes en esa zona, que suelen ser atravesados por los pozos de agua domiciliarios. Simplemente, no mencionar esto e intentar achacarle al fracking esos males muestra una total despreocupación por la investigación y, habría que decirlo, muy poca honestidad profesional.
Recientemente los medios de comunicación reflejaron un hecho ocurrido en el condado de Wise, Texas, en donde hubo un fallo de un juez contra una empresa de petróleo y gas para que se indemnice a una familia por daños a su salud, producto de las actividades de esa compañía en las cercanías a la vivienda de ellos.
La denuncia provenía por el supuesto daño provocado por las emanaciones de los escapes de unos motores que la compañía había instalado allí.
Sin embargo, en algún artículo, se intenta asociar esto con gases que emanan del fracking, y van más allá, diciendo que como esto es tan usual, las compañías pagan antes de llegar a juicio en tratos secretos u ocultos.
Nuevamente, nos encontramos con temas tratados a la ligera, sin datos, rigor ni profesionalismo, que pretenden tendenciosamente evitar que se desarrolle una actividad genuina por vaya uno a saber qué intereses ocultos.
Es una lástima esta actitud, porque empaña el diálogo constructivo que mencionamos más arriba, mientras confunde a la población y evita que ésta tenga un acceso claro y válido para poder tomar partido libremente.