El ministro de Economía, Axel Kicillof, se reunió hoy en Nueva York con los abogados que defienden al país en el litigio contra los fondos buitre. En una conferencia de prensa con medios de Argentina y de otros países, el ministro confirmó que vio a los abogados que representan al país, pero negó haber visto a Daniel Pollack, el mediador entre Argentina y los buitres designado por el juez Thomas Griesa. "No participé de ninguna reunión con él", afirmó Kicillof, al responder a una pregunta.
El mediador, Daniel Pollack, también emitió una declaración escrita para informar que aún no se ha alcanzado una solución entre las partes. "Los abogados de las partes se reunieron conmigo ayer y se han comunicado telefónicamente durante las últimas 48 horas. No se alcanzó ningún acuerdo", precisó.
El ministro mostró un tono prudente durante la conferencia de prensa que ofreció pocos minutos antes de dirigirse hacia el aeropuerto JFK para volar de regreso a Buenos Aires. Y buscó evadir las consultas sobre los pasos a seguir en la negociación con los buitres y los detalles de un eventual acuerdo. "Argentina pide condiciones adecuadas para negociar, pero siempre teniendo en cuenta nuestros compromisos legales", repitió varias veces.
Previamente, Kicillof habló frente al Grupo de los 77, en las Naciones Unidas. Y en su discurso ratificó la postura del Gobierno frente al fallo que favoreció a los fondos buitre para que se les paguen unos 1.500 millones de dólares el próximo lunes 30. Sobre todo, insistió en pedir al juez Griesa "un paraguas legal" para poder negociar sin la presión de un nuevo default.
Estas fueron algunas frases del ministro:
"Quiero dejar muy en claro: Argentina quiere seguir pagando su deuda reestructurada, pero no la dejan. Están empujando al país hacia un nuevo default.
Este fallo pone en riesgo no sólo la exitosa reestructuración de la deuda que hizo el país, sino que pone en riesgo al país mismo y a todos los argentinos.
Estamos dispuestos a negociar de buena fe. Pero vean qué situación se plantea: si el juez no nos otorga un paraguas legal, esta negociación será muy compleja.
Si Argentina se aviene y paga, se enfrenta otros reclamos que seguramente llegarán por más de 15.000 millones de dólares, más de la mitad de las reservas actuales. Por eso pedimos la opción no sea resolver todo en tres días o correr el riesgo de caer en un abismo".
La Comisión de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) y el Club de París expresaron la preocupación por el fallo de la justicia de Estados Unidos avalando la especulación financiera contra Argentina y advirtieron que tiene repercusiones sobre todo el sistema financiero mundial. Las declaraciones, que se suman a las del G–77, el Unasur, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de las Américas (Alba), y personalidades políticas y académicas de todo el mundo buscan generar el marco necesario para que Argentina pueda negociar un acuerdo justo con sus acreedores.
El juez Thomas Griesa, autor de la sentencia que avaló todos los pedidos de los fondos especulativos y no consideró ninguno de los argumentos argentinos, designó ahora al abogado Daniel Pollack para que actué de mediador. Este, de reconocida trayectoria en litigios financieros, mantuvo contactos con ambas partes y dijo que las negociaciones serán bajo secreto.
Sin embargo, el tiempo apremia al gobierno argentino que debe enfrentar el lunes un pago de deuda y corre el riesgo de ser embargado. Para poder concretarlo, el país quiere que Griesa restituya esta semana la medida cautelar (stay) que impediría al fondo NML de Paul Singer acceder a los recursos destinados al 92,7% de bonistas que ingresaron al canje.
La agencia Standard&Poor’s considera a la deuda argnetina en default, pese a que el país pago regularmente todos sus vencimientos y acordó la reestructuración con el Club de París y con las empresas multinacionales que habían ganado juicios.
“Las consecuencias de la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos del 16 de junio de declinar la apelación Argentina contra la decisión que le obliga a pagar 1.330 millones de dólares, resuena más allá de las fronteras de Argentina y Estados Unidos”, dijo el comunicado de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (Unctad).
Agregó que permitir entregar información privilegiada a estos fondos sobre el patrimonio que Argentina ostenta en todo el mundo “podría provocar que se dieran otros casos similares de interpretaciones en base a leyes de Estados Unidos, Gran Bretaña o otras”.
“En este contexto caótico, la formulación de normas y principios globales y armoniosos que guíen las reestructuraciones ha devenido de vital importancia”, agregó y anunció que está actualmente trabajando en un “proyecto” en ese sentido.
En el mismo sentido se pronunció el Club de París que concretó ayer su reunión anual conjunta con el Instituto Internacional de Finanzas, el Fondo Monetario y el Banco Mundial.
En un comunicado dijo que analizaron “las implicancias de la reciente decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos en el caso entre la Argentina y los fondos litigantes” y enfatizaron la “importancia del diálogo entre los deudores soberanos y sus acreedores y la coordinación entre los prestamistas como pilar de un sistema eficiente para la prevención y resolución de las deudas soberanas”.
Desde otras instituciones, como la prestigiosa revista norteamericana Foreign Affairs y el diario Financial Time se llamó a apoyar a la Argentina.
Personalidades británicas oficializaron su apoyo a la Argentina en una declaración firmada que fue llevada a la Embajada del país en Londres. Se trata de un documento denominado “Solidaridad con la Argentina contra los fondos buitre” firmado por parlamentarios de diferentes partidos, intelectuales, periodistas, referentes de la opinión pública local, sindicalistas y activistas.
Rusia respaldó la posición argentina
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, recibió en Moscú al presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez –quien lidera una comitiva multipartidaria de legisladores– y brindó un firme apoyo a la voluntad argentina de negociar con los acreedores que aún no ingresaron a la reestructuración de la deuda. “Apoyamos a la Argentina en el objetivo de saldar su deuda”, dijo. Asimismo, destacó que su país “está a favor de la Argentina en su proceso de crecimiento” y reafirmó “la posición de principios de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas”.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, se reunió ayer con los abogados que representan a la Argentina ante los tribunales estadounidenses en el caso contra los fondos buitre, quienes el martes mantuvieron el primer encuentro con los representantes de los holdouts.
La reunión tuvo lugar en presencia de Daniel Pollack, el letrado nombrado por el juez Thomas Griesa para mediar entre las partes.
"Mantuve una reunión con nuestros abogados, pero no nos hemos reunido ni con representantes del tribunal ni con los que hacen esta demanda", señaló Kicillof en conferencia de prensa desde Naciones Unidas, donde expuso sobre la reestructuración de deuda soberana y la posición de la Argentina en el caso.
El que no haya surgido un encuentro directo con la contraparte "obedece a que tenemos una representación legal en Nueva York que está en comunicación con el juzgado y con los abogados de la otra parte, de ser necesario", explicó.
Por otro lado, el ministro sostuvo que "el primer factor" que toma la Argentina "es el tiempo. Nosotros sin tiempo sería extraño que podamos resolver algo de esta complejidad".
Sin embargo, "por ahora conocemos el silencio del juez Griesa, conocemos también una declaración pública de los fondos buitre que dijeron que no están de acuerdo con suspender la aplicación de la sentencia", dijo.
Por su parte, el G-77 + China emitió a última hora de ayer un pronunciamiento a favor del Gobierno argentino para que el juez Griesa suspenda el fallo que obliga al país pagar 1.500 millones de dólares a los fondos buitre y abra un tiempo para poder negociar la forma de pago a todos los tenedores de títulos. "La mayoría del mundo es solidaria con la Argentina y le solicita al juez que genere condiciones equitativas de negociación", destacó Kicillof. En tanto, el canciller Héctor Timerman explicó que los 133 países que conforman el G-77 + China "han expresado su solidaridad con la posición argentina, y le piden a la Justicia de los Estados Unidos que escuche a la mayoría del mundo", que se vería afectada también por las consecuencias de este fallo.
En los hechos, el Ministerio de Economía coincidió con sus palabras ayer: por la mañana el Estado cortó el cupón del bono Discount que vence el lunes próximo a pesar de que el stay no fue repuesto por la corte estadounidense. Más tarde, el ministro exponía en Nueva York su voluntad de pagar, pese a no haber obtenido respuesta por parte del juez Thomas Griesa del pedido de suspender la sentencia a favor de los holdouts.
Antes de la apertura de negociaciones ayer en el mercado, la Bolsa de Comercio recibió la notificación por parte de Economía que pagará el cupón por los intereses semestrales.
"Se cumplió todo el procedimiento exactamente igual al proceso habitual. No se hizo algo distinto", dijeron funcionarios del Merval que pidieron no ser nombrados. "Para nosotros fue absolutamente normal, como cualquier otro pago anterior", agregaron. Si Economía no hubiera notificado el corte del cupón, automáticamente la Bolsa tenía que reclamar la información.
Así fue que el bono cortó el cupón 72 horas antes del pago, como estaba previsto. El lunes Economía debería pagar 228 millones de dólares por los títulos Discount bajo ley de Nueva York.
Esos cupones quedaron depositados en Caja de Valores (en el caso de los operadores locales) hasta que el Estado transfiera el dinero a las cuentas de esos inversores.
Con este trámite, el mensaje del gobierno es el de voluntad de pago. Deja abierta la posibilidad de hacerlo en caso de que Griesa reponga el stay, con lo que evitaría que los fondos transferidos por el Bank of New York (BoNY) para pagar este vencimiento sean embargados por los fondos buitre como forma de pago.
"Si no hubiera intención de pagar, no te informan", agregó el funcionario. La voluntad de pago queda explícita porque, según explicaron, después de la declaración de default en 2001, el Estado no notificó ninguna orden de pago.
Ayer el discurso del ministro de Economía, Axel Kicillof, en la ONU fue en ese sentido: "La Argentina quiere seguir pagando pero no la dejan, es un caso inédito, insólito". Y agregó: "La Argentina pidió negociar de buena fe y solicitamos una suspensión de la sentencia para poder tener una negociación justa y equilibrada".
Ahora se abren varios escenarios. Si Griesa repone el stay hasta el lunes, Argentina pagará en fecha. Si no es así, el país cuenta con 30 días adicionales para efectuar el pago, durante los cuales podría suspenderse la sentencia. Si luego del 30 de julio, el embargo sigue siendo un riesgo, el país entraría en default. La razón por la cual el gobierno abrió posibilidad de cambiar la jurisdicción de pago, que ese juez volvió a prohibir.
Si la cautelar se repone, el Banco Central podría hasta el mismo lunes girar los fondos al BoNY para que éste envíe el dinero a las depositarias en todo el mundo.
Porque, en caso de cumplir con el vencimiento, el Estado puede abonarlo el lunes en cualquier momento del día, pero debe evitar generar incertidumbre notificándolo a las instituciones al principio de la jornada. Si no, de nuevo, la Bolsa, el Merval y la Caja deberían reclamar esa notificación.
Si no pagara, esas instituciones deberán decidir si habilitar la negociación por separado del cupón impago.
También, cómo retomar las condiciones de las operaciones de Discount que se pacten desde ayer hasta el lunes, ya que los precios contienen el descuento por el pago del cupón, a lo que se le agregaría la incertidumbre del default. Recomponer los valores teóricos en función de los precios operados no afectaría a los inversores porque las operaciones no estarán liquidadas, explicó el funcionario. "Son cuestiones que se determinan para afectar lo menos posible a los inversores", agregó.
Sucede que ayer los inversores compraban el bono con la certeza que el pago del título sigue su carril normal: los compradores pagaban un precio con el descuento del vencimiento de intereses mientras los vendedores se quedaban con los cupones depositados en la Caja.
Después del discurso presidencial conciliador del viernes pasado, estos títulos ganaron u$s 11. El precio de u$s 88,42 de ayer refleja el riesgo de default, ya que rinde un 10%, pero también, que eventualmente se pagará el cupón.
Frente a más de 100 representantes del G-77+China, el ministro de Economía, Axel Kicillof, ratificó ayer la voluntad del gobierno nacional de cumplir con el pago de la deuda externa y le solicitó al juez estadounidense Thomas Griesa que acepte el pedido de suspensión del fallo presentado por los abogados argentinos, a menos de 72 horas hábiles del próximo pago a los bonistas que ingresaron al canje. Desde Nueva York, y a 20 minutos de distancia del juzgado de Griesa, el ministro de Economía detalló la evolución de la deuda argentina, cuestionó la actitud de los fondos buitre y advirtió nuevamente sobre las consecuencias de la aplicación de la decisión judicial convalidada días atrás por la Corte Suprema de Estados Unidos. “La Argentina quiere seguir pagando su deuda reestructurada. Quiere pero no la dejan, es un caso inédito, insólito. Nos han impuesto determinadas condiciones que tienen consecuencias que ponen en riesgo la economía en su conjunto”, aseguró Kicillof.
La comitiva viajó a Estados Unidos ayer por la mañana para sentar la posición argentina en el seno de las Naciones Unidas, en una reunión de representantes del G-77+China. El grupo de 133 países (sobre un total de 193 que componen las Naciones Unidas) expresó su respaldo unánime a la postura del Gobierno y planteó la necesidad de establecer normas internacionales en los procesos de reestructuración de deuda (ver página 10). Se aprobó, además, el envío de una carta al juez Griesa, al gobierno norteamericano y a la Corte Suprema. Durante el día, el ministro argentino mantuvo una reunión con los representantes legales argentinos, encabezados por el abogado Carmine Boccuzzi, en la que, según el ministro, no hubo modificaciones en la situación judicial.
Por su parte, el mediador designado por Griesa, Daniel Pollack, informó que se realizó un primer encuentro con las partes, que coincidieron en mantener confidencialidad respecto de las negociaciones, con el objetivo de facilitar un posible acuerdo.
“Como el fallo ya está, Argentina pidió negociar de buena fe. Por eso solicitamos una suspensión de la sentencia para que se puedan analizar todos los riesgos hasta el próximo pago”, sostuvo Kicillof en su discurso, en el que explicó que si la Argentina quisiera pagar el lunes próximo a los bonistas que aceptaron reestructurar la deuda, no podría hacerlo porque los fondos serían embargados. Y, por otro lado, aun si aceptara pagar los 1500 millones de dólares que reclaman los bonistas que no ingresaron al canje, Argentina debería responder a reclamos por alrededor de 135 mil millones de dólares. “Ahora pende sobre nosotros un yunque de 15 mil millones, más 120 mil millones de dólares, que se puede caer sobre nuestra cabeza el día lunes”, alertó el ministro de Economía.
A esa cuenta llegan en el gobierno nacional sumando los fondos que litigaron ante el juez Griesa, entre los que se encuentra NML, de Paul Singer (unos 1500 millones de dólares), aquellos que no fueron alcanzados por esta sentencia pero que tampoco ingresaron al canje (unos 15 mil millones) y por último los reclamos que podrían venir de los bonistas que aceptaron ingresar al canje pero que exigen las mismas condiciones que el resto (“según cálculos conservadores –dijo Kicillof– 120 mil millones de dólares”).
“El accionar de los fondos buitre pone en riesgo no sólo la reestructuración de deuda, sino al país, a nuestro pueblo. La Argentina está dispuesta a negociar de buena fe. Pero, fíjense, de aquí al lunes que viene, si el juez no pone un paraguas legal, no pone una suspensión de la sentencia, la negociación va a ser muy compleja”, explicó Kicillof ante el auditorio de embajadores y diplomáticos del grupo de países en desarrollo. Con el tiempo en contra y los fondos buitre presionando para que no salga esa suspensión del fallo, la misión argentina en Nueva York fue volver a conseguir respaldos para su postura.
“Tiene que ser justa y razonable, no puede ser que el país tenga que optar en tres días ante el peligro de adoptar una deuda de 120 mil millones. Que ponga condiciones equilibradas que tengan en cuenta al ciento por ciento de los bonistas argentinos”, insistió Kicillof.
Durante una conferencia de prensa posterior, el ministro de Economía no descartó un cambio de jurisdicción en el pago a los bonistas, aunque afirmó que no puede “responder sobre hipótesis”. Por otro lado, aclaró que no estaba en su agenda reunirse con los abogados de los fondos buitre ni con el mediador Daniel Pollack, ya que la Argentina posee sus representantes legales, con quienes sí se había reunido más temprano. “Estamos dispuestos a negociar de buena fe. Estamos esperando la respuesta del juez. Por ahora lo que conocemos es el silencio de Griesa y la negativa de los bonistas”, remarcó Kicillof, haciendo hincapié en la necesidad de conseguir un plazo mayor para lograr un acuerdo.
Durante su exposición en Naciones Unidas, el ministro de Economía mostró un gráfico con la evolución de la deuda desde 1824, cuando se le solicitó un préstamo de un millón de libras esterlinas a la casa Baring Brothers para la construcción del puerto de Buenos Aires. “Esa deuda terminó de arreglarse en 1905, unos 80 años después. Las obras no se hicieron y Argentina pagó esa deuda por la que le habían llegado 500 mil libras esterlinas en vez de un millón”, relató Kicillof, que luego se concentró en el período ‘76-2003, cuando “comienza a gestarse la disparada de la deuda externa moderna de la Argentina”. Luego reflejó los procesos de canje de 2005 y 2010, sumados al pago al FMI y el acuerdo con el Club de París, entre otros puntos de la gestión iniciada por Néstor Kirchner.
Al introducir la exposición del ministro, el canciller Héctor Timerman agradeció la colaboración del G-77+China, que semanas atrás se reunió en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, donde ya había declarado su preocupación por la actitud de los fondos buitre. Timerman recordó palabras de la presidenta Cristina Kirchner en ese encuentro. “Hoy los fondos buitre ponen en peligro el sistema financiero internacional. No se trata de Norte o Sur, sino de una economía de la producción contra una economía de la especulación”, citó el canciller argentino.
Uno de los temas en los que hizo foco la comitiva argentina es en el impacto del fallo en los procesos de normalización de deuda de otros países. “Argentina pagó y quiere seguir pagando pero en situaciones razonables y posibles”, completó Kicillof.