Ayer hubo una reunión de presentación. Para los fondos, las negociaciones no arrancaron. NML, de Paul Singer pidió a Griesa que rechace el amparo que solicitó la Argentina.
Por Ana Baron.
La reunión tuvo lugar en la oficina de Daniel Pollack, el abogado estrella que el juez Thomas Griesa designó para conducir y presidir las negociaciones entre los fondos buitre y la Argentina. Los abogados de ambas partes llegaron puntualmente. Los representantes de nuestro país lo hicieron a regañadientes.
“Durante la teleconferencia que Griesa tuvo con los abogados de las partes ayer por la mañana, los representantes de Argentina explicaron que no querían ir a la reunión con Pollack ya que no reconocían su autoridad.
Griesa les advirtió que si no iban eso sería una muy mala señal”, contó a Clarín una fuente muy familiarizada con lo que ocurre en la Corte de Griesa.
Según pudo confirmar Clarín, Pollack está todavía estudiando el caso. “Lo hace lo más rápido posible, pero hay que tener en cuenta que antes de poder hacer nada tiene que conocer los detalles”, dijo a Clarín un abogado que lo conoce bien. Por lo tanto, todo indica que la reunión de ayer fue sólo una aproximación al tema, pero no realmente el inicio de una negociación.
De hecho, pese a la teleconferencia con Griesa y al cara a cara con Pollack, los fondos buitre consideran que la negociación todavía no ha comenzado. En la carta que Robert Cohen envió al juez en nombre de NML, Aurelius, Blue Angel y los 13 argentinos que se sumaron al litigio, sostiene que Griesa no debe otorgar el amparo que pidió la Argentina. Uno de los argumentos es que “funcionarios argentinos todavía tienen que tomar contacto de algún modo con los principales acreedores, o por lo menos deben tomar medidas para establecer una reunión”.
El anuncio del viaje a Nueva York del ministro de Economía, Axel Kicillof, –que Clarín había anticipado la semana pasada–, originó todo tipo de expectativas.
Pero fuentes cercanas a NML confirmaron a Clarín que no hay ninguna reunión prevista entre Kicillof y los fondos buitres. “Siguen sin llamarlos, no saben realmente a que viene el ministro. Están sorprendidos”.
De hecho, en la dura carta que dirigieron ayer al juez Griesa para decirle que no otorgue el amparo que pidió Argentina, los fondos buitre también se mostraron conciliadores.
Dicen que si llegado el 31 de julio (última fecha para pagarles a los bonistas que ingresaron en el canje), “las partes han hecho buenos progresos pero se necesita más tiempo y Argentina no ha tomado medidas para evadir el fallo de Griesa”, entonces no se opondrán al amparo, siempre y cuando el juez les asegure al mismo tiempo una compensación por si las negociaciones fracasan y Argentina pagó a los bonistas que ingresaron en el canje los 900 millones de dólares sin pagarles al mismo tiempo a ellos.
“NML está dispuesto a acordar algo con Argentina sobre el amparo, pero ellos tiene que demostrar primero que están dispuestos a comprometerse de buena fe con las negociación”, explicó a Clarín la fuente familiarizada con los abogados de NML.
Si bien Kicillof dice que viene a dar un discurso a la ONU sobre deuda, nadie descarta que en su agenda super secreta también figure el caso de los fondos buitre. Lo que nadie se atreve a pronosticar es con quién se reunirá.
Hay tres opciones. Primero, se reúne con el negociador Daniel Pollack; segundo, con el juez Griesa, y tercero, directamente con representantes de NML.
La fuente que habló con Clarín descartó sin embargo esta última opción. Lo que nadie descarta, sin embargo, es que antes de cualquier reunión, el ministro Kicillof vaya primero al estudio de los abogados que defiende a la Argentina, Cleary, Gotlieb, Steen and Hamilton, donde trabajan los dos expertos legales que llevan el caso para el país: Jonathan Blackman y Carmine Bocuzzi.
El fondo buitre NML, de Paul Singer, presentó hoy al mediodía un pedido al juez de Nueva York Thomas Griesa para que rechace el pedido de reponer la cautelar (stay) que hizo ayer la República Argentina. Sin la reposición de esa cautelar, la Argentina no podrá pagar el cupón de intereses de los bonos Discount, que vence el 30 de junio, por US$ 900 millones.
Argentina hizo ese reclamo a Griesa formalmente ayer, al mismo tiempo que se mostraba dispuesta a sentarse a negociar con NML y otros acreedores la forma de hacer frente a la sentencia por 1.500 millones de dólares. El fallo ya fue ratificado por la Corrte Suprema de Estados Unidos, al rechazar la apelación presentada por el Gobierno.
Robert Cohen en nombre de NML, Aurelius, Blue Angel y los 13 argentinos que se sumaron al litigio argumenta que el pedido de Argentina es de hecho para que esta Corte modifique su fallo para permitirle a la Argentina "hacer el pago del 30 de junio de 2014 a los bonistas que ingresaron en el canje sin hacer al mismo tiempo un pago proporcional a los demandantes (léase los fondos buitres".
Según la durísima carta enviada a Griesa hoy por la mañana, “Argentina ni siquiera está cerca de cumplir con el estándar legal de ese pago".
Más aún, los fondos dicen que si bien Argentina considera que una nueva medida cautelar para suspender la ejecución del fallo facilitaría las negociaciones, "la verdad es lo opuesto" . "Si Argentina quiere seriamente negociar una resolución entonces no hay razón para que las negociaciones no concluyan antes del 30 de julio de 2014, que es, dado el periodo de gracia (de 30 días desde la fecha de vencimiento del pago) la fecha en que el pago a los bonistas que ingresaron en el canje debe realizarse".
Especialistas que siguen de cerca este tema le comentaron a Clarín que era totalmente lógico que NML hiciera este pedido, dado que Griesa solo podría aceptar reponer el amparo con el consentimiento de NML.
De todas maneras, es aún incierto qué puede resolver Griesa, dado que la Argentina se mostró dispuesta a negociar y, sobre todo, el juez ya nombró un mediador, el abogado especialista en litigio financiero Daniel Pollack, para encauzar una negociación que, por lo que acaba de presentar esta mañana NML, luce como muy complicada.
Por Martín Kanenguiser.
Los abogados de la Argentina en el exterior deberán multiplicar sus esfuerzos en estos días . No sólo afrontan la negociación para pagarles a los holdouts que ganaron el caso en Nueva York; también temen que, como lo indicaron varias fuentes, en el corto plazo se confirme una sentencia a favor de un grupo de bonistas italianos por US$ 2700 millones ante el tribunal arbitral del Banco Mundial.
Así lo señalaron a LA NACION fuentes que participan del caso que se dirime en el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) desde 2006, a instancias de la Task Force Argentina, liderada por Nicola Stock, representante de unos 50.000 bonistas italianos.
Por este caso viajaron a Washington funcionarios de la Secretaría de Finanzas, liderados por el abogado Matías Isasa, que luego se trasladaron a Nueva York por la negociación con los holdouts.
Una fuente que participó como testigo del arbitraje afirmó que "las preguntas respecto de la Argentina eran muy duras y anticipan un fallo negativo para el Gobierno", una percepción que confirmaron dos fuentes de Wall Street a LA NACION.
El panel, integrado por un árbitro holandés, uno suizo y uno español, terminará esta semana de escuchar todos los alegatos. Ayer fue el turno de Stock, que desde Washington, luego de declarar ante los árbitros y antes de regresar a Roma -apenado por la eliminación de Italia del Mundial- ,dijo a LA NACION: "Esperamos que haya un fallo favorable a nuestra demanda por 2000 millones de euros".
Nicola Stock, representante de los acreedores italianos, indicó que están "muy positivos con que la demanda nos favorezca".
Una vez que el Ciadi emita su laudo (lo que los representantes de los bonistas esperan para las próximas semanas), comenzará a regir el proceso de ejecución de la sentencia.
Al respecto, Stock dijo que "luego del fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos por el pari passu [a favor de los fondos NML-Elliot y Aurelius y otros 13 inversores minoristas argentinos], están más firmes nuestras aspiraciones de negociar, algo a lo que la Argentina siempre se ha negado, a diferencia de varias provincias y empresas privadas con las que sí llegamos a acuerdos" por la deuda en default.
DESEO DE NEGOCIAR
"Si quieren, podemos negociar, pero hasta ahora no nos han convocado. Si hay un arreglo, será más fácil que el país reciba inversiones y vuelva a crecer", consideró el representante de los demandantes.
Hasta el año pasado, la Argentina se había negado a reconocer la posibilidad de ejecutar en el extranjero los fallos firmes del Ciadi y les reclamaba a las empresas que se presentaran para cobrar en los tribunales porteños.
Stock fue tajante en este sentido: "Si ganamos este arbitraje, podemos ejecutarlo en los 102 países que forman parte del Ciadi, pero no lo haremos en la Argentina, porque allí todas las sentencias son contrarias a los acreedores y además está la «ley cerrojo», que nos impide cobrar lo que pedimos".
Pero como parte del cambio de estrategia que comenzó en 2013 para volver a financiarse en los mercados internacionales ante la fuerte caída de las reservas -y tras la fuerte presión de varios países desarrollados, sobre todo de Estados Unidos-, el Gobierno aceptó pagarles en octubre pasado a cinco empresas que ganaron casos de arbitraje. Las empresas fueron Azurix, Blue Ridge Investments, Vivendi, Continental Casualty Company y National Grid, y se les pagó con bonos (Boden 2015 y Bonar 2017) un total de 506 millones de dólares, sobre un total de 677 millones.
Las cuatro primeras habían demandado a la Argentina ante el Ciadi, mientras que la restante lo hizo ante el Uncitral (un tribunal arbitral que depende de las Naciones Unidas).
Entre Azurix, que brindaba servicios de agua potable, y Blue Ridge, que compró la demanda al adquirir la participación de CMS Gas Transmission Company en una transportadora de gas natural en el país, habían obtenido sentencias favorables por más de 300 millones de dólares.
Ésta fue una de las condiciones que el gobierno de Estados Unidos exigió a la Argentina (junto con el arreglo con el Club de París, el cambio en las cifras del Indec y el arreglo con los holdouts) para destrabar una nueva cartera de créditos del Banco Mundial por 3000 millones de dólares, que, sin embargo, todavía sigue congelada.
El problema es que la Argentina enfrenta demandas ante el Ciadi por unos US$ 20.000 millones. La mayoría de estos pleitos surgieron a raíz de la crisis de 2001-2002.
MÁS DEUDA
Estos pasivos se suman al dinero que se les debe a los holdouts y a la deuda recientemente reconocida con el Club de París, sin ninguna quita, para evitar la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) como auditor.
Los analistas en Wall Street creen que, dados estos pasivos que se suman a los vencimientos regulares que venía cumpliendo la Argentina, el Gobierno deberá buscar financiamiento en el mercado de capitales en los próximos meses, algo que el equipo económico viene explorando en forma tímida, pero constante. "Si arreglaran el tema de los holdouts, podrían emitir deuda a una tasa apenas por encima de la que tuvo que pagar Ecuador y llegar sin problemas hasta 2015", comentó un operador de bonos, mucho más preocupado por la crisis en Medio Oriente y en Ucrania que por la Argentina.
"La Argentina tiene para subir 5 puntos si hay arreglo, pero para perder 20 puntos si hay un default", advirtió esta fuente, en un café de la Quinta Avenida.
De todos modos, no todos los operadores tienen la misma postura. Mientras que esta fuente comentó que "comprar bonos de la Argentina tiene un bajo potencial de beneficio y un alto riesgo de default hasta que no se solucione lo de los holdouts", otros colegas saben que pocos rendimientos pueden igualar la tasa de interés que ofrece la Argentina.
En este sentido, otro experimentado operador afirmó que "a diferencia de 2013, cuando sólo había dinero de los fondos de inversión de riesgo, ahora la mayoría de los bancos tomaron posiciones en la Argentina, sobre todo por los cambios registrados en los últimos meses y por la expectativa de tener un gobierno más racional desde fines del año próximo".
Por esta razón, "ahora el volumen en bonos argentinos que se negocia es bastante mayor que en 2013, y por lo tanto el riesgo es mayor: si todo sale mal, serán varios los que perderán por goleada", dijo la segunda fuente, apelando a la jerga mundialista, que ha llegado también a esta ciudad, tradicionalmente ajena a los vaivenes del soccer.
FUERTES CRÍTICAS AL JUEZ GRIESA EN MEDIOS INTERNACIONALES
Publicaciones de prestigio internacional criticaron la orden de Griesa de pagar toda la deuda a los holdouts. El periódico inglés Financial Times sostuvo en un artículo firmado por Martin Wolf: "Los acreedores que aceptaron cambios y los holdouts no son casos similares. Forzar a que se los trate como iguales parece un error. Es más, el argumento de que los holdouts están ayudando a la Argentina mediante el castigo a la corrupción del Gobierno parece absurdo. Corresponde a los argentinos elegir al gobierno. Peor, si la Argentina es obligada a pagar la totalidad a los holdouts, el precio pesará sobre los argentinos. Eso es extorsión apoyada por el Poder Judicial de Estados Unidos". Las críticas al juez norteamericano también llegaron desde Foreing Affairs. Un texto de Felix Salmon sostiene que "hay muchas instituciones suficientemente poderosas para poner a una nación soberana sobre sus rodillas. La mayoría maneja su poder con mucho cuidado; el resto son fundamentalistas peligrosos".
Y agrega: "La Argentina no está mintiendo cuando dice que simplemente no puede pagar lo que demanda la corte norteamericana".