La actividad minera en Holanda es casi nula. Vivió su época dorada en la década del ’50 y ’60 en la provincia de Limburgo. Allí se explotaban minas de carbón y, poco a poco, su producción fue creciendo hasta convertirse en el principal sustento de la provincia. A pesar de este auge, el carbón se explotaba desde principios del Siglo XVI.
El crecimiento presentado comenzó a repercutir en la población, a tal punto que, en 1955, 50.000 personas trabajaban en las minas. Y no eran sólo holandeses, sino que, además, provinieron de Alemania, Italia, Polonia, España, Marruecos, entre otros países. Este fenómeno propició la construcción de casas, por lo que se confeccionaron villas de los trabajadores mineros. La más importante estaba en Lutterade, cerca de Geleen.
Pero la época dorada tuvo su fecha de fin: el 17 de diciembre de 1965, el gobierno holandés anunció el cese definitivo de la extracción de carbón. Fue un golpe durísimo a la realidad de los holandeses ya que, a esa altura, el 70% de la población dependía de la actividad minera. Limburgo se había transformado en una de las zonas más densamente pobladas del país debido a las minas de carbón y el consecuente empleo que generaba.
Cuando cerró la última mina, alrededor de 75.000 empleados ligados directa o indirectamente a la minería quedaron desempleados y su mayor desafío fue encontrar un nuevo trabajo ya que estaban formados íntegramente para desarrollarse en la industria minera. Por eso, las condiciones estaban dadas para que Limburgo se transformase en una de las regiones más pobres de toda Europa. Sin embargo, en agosto de 1977, el Dr. Kramer fue nombrado como Comisionado de la provincia y encabezó una reestructuración económica que dio resultado. Limburgo se convirtió en una provincia próspera y con excelentes perspectivas a futuro.
La mayor mina de carbón en la cuenca del Limburgo, y la mayor de Europa, fue la mina estatal Maurits, que fue la última en ser puesta en producción, en 1926, y la primera en ser cerrada, menos de cuarenta años después.
En tanto, los holandeses dependían de la turba y molinos de viento para generar energía, hasta que las tecnologías se desarrollaron y ahí fue cuando cobró importancia el carbón. Después de la Segunda Guerra Mundial, el petróleo y el gas natural fueron creciendo en importancia y, como consecuencia, aumentó su importación.
Según datos de 2003, Holanda produjo 73.129 millones de metros cúbicos de gas natural, mientras que la producción total era de 91.005 millones de KWh.
En línea con la concientización con el cuidado del medio ambiente, en la década del ’90, la energía eólica dio cuenta de un gran desarrollo. En tanto, en 1992, se instalaron 630 aerogeneradores, que fueron capaces de producir 144 millones de kWh al año.
El 26 de Noviembre de 1977 el importante periódico The Economist publicó un artículo llamado "The Dutch Disease" (La enfermedad holandesa") refiriéndose a lo ocurrido en Holanda en la década de los 60 cuando este país descubrió importantes yacimientos de gas natural en Slochteren, cerca al Mar del Norte. Esta nación experimentó un boom en las ventas de este recurso natural, que generó un alto flujo de capital entrante en otras monedas que necesitaban ser cambiadas por la moneda local (llamada "florín" en esa época). Es así como la moneda holandesa se apreció fuertemente, lo cual llevó a que los otros sectores exportadores de esa economía se hicieran menos competitivos repercutiendo en una reducción de sus ventas al exterior, y por esa misma vía recortando el empleo, pues los costos tenían ya más peso relativo para estas empresas dada la disminución de sus ingresos. Adicionalmente, al darse el crecimiento acelerado de la explotación de gas natural, todas las empresas dedicadas a proveer recursos para estas empresas como tubería, cemento y concreto, hierro, taladros, redes eléctricas, entre otros comenzaron a crecer como consecuencia del "boom"; y por ende demandaron más mano de obra (calificada y no calificada); para poder atraer a los trabajadores tales compañías ofrecían mejores condiciones laborales y esto hizo que el empleo se trasladara de otros sectores económicos a todos los relacionados con el gas natural y su explotación. Sin embargo, cuando las existencias de este recurso comenzaron a disminuir, ya no era necesaria la misma mano de obra que en el auge y se desencadenó un desempleo irremediable a corto plazo; pues los demás sectores habían ajustado su producción con los trabajadores disponibles.
Todo esto implicó una crisis para la economía holandesa, en donde se había perdido competitividad en otros sectores exportadores, de manera que se desincentivó la inversión y la mejora de productividad; el desempleo aumentó considerablemente, los bienes no transables aumentaron de precio y lo que parecía una gran noticia para el país, generó un colapso económico.
Revisemos los antecedentes aquí descritos para definir el significado de la "Enfermedad Holandesa":
Este fenómeno es el efecto que se genera principalmente sobre el tipo de cambio de un país cuando se da una gran entrada de capitales, disminuyendo significativamente las exportaciones de sectores manufactureros, pues al haber entrado tal volumen de divisas, se ha incrementado la demanda de moneda local, lo que hace que aumente su precio (se revalúe o aprecie), encareciendo los productos para los compradores extranjeros generando una disminución de la demanda, y llevando a los exportadores a ver disminuciones significativas en los ingresos.
Generalmente éste fenómeno de entrada abrupta de capitales se genera porque hay un "boom exportador" de un recurso natural, impulsado principalmente por descubrimientos de fuentes de algún recurso exportable y altamente demandado en el exterior. Estos descubrimientos, por lo general, se dan en petróleo, oro, plata o cobre. Por efecto propio del incremento de la venta de este recurso, la inversión privada, interna y externa, se dirige hacia su explotación implicando una mayor generación de empleos en ese sector y traslado de fuerza laboral desde otros sectores hacia éste; lo cual implica que al momento de agotarse el recurso esos empleos se acaban y la caída en los otros sectores manufactureros dada la pérdida de competitividad hace imposible que se vuelvan a retomar, por ende la demanda interna de la economía tiende a reducirse y se podría generar una recesión.
La energía eólica lleva utilizándose en Holanda casi desde los inicios del país. Los molinos aprovechaban la energía del viento para drenar humedales, serrar madera para los edificios, moler grano para alimentar a la población y muchos otros usos industriales. Es algo que no ha cambiado con el paso del tiempo, aunque sí lo haya hecho el tipo de energía eólica utilizada actualmente. Ya no son molinos de madera o piedra los que producen la electricidad que necesita un país moderno como Holanda, sino modernas turbinas eólicas.
¿De cuánta energía estamos hablando?
En Holanda, la energía eólica se incluye dentro de las Renovables. El país es líder en este sector, desde los primeros molinos de viento que proporcionaban una alternativa a los molinos hidráulicos típicos de la época, hasta las modernas turbinas que aprovechan la energía eólica en tierra y mar. En el año 2009 las turbinas eólicas terrestres de Holanda, sobre todo en el norte del país, generaron casi 2.000 megavatios. En el mar, sus dos parques eólicos generan unos 250 megavatios. En comparación, una central termoeléctrica de carbón normal produce entre 600 y 700 megavatios.
Pasado y presente
Holanda es el lugar por antonomasia donde experimentar el poder del viento en carne propia. Con más de 1.000 molinos de viento históricos y numerosas turbinas eólicas modernas repartidos por todo el país, ofrece una oportunidad única para estudiar tanto la historia de este tipo de energía como el futuro del sector. Aunque los nuevos ‘molinos de viento’ son altamente sostenibles, los antiguos mantienen un carácter tan romántico y nostálgico que en Schiedam, donde aún quedan cinco molinos históricos, se construyó una turbina eólica nueva de manera que pareciese uno de ellos.
Descripción del sector
La energía renovable es toda aquella energía en la que portadores de energías primarias y renovables se convierten con la ayuda de técnicas de conversión de energía en portadores de energía secundaria y útil. Se consideran fuentes de energía renovable: el sol, el viento, el agua, el calor de la Tierra, la biomasa y las mareas.
La experiencia holandesa
Biocombustibles (producción pero no cultivo de materias primas)
Energía eólica en alta mar
Incineración y gasificación de la biomasa
Energía solar fotovoltaica
Eficacia energética en el sector de la horticultura de invernadero
Eficacia energética en la industria
Captura y almacenamiento de CO2
Los Países Bajos ocupan una sólida posición en:
Alrededor de 15 empresas de Holanda están interesadas en hacer inversiones en México en lo relacionado a la sostenibilidad y energía verde.
“Empresas como KLM, Unilever, Heineken trabajaron en las mesas para encontrar formas sostenibles de innovación con el enfoque en soluciones verdes, pero también responsabilidad social”, dijo Jaap Veerman, ministro consejero del Reino de los Países Bajos.
Al terminar el foro “Innovación Sustentable en las Megalópolis”, organizado por la Embajada del Reino de los Países Bajos en México, Veerman dijo que Holanda es el tercer inversor en México y que los Países Bajos ven de manera muy positiva las reformas estructurales en México.
“Sobre todo la energética en las áreas de infraestructura, pero principalmente en la gestión y manejo del agua y la prevención de desastres”, dijo.
Veerman comentó que han trabajado muy de cerca con Petróleos Mexicanos (Pemex) para prevenir inundaciones y desastres hidráulicos.
“En este momento se trabaja en Tabasco y en próximos días vendrán expertos holandeses en el tema de prevención de desastres hidráulicos y también estamos tratando de extender estos proyectos hacia Guerrero”.
Tania Mijares, directora general de la Asociación de Empresas para el Ahorro de Energía en la Edificación, dijo que en las reformas estructurales el gran olvidado es la eficiencia energética.
“Claro que es muy bueno que se tenga energía eólica, solar y geotérmica pero si no hacemos que el usuario final y los grandes consumidores usen menos energía para producir más, de nada va a servir”, afirmó.
Agregó que en materia de eficiencia energética, México se está quedando atrás respecto otros países de América Latina como Colombia y Perú.
“En Perú están muy avanzados en la edificación, ahí utilizar envolventes en las zonas cálidas es una obligación, y aunque en México existe esa norma, no se aplica. En Colombia han trabajado mucho en la recuperación del espacio público, tienen muy claros los sistemas de transporte sustentable, se creó una conciencia y una cultura de que eso era importante”, dijo.