Los países integrantes de la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) conforman una potencia en el sector minero y buscarán objetivos comunes para impulsar esa actividad, afirmó Francisco de Rosenzweig, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía.
A nivel mundial, México, Chile y Perú concentran 48% de la producción de plata, 45% de la extracción de cobre, 19% de la fabricación de cobre refinado y 24% de las aleaciones de acero. “La Alianza del Pacífico representa una plataforma relevante en términos de recursos naturales, entre ellos los minerales”, manifestó Rosenzweig. Adicionalmente, México, Colombia y Perú participan con 21% de la producción de oro del mundo.
Con estas fortalezas, los integrantes de la Alianza del Pacífico acordaron intercambiar bases de datos sobre las exportaciones de minerales entre ellos y trabajar para establecer cierto tipo de sinergias en el comercio regional y, posiblemente, con terceros países, lo que quedaría plasmado en la declaración de los líderes que se dará a conocer mañana.
Chile es el mayor productor mundial de cobre. México lidera la extracción de plata y se ubica como el quinto productor de molibdeno y de plomo de mina. Perú se coloca entre los primeros productores mundiales de plata, cobre, oro y plomo. Por su parte, Colombia está en la séptima posición global como productor de níquel refinado.
Entre 1990 y el 2013 aumentó en forma significativa la participación de la región en la producción mundial de oro, molibdeno de mina y cobre de mina, y también se incrementó en menor proporción la participación en el caso del cobre refinado. En la IX Cumbre de la Alianza del Pacífico, que se realizará el viernes en este destino turístico, los cuatro países presentarán una exposición de los metales que se producen en la región.
En lo que se refiere a los recursos hídricos renovables, Rosenzweig resaltó que la Alianza del Pacífico representa 10% de los recursos totales del planeta, situándonos a la par de Estados Unidos y de Canadá, que representan 11%, y por encima de la Unión Europea. En paralelo, Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, detalló que la Alianza Pacífico pretende “diseñar una nueva etapa para dar papel productivo” a los 32 países observadores, cuyas delegaciones asistieron a las reuniones de Punta Mita.
Hoy, la Presidenta chilena, Michelle Bachelet, se reunirá con sus pares de México, Perú y Colombia en el balneario mexicano de Punta Mita, para discutir temas que definirán el futuro de la Alianza del Pacífico. Acerca de las expectativas de esta reunión, el canciller chileno Heraldo Muñoz, quien se encuentra en México, contestó las preguntas de La Tercera.
Usted habla de una convergencia Alianza-Mercosur. ¿Hacia dónde apunta esa convergencia? ¿No contempla como objetivo final de su propuesta unir a ambos grupos para crear uno solo?
Chile hizo una propuesta en el seno de la Alianza del Pacífico para realizar una reunión ministerial con el Mercosur. Esa propuesta se aprobó. Ahora, nuestro propósito no es una fusión o unión de ambos grupos. Tal hipotético propósito no sería realista, pues entre ambos esquemas hay diferencias marcadas en aranceles y regulación. Pero sí podemos explorar áreas de acuerdo en temas de interés común. Podemos discutir asuntos de natural convergencia en el corto, mediano y largo plazo.
¿No cree que avanzar hacia una convergencia entre Alianza y Mercosur podría terminar por desvirtuar a ambos grupos, considerando que el espíritu que inspira a unos y otros es muy distinto?
Hemos reafirmado nuestro compromiso con la Alianza del Pacífico y no deseamos diluir su especificidad y menos frenar su dinámica. Nos interesa preservar y profundizar el capital económico e institucional que ha logrado acumular la Alianza. Pero no es excluyente ni contradictorio avanzar con la Alianza y concertarnos con el Mercosur y otros esquemas y países en la región.
Usted señala que la Alianza del Pacífico no debe tener una marca ideológica. ¿Tiene hoy, según usted, esa marca?
No son los países miembros de la Alianza los que pretenden que ésta tenga una marca ideológica. Pero hay sectores y ciertos observadores en los medios que sí le atribuyen a la Alianza un sesgo ideológico. Nuestra mirada de la integración no es ideológica y creemos que nada ganaríamos estigmatizando los caminos al desarrollo de otros. Chile buscará acuerdos y cooperación por sobre las diferencias, por sobre la evidente diversidad existente en nuestra región.
¿Cuáles son las divergencias políticas y económicas que tiene Chile con los otros miembros de la Alianza del Pacífico? ¿Hacia dónde quiere Chile llevar a esta última?
Cada país tiene sus prioridades y urgencias. Hay diferencias y similitudes con los otros países de la Alianza. Si actuamos concertados con los otros tres socios y el resto de los países, especialmente los de Sudamérica, nos irá mejor en un escenario internacional, donde, crecientemente, las negociaciones se hacen desde bloques de países.
El Presidente Peña Nieto señaló en entrevista con La Tercera que los países que ingresen a la Alianza del Pacífico tienen que caminar hacia la libre circulación de bienes, personas, servicios y capitales. ¿Usted cree posible que países con una economía más proteccionista, como Brasil y Argentina, pueden alcanzar ese objetivo?
El Presidente Peña Nieto tiene razón. Para ingresar a la Alianza hay que aceptar sus objetivos. Sin embargo, no sé si Brasil o Argentina desearían ingresar a la Alianza. No he escuchado intención alguna al respecto.
¿Cuál es el beneficio de Chile de acercarse a países con economías menos abiertas y que, en el caso de Argentina, suelen poner trabas a la inversión extranjera?
Chile tiene que aprovechar todos los mercados y oportunidades de inversión para crear empleo y prosperidad. Nuestra posición de apertura al mundo no es excluyente. En Argentina hay inversiones acumuladas del orden de 19.400 millones de dólares y el intercambio comercial alcanzó 4.978 millones de dólares en 2013. En Brasil, los empresarios chilenos han invertido nada menos que 24.600 millones de dólares y el comercio supera los 9.000 millones de dólares. Las cifras hablan por sí solas.
¿Qué beneficios ha traído para Chile ser parte de la Alianza del Pacífico?
Más allá del protocolo comercial, la Alianza no sólo liberaliza los aranceles, sino que está armonizando normas en áreas como servicios, medidas sanitarias y fitosanitarias, compras públicas, normas de origen, movilidad de personas, etc. Todo esto es importante.
Alvaro Vargas Llosa sugirió que con la llegada de la Presidenta Bachelet, Brasil encontró el camino perfecto para desacelerar la Alianza del Pacífico. ¿Qué responde a eso?
La afirmación de Vargas Llosa supone algo de ingenuidad de nuestra parte. Soy un realista en materia de relaciones internacionales y tanto la Presidenta Bachelet como yo tenemos cierto recorrido en política internacional. Chile se guía por intereses en su inserción externa. Brasil es un socio clave y si queremos ser un país “puente” o “puerto” en dirección al Asia-Pacífico, tiene que ser con nuestros vecinos del Atlántico, incluyendo, por cierto, a Brasil. Ya dije que nuestro interés también es que la Alianza siga avanzando sin tropiezos. Más aún, nuestros propios empresarios nacionales me han dicho que quieren que los empresarios brasileños participen en la instancia empresarial de la Alianza.
En su última reunión en México usted dijo que su propuesta fue bien acogida e incluso se pactó una cita con sus pares del Mercosur. ¿Qué espera de esa reunión? ¿Puede haber avances concretos en el corto plazo?
La reunión ministerial se realizará la tercera o cuarta semana de julio en Cartagena, Colombia. Será una reunión exploratoria. La idea es conversar sobre puntos específicos, donde pueda haber coincidencias. Se trata de un primer paso para, eventualmente, concordar aquello que sea posible, de manera gradual y pragmática.