En el actual escenario económico, los dirigentes empresariales de las principales Cámaras de la provincia advierten que la entrada de mercadería del exterior se tornará más difícil todavía y que por ahí se ajustarán más las cuentas.
En los últimos años, Mendoza ha padecido un freno importante en la entrada de artículos esenciales para la industria local: tal es el caso de las barricas; tapas de corcho; máquinas viales, agrícolas, petroleras; piezas de distintas máquinas; repuestos de máquinas y de vehículos; fármacos e insumos médicos, son algunos de una larga lista.
Ahora los empresarios saben que el cinturón se ajustará más porque "cuidarán aún más las reservas” y las razones principales son dos, según explica el economista y ex ministro de Producción de la provincia, Raúl Mercau: “Los dólares que se necesitan para negociar la deuda ante los fondos buitre y ante los ataques especulativos”.
En ambos casos, explica este ex funcionario provincial, “obligará al Banco Central (BCRA) a conservar las reservas” y más en esta coyuntura en que “la amenaza y los compromisos son más grandes”.
Un punto clave que destacan desde los distintos sectores y que es, a su vez, lo que más les preocupa es “la falta de criterios para demorar o restringir la entrada” de las importaciones. “Independientemente del monto y del rubro”, define un conocido especialista en comercio exterior de Mendoza.
Menos divisas, más controles
Según el presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, Mario Bustos Carra, “no hay parámetros” para las barreras de control. “Es discrecional”, indica y agrega que para el comercio exterior hay dos trabas: “la demora de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) y la tardanza en la autorización de girar divisas al exterior”.
Este dirigente señala que la necesidad de divisas hará que las importaciones se vean más frenadas y que esto “siga perjudicando a las economías regionales”.
En el caso de Mendoza, explica Bustos Carra, significa que las industrias locales no puedan agilizar los tiempos para exportar porque no tienen los insumos para producir y fabricar en los tiempos previstos. “Así se corta la cadena de producción”, señala.
Además, declara que por la reciente modificación negativa por parte de las calificadoras de riesgo, las pólizas que aseguran a la mercadería que contratan los exportadores tienen una prima de riesgo mayor y este porcentaje (más alto) impacta en las cuentas de los importadores.
Bustos Carra opinó que el impacto de la negociación sobre la dinámica de las economías regionales “es grande”.
Hay mayores demoras
Desde el sector vitivinícola observan que en los últimos 60 días el proceso de gestión de las importaciones cambió de velocidad. “A pesar de que somos buenos gestores y de que estamos organizados”, sostiene el gerente de Bodegas de Argentina, Juan Carlos Pina. Agrega que “ahora es preocupante” ya que la demora ha crecido. Augura que junio y julio serán “meses complicados” aunque espera que en el segundo semestre la situación mejore.
“Pasamos un estrés grande para la vendimia porque los insumos no ingresaban y el proceso no resiste mucho tiempo”, dijo Pina. Este dirigente explicó que este rubro ha ido compensando el cierre progresivo de las exportaciones y sustituyen las importaciones con productos locales.
Pero esto no se puede dar en todos los insumos, porque algunos -como barricas y tapas de corcho- sólo se fabrican en el exterior. Lo mismo ocurre con algunas máquinas y sus repuestos.
La recesión evitará el impacto
El sector de la metalmecánica entiende que el impacto sobre las divisas de las importaciones “no es tan grande” por lo que el Gobierno nacional no tiene motivos para limitarlo más.
Así, el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), Julio Totero, explica que no cree que “repitan el mismo error” y que este punto es “estratégico” para la economía.
Sin embargo, en su análisis, sostiene que la actividad viene en caída por lo que un cierre aún mayor en las importaciones, “no tendrá un impacto tan grande porque hay un receso del trabajo y de las inversiones”.
Subraya que este “receso” es por otros factores y que “el grado de incertidumbre aumentó” con este fallo en contra de la Argentina.
“No influirá en precios pero sí en la inversión”
El presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja, dijo ayer que el sector empresario tiene “preocupación muy genuina” ante el fallo adverso de la Corte Suprema de Estados Unidos, en tanto desechó que esta cuestión impacte directamente en la fijación de precios aunque alertó que “puede afectar la inversión”.
“Esta cuestión, impacto directo inmediato no va a tener en la fijación de precios. Hay otros temas que sí tienen como los incrementos salariales y las variaciones en el costo de la energía”, afirmó Funes de Rioja.
En cambio, el también vicepresidente de la Unión Industrial Argentina advirtió que “puede afectar la inversión, por eso decimos que hay que encontrar una solución”.
“Hoy la preocupación es muy genuina porque no queremos una Argentina en default, replegándose económicamente sino creciendo y, para eso, necesitamos inversión y una solución”, planteó el empresario.
De todos modos, dijo que los empresarios “aspiramos y confiamos en que esto tenga una solución. Es al gobierno a quien corresponde encontrar los caminos”.
El empresario abogó por una solución “que permita una apertura de los mercados financieros para estimular la inversión, que va a ser necesaria en este camino al desarrollo que pretendemos desde la industria”.
“No somos nosotros los que podemos decir al gobierno cuál es la solución. Hemos querido ser muy prudentes. No se trata de hablar por hablar. Hay que ser respetuosos de quienes tienen que liderar esta gestión”, manifestó.
Funes de Rioja sostuvo que “ésta es una cuestión de la sociedad argentina. No es una cuestión de un gobierno, es una cuestión de Estado”. “En ese sentido nosotros debemos acompañar con nuestra preocupación, porque desde ya no estamos contentos, estamos muy preocupados, pero sin pánico, porque lo que hay que hacer es dejar que esto sea manejado para encontrar una solución por quien corresponde, que es el gobierno”, señaló.
El ministro de Hacienda, Germán Rojas, dijo ayer que esperan que la situación Argentina no afecte el pago de la compensación por la cesión de nuestra energía Yacyretá (EBY), pagos que hoy recibimos con atrasos.
Rojas añadió que existe muy buena voluntad de parte de las autoridades del vecino país para cumplir con esos pagos, por lo que confía que el problema generado con los fondos buitres no afecte estos compromisos.
Argentina, a través de la EBY, hasta inicios de este mes transfirió US$ 33 millones correspondientes a deudas de 2013 por cesión de energía y que queda un saldo de US$ 47 millones, más lo que corresponde a este ejercicio.
Los pagos podrían retrasarse aún más, porque la Corte Suprema de los Estados Unidos convalidó un falló que obliga a Argentina a pagar unos 1.300 millones de dólares a fondos especulativos, que compraron bonos en default en 2001.
Este fallo hizo que la agencia calificadora Standard and Poors bajara la nota de deuda de Argentina de CCC+ a CCC-, con el argumento de que el país es más proclive a un cese de pagos.
El ministro Germán Rojas considera que esto va a repercutir en el funcionamiento normal de la economía del vecino país, donde de un tiempo a esta parte se nota que viene disminuyendo la actividad industrial y los precios empiezan a subir.
Sobre este punto, el titular de la cartera fiscal indicó que los precios se irán equiparando con los nuestros y esto hará disminuir el contrabando de productos argentinos hacia nuestro país.
“Podría disminuir el contrabando, de hecho si pensamos un año atrás la diferencia de un litro de combustible del otro lado de la frontera estaba 1.300 guaraníes, ahora creo que está en 300 o 400 guaraníes, genera cierto incentivo, pero yo creo que va a ir disminuyendo esto”, apuntó el ministro de Hacienda sobre los problemas de Argentina.