Rusia ejecutó ayer su amenaza y dejó de bombear gas a Ucrania, una reedición de la crisis de 2009 que pone contra las cuerdas a una Europa que importa desde Rusia en torno a un tercio del gas que consume, la mitad a través de Ucrania.
La Comisión Europea había intentado todo el fin de semana que Moscú y Kiev llegaran a un acuerdo sobre el precio del gas y las deudas que la ucraniana Naftogaz tiene con la rusa Gazprom. Rusia pedía 485 dólares por cada mil metros cúbicos de gas, un precio que Ucrania considera “político” porque es más alto que el que pagan los países de la UE. El ex presidente ucraniano Victor Yanukovich y el ruso Vladimir Putin habían acordado a principios de febrero un precio de 268 dólares, pero la caída de Yanukovich rompió ese acuerdo. Según funcionarios de la Comisión Europea, Bruselas había convencido a Moscú de ofrecer a Kiev una tarifa preferencial de 385 dólares a cambio de que la ucraniana Naftogaz saldara sus deudas con Gazprom, que se estiman en unos 4.500 millones dólares. No hubo acuerdo y Rusia cerró el grifo.
En la práctica, Gazprom deja de bombear el gas que le compra Naftogaz pero sigue enviando por los mismos gasoductos el que circula hacia Europa. Pero aquí arranca una cadena de mentiras.
Moscú dice que Europa no tiene nada que temer porque seguirá recibiendo su gas. Pero Kiev podría, como en 2009, desviar a sus depósitos parte del gas que va a Europa y decir que Moscú cerró totalmente los suministros.
Esa bronca, repetición de la de 2009, pone a Europa contra las cuerdas, porque varios países del bloque importan de Rusia todo el gas que consumen. En pleno verano europeo las necesidades son menores que en invierno, pero las reservas empezarán a agotarse en meses si no se resuelve la crisis.
Europa pasa ahora por los meses de menor consumo de gas, pero si no rellena sus reservas y, como advirtió ayer el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, consume de esas reservas, en invierno podría tener problemas.
Europa importa más petróleo que gas, pero mientras las importaciones de petróleo pueden diversificarse más rápido, las de gas dependen principalmente de los gasoductos, por lo que buscar nuevos suministradores sería una media a largo plazo.
El presidente de Gazprom, Alexei Miller, dijo que ya “no hay nada que negociar” con Ucrania”, a la que acusó de “chantaje”. Arseni Yatseniuk, primer ministro ucraniano, respondió que Rusia intenta “destruir a Ucrania. Es una nueva etapa de la agresión rusa contra Ucrania”, dijo según AFP.
Un portavoz de Gazprom fue más claro. Desde que se rompió el acuerdo entre Putin con Yanukovich, la gasística rusa exige a Ucra nia que pague la factura del gas por adelantado. “No se ha pagado nada, por lo tanto no se entregará nada”, dijo este portavoz.
Gazprom también anunció ayer que presentó una denuncia contra Naftogaz ante la Corte de Arbitraje Internacional de Estocolmo. Exigen los rusos el pago de esa deuda de 4.500 millones de dólares. Kiev respondió presentando una denuncia paralela, esta vez sobre el precio del gas, que considera fuera de las tarifas de mercado como una forma de castigo político. En la denuncia de Naftogaz contra Gazprom, la empresa ucraniana exige que la rusa le devuelva 6.000 millones de dólares que, asegura, ha pagado de más desde 2010.
Bruselas considera que tiene un arma. Según sus datos, el 52% de los ingresos de la Hacienda rusa dependen de sus exportaciones de gas y petróleo. Y el 70% de esos ingresos son, básicamente, los pagos que hacen los países de la UE que importan gas y petróleo ruso.
Mientras, en el este de Ucrania sigue la tensión. Washington denunció que Rusia ha entregado carros de combate a los separatistas prorrusos, que el fin de semana derribaron un avión con 49 militares ucranianos a bordo y ayer ocuparon la delegación en Donetsk del Banco Central ucraniano. Kiev estudia la introducción de la ley marcial.
Rusia cumplió la amenaza de cortar el suministro de gas a Ucrania, en una medida que puede afectar también a Europa y que puede agravar el peor conflicto en el continente desde la Guerra Fría.
Gazprom, la gigante energética de capitales público - privados rusa, tomó la decisión luego de reclamar sin éxito el pago de la deuda que mantiene el gobierno de Kiev y que asciende a u$s 4.500 millones.
La crisis económica que sacude a los ucranianos, sumado a el rechazo al aumento de precios que les impuso Moscú, luego de la destitución del presidente Viktor Yanukovich, forzó el conflicto que ahora amenaza a todo el continente.
Aunque el domingo por la tarde aún había esperanzas de poder evitar la tercera guerra del gas tras los anteriores conflictos en 2006 y 2009, que afectaron al suministro de la UE. el ultimátum expiró y la empresa anunció que sólo ofrecerá gas prepago.
Naftogaz (la distribuidora ucraniana) recibe solo los volúmenes por los que paga. No ha pagado nada, así que no se suministra nada, precisó el portavoz de Gazprom, Serguei Kuprianov.
Ante temores de que la población ucraniana perfore las tuberías de gas para el consumo doméstico, el ministro ucraniano de Energía, Yuri Prodan aseguró que el tránsito de gas hacia Europa, que es de alrededor del 15% del que consume, está asegurado.
Gazprom ya advirtió a Bruselas de que habría posibles perturbaciones en el suministro a la Unión Europea si Ucrania se apropia del gas que transita por su territorio.
A pesar de los pedidos de la Unión Europea de reconsiderar la decisión, Gazprom dio por cerrado el caso. No hay nada más que discutir con Ucrania, dijo el presidente del gigante ruso del gas, Alexei Miller.
Por su lado el Comisario europeo de Energía, Guenther Oettinger, advirtió que aunque no habrá problemas de suministro de gas ruso para Europa en las próximas semanas, sí tendremos un problema en caso de invierno riguroso.
Jen Psaki, portavoz del departamento de Estado de Estados Unidos, instó a Rusia a regresar a la mesa de negociaciones con Ucrania y adelantó que las autoridades europeas están trabajando con ambas partes para alcanzar un compromiso competitivo que asuma el precio de mercado y los pagos.
La funcionaria estadounidense apuntó que la propuesta europea que Ucrania ha aceptado es justa y razonable por lo que, agregó, urgió a Rusia a que se vuelva a involucrar en las negociaciones.
Según este planteamiento, Ucrania pagaría primero u$s 1.000 millones para saldar parte de su deuda con Rusia por sus exportaciones de gas y luego realizaría otros seis pagos hasta finales de año.
En tanto, el conflicto con las regiones separatistas prorrusas sigue su curso. Un grupo de rebeldes ocuparon ayer la sede del Banco central de Donetsk, sin resistencia por parte de las fuerzas de seguridad. Hemos estado preparando esto desde hace más de un mes, aseguró un rebelde llamado Oleksandr Matyushyn, mientras que otros cinco hombres armados montaban guardia frente a la entrada principal del edificio. Queremos que los ingresos fiscales se queden aquí en vez de ir a Kiev, añadió.
El sistema financiero está paralizado. El pago de los sueldos y de las pensiones está suspendido, indicó por su parte el gobierno ucraniano en un comunicado.
El presidente ucraniano Petro Poroshenko convocó a un consejo de seguridad nacional con el objetivo de dar una respuesta adecuada a los rebeldes. La posibilidad de adoptar la ley marcial en las regiones rebeldes será examinada, indicó el ministro ucraniano de Defensa, Mikhailo Koval.
La rusa Gazprom suspendió ayer el abastecimiento de gas a Ucrania después de que ambos países no lograran llegar a un acuerdo para la cancelación de las deudas que mantiene Kiev. Se trata de la última de una serie de peleas por el gas que tienen consecuencias en todo Europa.
- ¿Por qué Gazprom cerró las canillas de gas?
- Ucrania empezó a atrasarse con los pagos de gas el año pasado y hasta hace unas semanas no había cancelado una deuda que lleva meses. Después de haber prorrogado varias veces la fecha de pago, Gazprom la había fijado para ayer a las 10 de la mañana.
Ucrania desembolsó unos u$s 786 millones en junio pero todavía debe al menos u$s 1.450 millones por el gas que recibió en noviembre y diciembre, cuando el precio no estaba en discusión. Gazprom reclama a Kiev otros u$s 3.000 millones por el suministro de abril y mayo.
- ¿Por qué Ucrania se niega a pagar?
- Hasta mayo, Ucrania simplemente no tenía el dinero. Desde entonces, está recibiendo fondos del FMI, pero eligió no cancelar su deuda con Gazprom porque rechaza un aumento en el precio, que subió de u$s 268,5 cada mil metros cúbicos en enero-marzo a u$s 485 desde abril. Gazprom sostienen que ese valor aparece en el contrato de 2009, firmado después de la última crisis de gas, y que el incremento de abril simplemente representa la eliminación de dos descuentos.
Sin embargo, Kiev sostiene que el precio de u$s 485 no es razonable y asegura que sólo cancelará sus deudas cuando Gazprom acepte suministrar gas a un precio justo. La semana pasada, Gazprom ofreció bajar el valor a u$s 385 pero a Ucrania no le gustó el mecanismo de implementación, que era un descuento que podía ser eliminado al antojo de Moscú.
- ¿Esto se parece a la anteriores crisis de gas?
- No. Hay dos diferencias cruciales con las anteriores guerras por el gas entre Rusia y Ucrania en 2006 y 2009. Primero, es verano, por lo que la demanda de gas es menor. Segundo, tanto Ucrania como los países europeos consumidores de gas estaban advertidos de posibles cortes de suministro. Ucrania tiene almacenados suficiente gas unos para aprovisionarse durante nueve meses, mientras que las existencias europeas no son mucho menores de la cantidad de gas que Rusia abastece a Europa a través de Ucrania en un año.
- ¿Cuál será el impacto en los mercados energéticos europeos?
- El efecto inmediato de ayer fue significativo pero no espectacular, con los precios del gas británico spot que subieron 1,8% después de haber saltado 8,7% en las primeras horas de la jornada. Pero si la disputa se prolonga más que unas semanas, se acumularán problemas para el invierno, aseguran los analistas. Si bien Ucrania tiene mucho gas reservado, se estima que necesita entre 18 y 19 millones de metros cúbicos para satisfacer la demanda en invierno.
Thierry Bros, analista de Société Générale en París, afirmó que los precios del gas europeos quizás suban de sus actuales niveles deprimidos cercanos a 45 peniques por termia a 55. Pero si la crisis dura meses y los consumidores europeos se ven obligados a recurrir a los mercados internacionales de gas natural licuado para cubrir la escasez, los valores podrían dispararse a 80 peniques, advirtió.
- ¿Cuál es el precio justo para el gas ruso?
- No es fácil saberlo. Los u$s 385 que ofreció Gazprom están en línea con lo que cobra a otros países europeos, que es u$s 387, según datos de la gasífera rusa. Pero Ucrania dice que debería pagar menos porque los costos de transporte son menores. La dificultad está en la falta de un precio de mercado: como Ucrania depende totalmente del abastecimiento ruso, no puede comparar precios. Naftogaz dijo este fin de semana que podría comprar gas a otros vecinos por u$s 300, pero que la cantidad no alcanzaría para reemplazar a Rusia como proveedor.
- ¿Qué posibilidades de que se resuelva la discusión?
- A nadie le conviene que la disputa se prolongue en el tiempo. Para Gazprom existe el riesgo de enemistarse aún más con sus clientes europeos, de quienes depende para gran parte de sus ingresos. El temor para Ucrania es llegar al invierno sin suficientes reservas de gas, lo que debilitaría su posición para negociar.
La Unión Europea podrá sortear ajustadamente el invierno con sus reservas de gas, pero ya debe pensar en un Plan B para inicios del 2015 ante el corte de gas de Rusia a Ucrania y las crecientes tensiones en la región.
“Europa tiene reservas hasta diciembre, pero por supuesto que habrá un encarecimiento de la cadena productiva. Gran parte de la industria especialmente en Alemania, Italia y España bajará su competitividad e incrementará los precios en los productos que se fabrican por medio del gas de Rusia”, dijo en entrevista el director de la licenciatura en Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, Adolfo Laborde.
Este lunes, Rusia cortó el suministro de gas a Ucrania luego de que no se alcanzara un acuerdo en las negociaciones para que Kiev salde un adeudo de 4,500 millones dólares (mdd) con la gasera estatal rusa Gazprom, y además acepte el alza de 80% en la tarifa a 485.50 dólares por 1,000 metros cúbicos de gas.
Moscú insistió en que Ucrania además debe asegurar que permitirá el flujo de gas ruso a través de los ductos internacionales hacia el resto de sus clientes europeos.
El 39% del gas que consume Europa proviene de Rusia y un 15% recorre los gasoductos de Ucrania para luego ser distribuido hacia Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumania en un primer tramo, y desde ahí parte a República Checa, Austria, Eslovenia, Italia y Bulgaria.
Además seis estados de la Unión Europea dependen enteramente del gas ruso: Finlandia, Eslovaquia, Bulgaria, Estonia, Letonia y Lituania. Por ello, este lunes, el comisario de Energía del bloque, Guenther Oettinger, quien patrocinó las negociaciones que fracasaron, dijo desde Viena que la Unión Europea tendrá problemas e instó a Rusia a reconsiderar su posición.
“Algunas de las opciones serían utilizar las reservas de otros países europeos, pero eso implicaría exponer su vulnerabilidad energética y una segunda es comprar gas a otros países a reserva de que logren atraer la inversión necesaria para ello”, añadió Laborde.
Además de Rusia, la Unión Europea importa gas de Noruega y del norte de África. Sin embargo, el experto dijo que Europa ya planea diversificarse a través de España, donde desarrolla un proyecto de distribución del hidrocarburo.
Los niveles de reservas de gas hasta ahora son saludables en Europa con un aproximado de 47,000 millones de metros cúbicos ó 59% de su capacidad total, de acuerdo con datos la Comisión Europea. Sin embargo, Ucrania sólo cuenta con 13,500 millones de metros cúbicos, cuando debería de estar entre 18,000 o 20,000 para sortear el invierno.