La Presidenta catalogó como una "extorsión" la decisión de la justicia de los Estados Unidos de ordenar el pago a los fondos buitres que no entraron a los canjes de la deuda. Cristina Kirchner ratificó la vocación del país de pagar sus deudas, pero haciendo hincapié en el 92% que sí aceptó quitas y mayores plazos. Aunque no lo explicitó, el camino elegido sería pagar a quienes entraron en el canje y buscar una negociación con los fondos que obtuvieron hoy el apoyo de la Corte Suprema de los EE.UU..
En un discurso grabado, hablando desde su despacho en la Casa Rosada, la Presidenta hizo primero una historia de la deuda externa que creció "exponencialmente" a partir de la dictadura que comenzó en 1976, que también se incrementó con la democracia y que luego pasó por el Blindaje y el Megacanje, "que causaron un perjuicio al país de US$ 50.000 millones", aseguró.
"Tenemos vocación negociadora", dijo, poniendo como ejemplo los acuerdos con Repsol y con el Club de París. "Pero distinto es una negociación de una extorsión, son conceptos totalmente diferentes, un Presidente no puede someter a su pueblo a un exprtosión. Y no sólo a millones de argentinos, sino también al 92% de los bonistas que creyeron en el país" y aceptaron el canje, añadió.
En ese marco, dijo que "Argentina va a cumplir con sus obligaciones, no va a defaultear su deuda reestructurada", y agregó que "estamos dispuesto a que entre el 100% de los acreedores". Así, sin explicitarlo, dejó en claro que el país pagaría a quienes entraron al canje, y que al restante 7% de los bonistas les ofrecerán una negociación.
"Argentina tiene voluntad de negociación, pero lo que no tiene es por qué ser sometida a semejante extorsión", agregó. Y puso en números la situación: el fallo del juez Griesa que quedó firme con la decisión de la Corte Suprema norteamericana de no tomar el caso estipula un pago de US$ 1500 millones a los fondos buitres que compraron esa deuda, dijo, por US$ 48 millones. Y ese fallo abre la puerta a reclamos de otros bonistas hold out (que no entraron al canje) por US$ 15.000 millones.
"Los 900 millones que cencen el 30 de junio se van a pagar. He instruido al ministerio de economía para que disponga todos los instrumentos para que reciban los dólares. Queremos hacerlo con seriedad", dijo la Presidenta. El planteo podría, así, incluir un default técnico, esto es, pagar la deuda en el país, no bajo la ley de EE.UU.
"El fallo no me sorprendió", dijo Cristina. "Espero que todos reflexionen", concluyó.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner criticó hoy con dureza la respuesta de la Corte Suprema de Justicia de EE.UU., que rechazó la apelación argentina al fallo del juez Thomas Griesa, que obligó al país a pagar el 100 % de la deuda a los holdouts, es decir a los tenedores de bonos que no ingresaron a ninguno de los dos canjes que se organizaron en 2005 y 2010.
La primera mandataria habló de “extorsión” en sus diatribas a la decisión de la justicia de EE.UU., aunque se cuidó de mencionarla de manera directa, por lo cual sus duros calificativos parecieron estar dirigidos centralmente al papel de los fondos buitre.
Fernández de Kirchner garantizó que el país “no defaulteará su deuda reestructurada” y aseguró, en particular, que se hará el pago de u$s 900 millones del 30 de junio, cuando vencen intereses del bono Discount y otros.
Cristina no fue precisa acerca de cuál será la salida que adoptará su administración frente al fallo en contra en la Justicia norteamericana. Las opciones que se barajaban era pedir una revisión, aceptar el fallo de Griesa negociando la forma de pago, defaultear el 100% de la deuda y reabrir una negociación con todos los acreedores o cambiar la denominación del pago de la deuda reestructurada (default técnico) a legislación argentina estableciendo al país como sede de pago, para evitar los embargos.
La jefa del Estado sí advirtió sobre las consecuencias que tendría para el país el cumplimiento de la sentencia de Griesa tal cual fue elaborada por el magistrado neoyorkino. Dijo que el pago total, tal cual reclamo el fallo, a favor de los fondos buitre gatillaría inmediatamente demandas de los restantes holdouts por u$s 15.000 millones, “la mitad de nuestras reservas”. También vaticinó que, en este escenario, no se podría descartar que el 92% de los acreedores que aceptaron los canjes también se sentirían discriminados y reclamarían igual trato que los fondos buitre. “Encontrarían un juez Griesa que atienda su pedido y así se caería toda la reestructuración de la deuda argentina y se caería, en definitiva, la República”, vaticinó Cristina.
Pese al tono apocalíptico la primera mandataria en ningún momento desechó la posibilidad de negociar con los holdouts, cosa que sí había hecho en discursos anteriores, e incluso ante situaciones menos dramáticas.
Varios conceptos, pocas definiciones
“Argentina no va a defaultear su deuda reestructurada y tiene voluntad de negociación, lo que no tiene es voluntad de ser sometida a extorsión”, afirmó la mandataria al aludir de manera directa al 92% de los acreedores que se acogieron a los canjes impulsados por el país en 2005 y 2010.
Cristina ratificó que la “Argentina va a cumplir con sus obligaciones” y que el Gobierno nacional va a llevar adelante “todas las estrategias necesarias para que todos los que han confiado en la Argentina (entrando en el canje de deuda) reciban su dinero”.
“La vocación de Argentina es pagar” y recordó que “hemos sido el único gobierno que no utilizó la bicicleta financiera para cumplir con su deuda”.
En ese sentido, remarcó que “queremos cumplir y honrar nuestras deudas, pero no queremos ser cómplices de esta forma de hacer negocios que algunos quieren instalar en el mundo”.
“Es obligación de los que tenemos responsabilidad de gobierno, entre otras cosas, las de pagar a nuestros acreedores y la de no permitir se extorsionados por aquellos que han especulado y quieren perjudicar a un 92% de los acreedores que sí confiaron en la Argentina”, afirmó la mandataria en su mensaje transmitido por cadena nacional.
Los fondos buitre aplaudieron ayer el fallo de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos. Pero no cantaron victoria. De hecho, su objetivo principal es cobrar el 100% del valor de los bonos argentinos en default que tienen en su poder. Con su fallo, la Corte Suprema no les dio ninguna garantía de que eso sucederá. Y en su discurso, Cristina Kirchner tampoco.
Si bien en su último escrito los abogados de la Argentina prometieron que iban a cumplir con cualquiera que fuera el fallo de la Corte Suprema, hace unos meses decían que no iban a acatarlo si el fallo era adverso.
En ese contexto, y a juzgar por los primeros pasos que dieron ayer tras el fallo, la estrategia que los fondos buitre desarrollarán de ahora en más consistirá en apurar el cumplimiento del fallo y en estar listos para recurrir nuevamente a la Justicia si ven que la Argentina intenta no cumplirlo. De hecho, tras el fallo, los fondos no invitaron ayer a la Argentina a que se siente a negociar con ellos, como venían haciendo. Lo único que le pidieron es que cumpla con sus compromisos.
En efecto, en un comunicado que emitió ayer, NML, el fondo buitre de Paul Singer que lidera el litigo en contra de Argentina es más importante por lo que no dice que por lo que dice. NML desafía al gobierno de Cristina Kirchner a cumplir con la ley, pero no habla de ninguna eventual negociación.
“La Corte más alta de EE.UU. ha hablado. Ahora es el momento para que Argentina honre sus compromisos con sus acreedores, que beneficiará tanto la Economía argentina como su posición internacional”, dice el comunicado.
Paralelamente, Aurelius el fondo que inició el juicio contra Argentina junto a NML presentó ayer un escrito ante la Corte de Apelaciones pidiéndole que levante la medida cautelar que suspendió el fallo del juez Griesa hasta que la Corte Suprema no se hubiese expedido.
El fallo en cuestión es el que obliga a la Argentina a pagarles a los fondos buitre US$ 1.300 millones al mismo tiempo que les paga los bonistas. Así, Argentina tendría que pagarles a los buitres el 30 de junio, día en que hay un vencimiento de los bonos reestructurados, o a más tardar el 30 de julio. De hecho de acuerdo a la ley Argentina podría dilatar el pago hasta esa fecha. En su escrito, Aurelius argumenta que ahora que la Corte Suprema se expidió el fallo del juez Griesa tiene que entrar en vigor de inmediato.
No está claro qué decidirá la Corte de Apelaciones. Su decisión se complicará aun más si Argentina decide pedir una reconsideración del fallo de la Corte Suprema. Este tipo de pedido siempre es rechazado, pero el Tribunal podría decidir de todas maneras que el fallo de Griesa no entre en vigor hasta que la Corte Suprema se expida sobre esta nueva y última apelación.
Tras el fallo de la Corte Suprema quedó en claro que la estrategia de no ingresar en los canjes del 2005 y del 2010 y de recurrir a la Cortes para obtener el 100 % del valor de los bonos que detenta en default, le ha dado buenos resultados a los fondos especulativos. Al menos desde el punto de vista legal.
Dado que la estrategia de esperar les resultó favorable, lo más probable es que sigan en esa misma actitud para tratar de conseguir el máximo rédito de una eventual negociación con la Argentina.
Los fondos buitre convocaron a la Argentina a cumplir con sus compromisos y pidieron a la Corte de Apelaciones que levante la medida cautelar que había suspendido el fallo del juez Griesa a la espera de la decisión de la Corte Suprema. De acuerdo con el fallo de Griesa, el 30 de junio Argentina deberá pagar a los fondos buitre al mismo tiempo que paga a los bonistas que ingresaron en el canje.
"La corte más alta de Estados Unidos ha hablado. Ahora es el momento para que Argentina honre sus compromisos con sus acreedores, algo que beneficiará tanto a la economía argentina como a su posición internacional" dijo el fondo NML, de Paul Singer, en un comunicado .
Aurelius, el fondo que inició junto a NML la demanda contra Argentina ya presentó un escrito pidiendo que entre en vigor el fallo de Griesa. "Yo creo que la Cámara de Apelaciones levantara medida cautelar que suspendió la ejecución del fallo de Griesa en los próximos dias¨dijo a Clarin Richard Samp del Washington Foundation.
Por Francisco de Zárate
"Antes la relación de fuerzas era más favorable para Argentina, pero luego del respaldo obtenido en la justicia de EEUU los hold-outs tienen más fuerza para negociar". Para el economista Gastón Rossi, director de la consultora LCG, la estrategia judicial confrontativa de decir que los holdouts no iban a cobrar un dólar fue un error estratégico.
- ¿De cuántos dólares tendría que disponer el Gobierno si decide acatar el fallo de Griesa?
- El fallo de Griesa obliga a pagar 1.330 millones de dólares a los fondos buitre, pero si se extrapola a todos los tenedores de deuda que no entraron a los canjes son entre US$ 17.000 millones y US$ 18.000 millones con los intereses acumulados, dado que se trata de títulos que tenían cupones muy altos.
- ¿Es posible disponer de esos US$ 18.000 millones?
- Dado el stock de reservas internacionales en el Banco Central, los riesgos serían enormes. Pero antes de eso hay un espacio de negociación que hoy es mucho más desequilibrada por la nueva relación de fuerzas: los holdouts ya tienen un fallo en firme de la Justicia estadounidense. La estrategia de Argentina fue errada porque no se cansó de decir en todos los foros que los holdoutsno iban a cobrar un dólar. No hubo nunca un espacio de negociación para ir acercando posiciones y ahora ellos tienen más fuerza para sentarse a la mesa.
- ¿Pagar a los holdouts implicaría mejorar las condiciones a los tenedores que sí entraron a los canjes?
- La cláusula Rufo establece que cualquier mejora en las condiciones ofrecidas debe hacerse extensiva a todos los que entraron a los canjes anteriores. Pero esa cláusula termina en diciembre de 2014, y en caso de existir voluntad negociadora sería fácilmente "salvable".
- ¿Los tenedores que entraron al canje podrían demandar a Argentina si patea el pago a los holdouts para evitar incorporarlos en una posible mejora de las condiciones?
- Si un eventual acuerdo se produce a partir de enero de 2015 no tendrían ninguna posibilidad de hacerlo.
- ¿Qué pasaría si Argentina declara un default?
- Si la Argentina entra en desacato con la justicia de Estados Unidos, tendrá efectos de largo plazo sobre la posibilidad de emitir deuda en los mercados internacionales. Sólo podría emitir deuda domésticamente. Para un país que necesita financiamiento como Argentina, eso es un problema grave. Pero como a los holdouts también les interesa cobrar y que Argentina no declare default, de existir voluntad se podría abrir un espacio de negociación. Griesa ya dijo que le parecería lo más normal que hubiera una negociación entre las partes, pero no es seguro que el Gobierno elija este camino.
- En caso de default, ¿qué pasaría con los pagos que se hacen mediante bancos de EE.UU. a los tenedores que sí entraron al canje?
- Es salvable pero complicado. Se podría hacer una nueva reestructuración para cambiar los bonos con legislación extranjera que se les entregaron a esos tenedores por nueva deuda con legislación local. Pero es complicado porque necesitás un porcentaje mínimo de adhesión. Lo que deja claro este caso es que no se puede dejar a los tenedores de deuda en default en el limbo, como fue la estrategia judicial argentina. Tarde o temprano, siempre se tiene que encontrar una salida negociada. Máxime si se trata de un país que no es una potencia bélica ni un aliado estratégico de los Estados Unidos.
- ¿Qué es lo mejor que puede pasar ahora?
- Encontrar una salida negociada antes de caer en un nuevo default. En última instancia, los errores persistentes de la estrategia judicial del Gobierno lo llevan a tener que optar entre lo malo, que sería una negociación con los holdouts en una situación de evidente debilidad, y lo peor: entrar en desacato con la justicia de los Estados Unidos, entrar en default y realizar una nueva renegociación de la deuda argentina.