Stanley Fischer, el exjefe del Banco de Israel, recibió la aprobación del Senado este jueves para ser vicepresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), un rol que le da una posición privilegiada para ayudar a conducir la política monetaria estadounidense.
El funcionario ya había sido confirmado como miembro de la junta de gobernadores de la Fed el mes pasado.
Fischer, a quien se le da el crédito de haber dirigido hábilmente a la economía israelí a través de la crisis financiera, es un economista ampliamente respetado y quien sería un importante aliado de la presidenta de la Fed, Janet Yellen, a medida que delinea una estrategia para retirar el extraordinario apoyo que la entidad ha entregado a la economía.
En el corto plazo, el curso parece tranquilo. La junta de gobernadores y los presidentes regionales de la Fed han estado en general optimistas sobre el ritmo de crecimiento económico y han logrado un consenso sobre que el programa mensual de compra de bonos debe ser reducido gradualmente para culminar este año.
El aún alto desempleo y la baja inflación hacen que la decisión de subir la tasa de interés referencial, que han permanecido cerca de 0% desde diciembre del 2008, no se produzca sino hasta mediados del próximo año.
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Pero hasta ese momento, el Banco Central deberá enfrentar una serie de temas que debe abordar para preparar el escenario para dicha primera alza de tasa.