A pesar que informes policiales y datos de los comités de regantes de la cuenca del río Ramis dan cuenta que desde marzo los mineros informales volvieron a extraer oro en Puno, hasta el momento no se realiza una nueva acción de control por parte del Alto Comisionado contra la Minería Ilegal e Informal de la PCM, a cargo del general (r) EPDaniel Urresti.
Los mineros ilegales reanudaron sus actividades en el sector de Pampa Blanca, Chaquiminas (Ananea), Ancocala, Laca y Oriental (Sandia).
En estas zonas, la explotación de oro está prohibida por ser cabecera de cuenca. Por esa razón fueron sometidas a interdicción en noviembre del 2013 y febrero del 2014. Empero, los mineros regresaron progresivamente hasta recuperar sus áreas de trabajo.
Antes de la intervención del Estado se contabilizaba cerca de 5 mil ilegales. Ahora laPolicía logró filmar a 300 artesanales. Tras la denuncia, Urresti afirmó que los operativos de interdicción se reanudarían, pero hasta la fecha no se cumple el anuncio.
MODALIDAD
Para no ponerse en evidencia trabajan solo doce horas, desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana. La remoción y traslado de material a los lavaderos (chutes) se realiza solo con cargadores frontales. Desistieron de usar retroexcavadoras y volquetes para evitar ser sorprendidos cometiendo el ilícito.
El material acumulado es lavado a chorros de agua entre las 2 y 5 de la mañana. En la última hora de trabajo, los mineros regresan al campamento con la maquinaria. En las zonas más alejadas la extracción de oro continúa en el día, pero en mínimo porcentaje.
Al sector ingresa por semana un promedio de 20 cisternas de petróleo y gasolina. La información fue corroborada por la Dirección Regional de Energía y Minas (Drem). Eltitular del organismo, César Rodríguez, conoce que los mineros regresaron a sus puntos de explotación, pero las acciones de interdicción están en manos de laFiscalía en Materia Ambiental y el Alto Comisionado contra la Minería Ilegal e Informal.
Vladimir Mamani Cruz, presidente de la cuenca del Ramis, señaló que en las últimas semanas el desembalse de relaves se incrementó en el río.
“Si esto pasa es porque alguien lo permite. Habría que preguntarse cómo es que los mineros volvieron a movilizar sus equipos. Alguien es responsable de esta anomalía”, dijo.
Se estima que más de 50 cargadores frontales son usados en el sector de Pampa Blanca. Un número similar de equipos está en Ancocala. En este sector los campesinos abrieron zanjas en la carretera para entorpecer el ingreso de las fuerzas del orden. Losmineros tienen contratadas a personas en las entradas y salidas, quienes les informan de cualquier movimiento extraño.