El gobierno local debería contemplar la creación de un polo industrial en el sur de Lima, pero de manera planificada, cuidando el impacto ambiental y previendo a largo plazo la necesidad de vivienda de una ciudad en crecimiento. Así lo planteó el economista Miguel Santillana.
Esta propuesta se da en función al pedido del equipo del Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima y Callao (PLAM), donde establece cambiar la zonificación de Lurín con el objetivo de aumentar 2,500 áreas para el uso industrial.
El caso de Chilca es un buen ejemplo para la implementación de un nuevo polo industrial –dijo el especialista– debido a que en esa zona ya están funcionando termoeléctricas y a que el traslado de la plaza industrial generaría una mejora en la calidad de vida de su población a través de nuevos puestos de trabajo y mayores beneficios en servicios de salud y otros.