En sintonía con la desaceleración que viene experimentando la economía y la pérdida de poder adquisitivo, de la mano de una inflación que se mueve por encima de la suba de salarios, se está dando una tendencia impensada tiempo atrás: una gran cantidad de argentinos ha optado por reducir el uso del auto.
En este sentido, representantes del negocio de las estaciones de servicio y operadores de cabinas de peaje, dieron cuenta a iProfesional sobre diferentes indicios que ponen de manifiesto que se está dando una utilización más "acotada" de los vehículos.
Las restricciones presupuestarias se observan también en los talleres mecánicos, donde cada vez hay más clientes que demoran más de la cuenta en retirar el vehículo una vez hecho el service.
Sin embargo, la estadística más contundente está vinculada con la caída en la demanda de combustibles pese a que, como expuso recientemente el ministro del Interior, Florencio Randazzo, en la última década prácticamente se duplicó el parque automotor.
Se estima que en la Argentina circulan más de 10 millones de vehículos, considerando autos y comerciales livianos y pesados. Desde 2004 a la actualidad, de acuerdo a mediciones de Vialidad Nacional, sólo el parque de Capital trepó hasta alcanzar casi el millón de unidades, de las cuales circulan alrededor de 600.000.
Pese al boom de venta de 0Km y a la "superpoblación" de autos en la Ciudad, la venta de combustibles cayó un 2% en el primer cuatrimestre, según datos oficiales, acusando la primera baja en la demanda en las estaciones de servicio en cinco años, como consecuencia de una desaceleración de la tasa de crecimiento en el nivel de expendio de nafta y de una fuerte caída en el despacho de gasoil.
Al momento de evaluar uno de los principales factores que inciden negativamente, Raúl Castellano, ejecutivo de CECHA, entidad que reúne a los titulares de estos establecimientos, no dudó en afirmar que esto se debe -además de a una baja en la actividad económica- al alza de los precios en los surtidores, que acumulan un alza promedio del 30% en lo que va del año, tendencia que pegó de lleno en el ya golpeado poder adquisitivo.
"La retracción en la demanda de naftas y gasoil es una situación que ya no puede disimularse", confirmó el directivo, quien agregó que la tendencia podría profundizarse dado que "tenemos la certeza de que habrá todavía más aumentos. Las subas salariales que se están negociando, del orden del 38%, son el factor que impulsará los valores aun más hacia arriba".
Paralelamente, Castellano destacó que todos los servicios que se prestan en los establecimientos -desde un cambio de aceite, hasta un lavado- "en lo que va del año acumularon un alza similar, del 30%. Esto también contribuye a encarecer el costo que implica movilizar un vehículo".
"Que haya retracción en la demanda, siendo que cada año se incorporan cientos de miles de 0Km al parque automotor es, en parte, consecuencia del aumento de precios", disparó.
Menos ingresos a Capital
Según datos de la Secretaría de Energía, en la Argentina se han dejado de comercializar casi 10 millones de litros mensuales de nafta y gasoil.
Claro que este no es el único indicador que confirma la menor utilización de los autos por parte de los argentinos: otro "termómetro" clave es el que brindan las concesionarias viales, como Autopistas del Sol, desde donde destacaron que casi 50.000 vehículos dejaron deingresar cada mes a la Ciudad por Acceso Norte.
Este cambio, detallaron fuentes de la compañía, comenzó a acentuarse a partir de abril y coincide con la serie de incrementos que empezó a acumular el gasoil y la nafta, así como también el ajuste al alza que experimentaron los peajes.
El último retoque pautado para el tramo La Plata-Buenos Aires fijó en 800 pesos mensuales lo que debe abonar quien va y viene de un punto a otro en forma permanente .
Las últimas subas en los peajes de los accesos, de entre 20% y 50%, también derivaron en que muchos de los que están obligados a llegar diariamente a Capital abandonaran la comodidad del auto para pasarse a opciones más económicas u optaran por dejar el vehículo en las "puertas" de la Ciudad e ingresar mediante transporte público.
En este contexto también influyó el encarecimiento de la tarifa de los garages, del orden del 25% promedio. Esto, sumado al aumento del costo de vida en general, obligó a muchos propietarios de un vehículo a ajustar algunos gastos.
No es para menos: tomando un auto de gama media que realiza el recorrido Pilar-Buenos Aires, sólo en peaje debe pagar más de $600 mensuales. En tanto que, en concepto de estacionamiento dentro de Capital Federal, tiene que sumar unos $1.200.
Sin embargo, el combustible es lo más caro: el propietario de un auto que deba llenar el tanque una vez por semana para realizar ese trayecto, deberá desembolsar entre 2.200 y 2.500 pesos, dependiendo del tipo de nafta que cargue.
Esto deriva en un gasto total que puede superar cómodamente los $4.000 mensuales, con el agravante de que este cálculo no está considerando otros costos extra, como es el caso de la patente o el seguro.
En el interior, la contracción se acentúa
El nivel de descenso varía de acuerdo al distrito. Así, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires la contracción es del orden del 1%, en provincias como San Juan la tasa de caída es de casi el 8%.
Desde la Cámara de Expendedores sanjuanina confirmaron la fuerte baja en la demanda de nafta durante el mes de mayo. Al respecto, el titular de la entidad, Bernardo Turcuman, declaró que las razones están muy relacionadas con "la pérdida de poder adquisitivo".
"A la gente no le está rindiendo tanto el sueldo como en 2013 y, frente a esto, debe elegir muy bien en qué gasta", expresó, para luego confirmar que hay gente que opta por usar menos el auto y apela a otras formas de transporte.
En provincias como Corrientes el panorama es similar: CESCOR, la cámara de estacioneros local, destaca que en abril la caída en los volúmenes de comercialización también fue de casi 8%.
"Sentimos una merma en la demanda y en esto influyeron los precios de los combustibles", confirmó Jorge Sanabria, vicepresidente de la entidad.
En Córdoba, en tanto, desde FECAC, entidad que reúne a los empresarios de la actividad, se informó que en lo que va de 2014 las ventas de las estaciones de servicio en esa provincia tuvieron un descenso de entre el 5 y el 7 por ciento.
"Es notorio cómo después del 20 de cada mes se incrementa la utilización de las tarjetas de crédito para cargar", cuenta Juan Pablo Fantini, titular de la Asociación de Operadores de YPF.
"La gente trata de ‘bicicletear' lo máximo posible los pagos y está pendiente de la fecha para poder realizar la carga", completó Fantini.
Talleres: cambio de hábitos
Por el lado de los talleres mecánicos, responsables de distintos establecimientos de Capital y el Conurbano confirmaron a iProfesional que, en lo que va del año, experimentaron una baja de hasta un 25% en la cantidad de autos que atienden, pese al fuerte crecimiento del parque automotor que tuvo lugar en 2013.
En este caso, la caída está vinculada con dos variables: por un lado, con el incremento de hasta un 100% que sufrieron los repuestos el último año -especialmente tras la devaluación-. Por otro lado, influye la tendencia por la cual más particulares optan por no usar con tanta frecuencia su vehículo.
"¿Sabés la cantidad de veces que tengo que llamar para pedir que lo vengan a buscar? En los talleres esto se está volviendo un verdadero problema. Es como el síndrome del dueño que se olvidó del auto, una muestra del contexto en el que se vive", confirmó el propietario de un establecimiento de Caballito.
La economía más fría también mete la cola
Además de la suba de los precios de la nafta y de los costos asociados al mantenimiento de un vehículo, la merma en la demanda de combustible y en la menor circulación está también fuertemente asociada con la caída en el nivel de la actividad.
Desde la consultora Abeceb estiman que este año la economía se contraerá un 1,5% porque la industria, la construcción y el comercio se moverán en terreno negativo, lo que está pegando de lleno entre las empresas de transporte, que alertan sobre la caída en la demanda de servicios y una continua pérdida de rentabilidad.
En este sentido, un relevamiento de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL) destacó que, durante los cuatro primeros meses del año, se registró un desplome del 18% en la contratación de servicios de transporte y almacenamiento para la industria automotriz.
Además, hubo una fuerte baja del 14% en el movimiento de artículos electrónicos, mientras que en bienes de consumo masivo y productos farmacéuticos las caídas fueron del 5% y 4%, respectivamente.