Tras 10 años de litigios, la Corte Suprema de EE.UU. ya sabe si acepta o rechaza el caso de los fondos buitre. Si duró una hora, como se había programado, la reunión de los nueves jueces que integran el máximo tribunal terminó hoy en torno a las 12:30, hora argentina. Pero lo que decidieron no será público hasta el lunes, a menos que hagan una inusual excepción.
Argentina pidió a la Corte que revierta el fallo del juez Griesa que prohíbe pagar a los tenedores de bonos que ingresaron en los canjes de 2005 y 2010 si no paga al mismo tiempo a los buitres. Argentina argumentó que no tiene recursos para pagarles a todos. Es decir si la Corte decide no aceptar el caso, y el fallo se mantiene, hay un serio peligro de default.
Clarín pidió la opinión de Roberto Feletti (Frente para la Victoria), Martín Lousteau (UNEN) y Federico Sturzenegger (PRO), integrantes del grupo de diputados de gira por Washington para hacer lobby por Argentina, en tres temas: qué decidirá la Corte Suprema; qué sucederá con la economía; y cómo se reinsertará Argentina en los mercados financieros.
¿QUÉ DECIDIRÁ LA CORTE SUPREMA?
Feletti: No corresponde hacer pronósticos sobre el comportamiento de un Poder del Estado. Sí me permitiré resaltar los principales aspectos del planteo argentino que habilitan un moderado optimismo. La solidez de la reestructuración de la deuda pública descansa en la masiva aceptación de la propuesta de pago ofrecida por nuestro país -casi 93% de los tenedores de bonos- y en su cumplimento estricto. Una drástica alteración de sus condiciones por quienes poseen sólo 0,45% de los títulos existentes, perjudicando al conjunto de acreedores -tratados en términos de igualdad para el recupero de sus acreencias- y lesionando la solvencia macroeconómica de un país es un tema de relevancia sistémica para el orden financiero internacional y para todos los procesos de reestructuración de deuda soberana. Así se han pronunciado países como EE.UU, Francia, Brasil y México. También lo han hecho organismos financieros multilaterales y reconocidos expertos en el tema. Confiamos que los elementos reseñados serán ponderados adecuadamente por la Suprema Corte de los EE.UU.
Lousteau: No lo sabemos. Nadie lo sabe. Pero si la Corte acepta el caso o si le pregunta al Gobierno de EE.UU. su opinión, será importante para deshacer ciertos prejuicios con los que el tema es percibido desde diversos sectores en Argentina.
Sturzenegger: La verdad es que no tengo elementos de juicio objetivos para contestar esta pregunta. Tampoco los aportó el defensor de la Argentina en la causa Paul Clement, que tiene amplia experiencia de litigios en la Corte. Quizás por lo que uno viene escuchando, pareciera que la Corte le daría a Argentina un espacio de tiempo para llegar a un acuerdo. Pero cualquier afirmación anticipando este resultado es solamente especulativa.
¿QUÉ PRONÓSTICO HACE PARA LA ECONOMÍA ARGENTINA EN EL PRÓXIMO AÑO?
Feletti: La Argentina experimentará una recuperación de su nivel de actividad a partir del segundo semestre, que será sostenido en 2015. La economía seguirá desenvolviéndose con una baja tasa de desempleo -en torno a 7%- y, el consumo interno junto a las exportaciones, traccionarán la demanda agregada. La demanda interna estará más influida por un repunte de la industria de la construcción (obra pública y vivienda) que por la dinámica de los bienes de consumo durables (como electrodomésticos y automotrices). El consumo de alimentos y servicios continuará en franco crecimiento.
En cuanto a la inversión, después de un débil bienio 2012-13, es razonable esperar un sensible repunte hacia 2015 debido al esfuerzo que ha realizado el Gobierno para resolver los problemas pendientes del frente externo. El pago de los laudos arbitrales del Ciadi a las empresas estadounidenses, la cancelación a Repsol del precio adeudado por la expropiación de YPF y el reciente acuerdo con el Club de París, regularizan cuestiones que habilitan un escenario favorable para financiar proyectos de infraestructura y equipamiento -públicos y privados-, y también para recibir un flujo de de capitales de inversión directa en áreas como la energética.
Lousteau: Vamos a vivir un año y medio que se sentirá incómodo en lo económico: bajo o nulo crecimiento con alta inflación. A medida que nos acerquemos al cambio de administración en diciembre de 2015, habrá más interés de propios y extraños, de argentinos y extranjeros, por la nueva etapa. Corrigiendo algunas cosas fundamentales, se abre una oportunidad grande para el país.
Sturzenegger: La economía este año seguirá cayendo y mantendrá altos niveles de inflación ya que el déficit fiscal sigue en aumento. El año que viene el cambio de Gobierno traccionará positivamente ante las expectativas de la llegada de un Gobierno mas previsible. Pero no deberían esperarse cambios importantes en la matriz de gestión que combina aumentos sistemáticos de gasto publico y creciente intervención. Cuando empezamos a dar señales positivas de normalización el Banco Central pone topes a las tasas de interés en los bancos. Es decir que hasta Fabrega se contaminó, en este caso morenizándose. No hay que esperar cambios importantes en la política económica y por ende en la capacidad del Gobierno de revertir el proceso de estancamiento que viene tolerando la economía y los argentinos desde la reelección de Cristina.
¿CÓMO VE LA REINSERCIÓN ARGENTINA EN EL MERCADO FINANCIERO INTERNACIONAL?
Feletti: Nunca repitiendo errores del pasado que llevaron al sobreendeudamiento, al default y a la grave crisis interna del 2001/02. Es innegable que Argentina requiere de inversiones para cruzar el umbral del desarrollo después de varios años de expansión de su economía, pero debe definir en forma soberana, como lo ha hecho hasta ahora, su inserción regional e internacional.
Podemos identificar tres países relevantes para Argentina: Brasil, que es un mercado interno ampliado, clave para estructurar una política industrial y tecnológica sostenida; China, demandante de alimentos, con la que hay que afianzar lazos propios de economías que se complementan en términos de inversiones y flujo de capital, y; finalmente, EE.UU, con una economía competitiva con la nuestra, hecho que provocó tensiones a lo largo de la historia, pero que en el presente comparte un interés hemisférico común: contar con fuentes de energía relevantes para afirmar la competitividad sistémica de la economía. El volumen de reservas de hidrocarburos no convencionales que posee Argentina, y el éxito en su procesamiento, alcanzado por EE.UU, pueden transformar las relaciones entre ambos países de competitivas a complementarias.
El resto es la búsqueda de financiamiento de largo plazo a bajo costo, multilateral y/o bilateral para aplicarlos a proyectos de inversión y desarrollo decididos soberanamente por nuestra Nación.
Lousteau: La reinserción argentina en el mundo es a regañadientes, quizás más producto de las necesidades que del convencimiento. Y la necesidad suele tener cara de hereje. Es bueno solucionar temas pero estoy convencido de que hemos perdido tiempo pero ahora es tiempo de mirar hacia adelante.
Sturzenegger: Para que Argentina se reinserte en el mundo tiene que resolver cinco cosas: Repsol, Club de París, holdouts, cepo cambiario y dejar de mentir con las estadísticas. Las primeras dos podríamos decir que están resueltas (aunque uno pueda pensar que se podrían haber solucionado mas barato). La tercera se resolverá en enero o febrero, en el mejor de los casos, y las ultimas dos se resolverán cuando el Gobierno lo decida, o el primer día del próximo Gobierno. Pero por ahora el camino no ha sido recorrido en su totalidad.