Expertos estiman que iniciativa no podrá ser reemplazada en el mediano plazo por un proyecto unitario de tamaño similar.
Consultores estiman que iniciativa no podrá ser reemplazada en el mediano plazo por un proyecto unitario de tamaño similar.
El rechazo por parte del Comité de Ministros a HidroAysén, que el martes por unanimidad revocó su Resolución de Calificación Ambiental (RCA), abre una interrogante que ronda en el sector privado: ¿Cómo se reemplazará la energía que iba a aportar el proyecto?
Presentado a tramitación ambiental en agosto de 2008, HidroAysén contemplaba la construcción de cinco centrales hidroeléctricas -dos en el río Baker y otras tres en el río Pascua, ambos en Aysén-, las que en conjunto tendrían una capacidad instalada de 2.750 megawatts, aportando anualmente 18.430 GW/h al Sistema Interconectado Central (SIC).
Si bien la primera de las centrales estaba prevista para 2024, aportando 340 MW, el resto ingresaría en “cascada” en los años siguientes.
Expertos consultados coinciden que, dado el tamaño, el aporte de energía de las centrales y su característica como generación de base -esto es, con un aporte continuo-, las alternativas para reemplazarlo apuntan a intensificar el desarrollo de centrales térmicas -con combustibles como gas o carbón- y proyectos hidroeléctricos en otras zonas.
Hugh Rudnick, académico y consultor, estima que el proyecto -por su tamaño- no es reemplazable por otro “individual” de similares características. Indica, asimismo, que se debe acelerar la entrada de los proyectos contenidos en el plan de obras que la Comisión Nacional de Energía (CNE) dio a conocer en abril.
“El plan de obras de la CNE incluye, entre el 2017 y el 2019, cuatro proyectos hidro por 811 MW y en el 2023, un proyecto de 360 MW. Para reducir los precios de las licitaciones de suministro eléctrico de la próxima década para hogares, el gobierno considera necesario desarrollar los proyectos hidroeléctricos y termoeléctricos consignados en ese plan”, dijo Rudnick.
Por su parte, Renato Agurto, de Synex, estima necesario volver a estabilizar los precios -que desde la crisis del gas argentino han seguido subiendo-, aunque reconoce que tanto las centrales a carbón como la energía nuclear presentan fuerte oposición en la ciudadanía.
“La alternativa es el desarrollo de las centrales termoeléctricas. Con las centrales térmicas, el precio era de US$ 80 por MW/h, luego vino la abundancia del gas natural y luego nos cortaron el gas y el precio quedó en US$ 130 MW/h. La verdad es que en alternativas, está pendiente el desarrollo termoeléctrico, pero que también genera la resistencia y para qué hablar de la energía nuclear, que es limpia, no tiene emisiones”, dijo.
René Muga, de la Asociación de Generadoras, señala que las ERNC -por su intermitencia- no pueden reemplazar el aporte de HidroAysén, aunque estima que no habrá problemas en el abastecimiento en el corto plazo.
“(El rechazo) implica la necesidad de adelantar una discusión sobre cómo utilizar el potencial hidroeléctrico, porque esa cantidad de energía no tiene su equivalente en proyectos en el centro-sur, salvo que se logre llevar adelante unas cartera importante. Hay que reconocer que vamos a tener que acelerar la concreción de proyectos termoeléctricos”, dijo.