Muere una época y nace otra. Tras el anuncio de cierre de la gestora del mercado de la plata de Londres, Silver Fixing Company, se abrió una dura competencia. El mercado de metales de Londres (LME) como el mercado de Chicago CME Group (Chicago Mercantile Exchange) están negociando con el London Bullion Market Association (LBMA), para establecer un nuevo protocolo de precios electrónicos. El CME Group y el LME tienen mucha experiencia y están en una posición privilegiada para ofrecer una solución. Sin embargo, tienen que hacer frente a los competidores importantes de Asia, como Shangai y Singapur, que están tomando posiciones rápidamente en la crisis. El centenario sistema de fijación diaria de los precios de la plata (Silver Fixing) se ha desmoronado tras los continuos indicios de manipulación del precio y las acusaciones sobre los actores para pactar precios.
El mercado necesita renovación y cambio radical en su imagen. Según Harriet Hunnable, director general de metales de CME, “estamos trabajando con la industria de los metales preciosos y la LBMA para encontrar un mecanismo de transacciones que sea una buena vía para establecer el precio diario, con lo cual los mercados pueden continuar trabajando de forma eficiente”. En cuanto al LME, las ofertas para diseñar un nuevo sistema de precios se han multiplicado.
La clave está en la negociación con el propietario del mercado y las autoridades regulatorias, más partidarias de sistemas de contratación y referencias de mercado que proveen Platts y Thomson Reuters. La LBMA ha establecido contactos operadores de mercado, técnicos de programas informáticos, comerciantes con metal físico o empresas externas para ofrecer una solución. Treinta años después, el LME puede volver a entrar en la negociación de contratos de plata. En los `70 operó contratos equivalentes a 10.000 oz, pero en los ‘80 fue suspendida por el intento de Hunt Brothers. Desde entonces, después de la caída de la demanda de plata industrial para la industria fotográfica, LME no retomó la negociación de plata.
EL ESCÁNDALOEl escándalo de la manipulación en los precios de los metales sigue dando que hablar: a fines de mayo, el banco Barclays fue multado hoy por US$ 40.000.000 por los reguladores del Reino Unido por la manipulación del precio del oro, informó la Autoridad de Conducta Financiera (FCA). así como en los mecanismos de control sobre la fijación del precio del oro entre 2004 y 2013.
El Barclays era uno de los bancos que fijaban el precio del metal "Gold Fixing" dos veces al día, el mecanismo que permite a los inversores comprar y vender oro a un precio único.El Barclays ya sido noticia en 2012 al revelarse que manipuló el libor, la tasa interbancaria fijada en Londres, mientras que el año pasado fue investigado por la manipulación del mercado de divisas.
Este no es un caso aislado. Deutsche Bank, Citi, HSBC, UBS, JP Morgan y Royal Bank of Scotland, entre otros bancos, vienen siendo investigados desde 2013 por las autoridades financieras de Berna, Bruselas, Londres y Washington, con relación a un fraude internacional de divisas y manipulación en los precios del oro, plata y otros metales. La sospecha que pesa sobre los bancos es que alteraron en beneficio propio el WM/Reuters, indicador que cada hora se actualiza el valor de 160 monedas.
Este mercado mueve un estimado de US$ 5.300 millones/día.Los valores son determinados diariamente por las operaciones ejecutadas en un período de un minuto llamado the fix ("la solución") a las 4 P.M. de Londres. Al concentrar todas las órdenes en los momentos antes y durante la ventana de 60 segundos, los operadores pueden empujar la tasa hacia arriba o hacia abajo, un proceso conocido en la industria como banging the close ("golpeando la cerca"). La Reserva Federal (FED) multó el año pasado a JPMorgan Chase con US$ 200 millones luego de que un operador de Reino Unido conocido como “la ballena de Londres” por sus gigantescas apuestas perdiera más de US$ 6.200 millones en transacciones de derivados fallidos. JPMorgan pagó más de US$ 1.000 millones en sanciones vinculadas a los oficios, incluyendo los arreglos negociados con la Commodity Futures Trading Commission, la Comisión de Valores de EE.UU., la Oficina del Contralor de la Moneda y la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido.Envuelto en diversos escándalos y señalado por el regulador alemán BaFin como uno de los principales responsables de la manipulación de precios del Forex y del oro en Londres, elDeutsche Bank abandonó en enero la participación en el London Gold Fixing (LGF) y el análogo London Silver Fixing (LSF).
El 2014 no empezó bien para el Deutsche, el cual para colmo de males, ha lanzado un “profit warning” en el que anuncia pérdidas en el cuarto trimestre de 2013 cifradas en 1.000 millones de euros. Envueltos en el escándalo, los cuatro bancos supervivientes a la salida del Deutsche (Barclays, Banco de Nueva Scotia, HSBC y Société Générale) que forman el Consejo de Dirección, ya han manifestado su intención de revisar en profundidad el sistema de fijación diaria (por dos veces) de precios del dorado metal precioso. La reforma iría encaminada a eliminar el sistema de conferencia telefónica y su sustitución por un consenso de mercado basado en una media de precios al contado de diferentes operadores de mercado, por ejemplo, en un día.
Ya cuentan con el visto bueno de la Comisión Europea, la cual someterá en breve al Parlamento Europeo una nueva directiva de regulación de los índices de referencia de los mercados financieros europeos.Si bien el sistema de fijación de precio del oro aun está en revisión, recientemente se anunció que el famoso London Silver Fixing (LSF), dejará de existir muy pronto, el 14 de agosto. El LSF es el mecanismo por el cual tres bancos de lingotes –HSBC, Scotiabank y Deutsche Bank– por medio de una conferencia telefónica diaria al medio día establecen en el mercado de Londres, el precio referencial de la plata. Miles de contratos entre mineras, inversores y compradores en todo el mundo lo utilizan.
ORO, LA AMBICIÓN DE SHANGAI (recuaro)Los últimos meses han evidenciado una intensa presión sobre los precios referenciales del oro y la plata –London Gold Fix (LGF) y London Silver Fix (LSF), respectivamente, a causa de las investigaciones que siguen reguladores como el alemán BaFin, por señalamientos de manipulación del mercado. El primer damnificado fue el LSF que anunció, tras la renuncia del Deutsche Bank a su asiento, que desaparecería a partir del próximo 14 de agosto. En tanto, China “luce más que dispuesta a convertirse en pescadora de ganancias en río revuelto. El dragón asiático es el principal productor de oro y desde 2013, también el máximo consumidor. Además, una de las armas financieras contra Estados Unidos y su dólar es la acumulación de oro físico, cuidando que su apetito por el metal no dispare los precios.
La meta es clara: dominar el mercado mundial del oro, y en el futuro mandar en el establecimiento de precios vía el metal físico, no en papel. Lo que implica desplazar a los dos grandes centros actuales: Londres y Nueva York. De hecho, la crisis de los precios referenciales de Londres le ha dado el pretexto ideal para iniciar de forma oficial su estrategia. A fin de mayo, China se acercó a bancos extranjeros –entre ellos HSBC, Standard Bank, Standard Chartered Bank, Australia and New Zealand Banking Group y Scotiabank– y productores, para invitarlos a nueva bolsa global de oro en Shanghai. El centro de operaciones será la Bolsa de Oro de esa ciudad china (SGE, por sus siglas en inglés), que es un mercado netamente de metal físico. La SGE obtuvo la luz verde del Banco Popular de China para esta nueva plataforma de intercambio global en su zona de libre comercio en el último trimestre de 2014, y podría abrirla también a corredurías extranjeras. En una primera etapa sólo operará contratos físicos – en yuanes– al contado en oro y otros metales preciosos, y más tarde se trabajará con derivados. Los formatos en oro serán de 100 gramos, 1 kg y lingotes “Good Delivery” de 12.5 kg La paulatina apertura de China en este importante mercado nos da luz respecto a sus planes a largo plazo de plena convertibilidad del yuan, pues solo así podría desplazar a Londres y N.Y.