Los titulares de las principales empresas alemanas aseguran que los políticos locales tienden a “aceptar con demasiada facilidad” las preocupaciones ambientales de la población. Esto los lleva a rechazar innovaciones tecnológicas como el fracking por lo que las industrias pierden miles de millones de dólares. Ahora, según señala en una nota la agencia Bloomberg “el país que inventó el automóvil moderno y la tecnología de rayos X quiere sumar al fracking a la lista de innovaciones de las cuales desconfía”
Según explica la nota, los líderes empresariales de Alemania presionan en favor de la estimulación hidráulica para reducir la dependencia de Alemania en la energía de Rusia. La semana pasada, el gobierno comenzó a preparar una ley para regular el fracking. Pero desde los sectores industriales temen que su aplicación quede reducida a ciertos casos excepcionales, al contrario de lo que sucede en los EE.UU., donde la práctica está muy extendida.
Dice el cronista de Bloomberg Sheenagh Matthews: “las restricciones son un revés para los ejecutivos, quienes opinan que los políticos ceden con demasiada facilidad a las preocupaciones de la población respecto a que las nuevas tecnologías van a dañar el medio ambiente. Alemania, que tiene el Partido Verde más poderoso en Europa, está perdiendo industrias por valor de más de u$s 200 millones a nivel mundial, o alrededor del 6% de su producto interno bruto, incluida la energía nuclear y la fractura hidráulica. Los ejecutivos argumentan que la aversión al riesgo dificulta la competitividad de una nación que descubrió la fisión nuclear utilizada para detonar bombas atómicas, está dirigida por una científica, Angela Merkel, desde el año 2005″.
“Si mantenemos la costumbre de rechazar riesgos, entonces vamos a llevar a nuestra sociedad a la tumba”, dijo Karl-Ludwig Kley, el consejero delegado de la compañía química y farmacéutica más antigua del mundo Merck KGaA, en un panel de discusión el pasado 13 de mayo en Frankfurt.
“Con el fracking, todavía hay muchas preguntas que no han recibido ninguna respuesta”, dijo Volker Bouffier, el primer ministro del estado federado de Hesse, que el mes pasado respaldó la decisión de mantener la actual prohibición de la práctica por temor a que los químicos utilizados se filtrasen en el agua potable. “Todo político tiene que hacerse la siguiente pregunta: ¿Puedo tomar la responsabilidad de esto?”
Sin embargo, Norbert Reithofer, Director General de BMW, utiliza el término “German Angst” (Angustia alemana) para explicar la paradoja de la capacidad de innovación del país, por un lado, y su renuencia a aceptar el cambio tecnológico, por otra.
“La angustia alemana se refiere a cómo, a la hora de hacer cambios radicales, en este país preferimos los debates largos y temerosos, porque nosotros, los alemanes tendemos a ver más problemas que oportunidades”, dijo Reithofer.
Como contrapartida, el fracking ha hecho de los EE.UU. el mayor productor de gas natural del mundo, superando a Rusia. El shale gas ayudó a la caída del precio del gas natural a nivel local en casi un 60% desde su máximo en 2008. Según el consejero delegado de BASF, Kurt Bock, el gas natural ahora cuesta tres veces más en Alemania, hecho que preocupa a los industriales por su impacto negativo en la competitividad.
Sostiene Matthews que “hay suficiente shale gas bajo tierra alemana como para aumentar la producción nacional de gas a más del 35% del consumo total, frente al 10% actual, según un estudio de marzo de IHS Global”. Los precios del gas de Europa podrían caer un 20% si se explotan las reservas conocidas, según la compañía de investigación.
Elgobierno de Merkel ha dicho que su ley de fracking planeada sólo permitirá la práctica si no se utilizan productos químicos tóxicos y donde quede bien aclarado que no va a contaminarse el agua subterránea.
“No hay voluntad política para respaldar el fracking en Alemania ya que es altamente impopular entre la población local en las regiones en las que potencialmente se podría hacer”, dijo el analista de Eurasia Group Famke Krumbmuller. “Incluso si el gobierno nacional decide cambiar de opinión, lo que probablemente no va a suceder en el corto plazo, habría que tener los estados federales a bordo, y no están de humor como para cambiar su posición.”
“En Alemania, tenemos que reconocer una vez más que la innovación es algo positivo”, dijo el CEO de Siemens Joe Kaeser en febrero. “Sin innovación, nada es posible”.