El destino de América Latina está tan vinculado hoy a China como lo estuvo al imperio británico en el siglo XIX y a Estados Unidos en el XX.
De la mano de la demanda china de materias primas la región creció un promedio del 3,7% entre 2002-2012, 4 veces más que en las dos décadas previas, pero hoy hay nubes en el camino.
La señal de alarma comenzó con la desaceleración del gigante asiático que en los últimos dos años tuvo un crecimiento menor al 8% con un claro impacto en el precio global de los productos primarios.
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El "Nuevo Plan de Urbanización Nacional 2014-2020" anunciado por China en marzo reactivará la demanda de materias primas de la región. El plan contempla un aumento de la población urbana de entre 70 y 100 millones de personas hasta el fin de esta década y una masiva inversión de unos US$7 billones en vivienda, líneas ferroviarias y autopistas, y mejoramiento de los servicios básicos (equivalentes a aproximadamente la mitad del Producto Bruto Interno de Estados Unidos).
Según Roberto Kozulj, Vicerrector de la Universidad Nacional de Río Negro, Argentina, y consultor de la Comisión Económica para América Latina, CEPAL, especializado en los vínculos entre urbanización y desarrollo con énfasis en China, el programa tendrá un impacto directo en América Latina.
"Una parte de la demanda de China de materias primas de América Latina en 2002-2012 se debió al proceso de urbanización. La diferencia es que el plan actual es más sofisticado y ambicioso y servirá para sostener la demanda de minerales, sea cobre en Chile o hierro de Perú, petróleo de Venezuela, Ecuador, Colombia, Argentina y Brasil, soja y otros alimentos desde Argentina y Brasil", indicó a BBC Mundo.
MÁS LUZ, MÁS GAS, MÁS CONSUMO
Desde que el Partido Comunista chino tomó el poder en 1949 la urbanización avanzó primero con lentitud (se duplicó del 13% al 26% en 40 años) y luego a una velocidad vertiginosa y anárquica (del 26 al 52% en las dos décadas siguientes).
El precio pagado en términos de contaminación y hacinamiento, sumado a la decisión de pasar a una economía más basada en el consumo doméstico y menos en el polo inversión-exportación, han hecho que el gobierno chino busque un modelo de urbanización más sofisticado que a la vez estimule el crecimiento interno y el nivel de vida de la población.
Como era previsible por ser China, se trata de un proyecto de dimensiones colosales. Los 70 a 100 millones nuevos habitantes urbanos que se calculan hasta fines de esta década equivalen aproximadamente a una quinta parte de la población de América Latina, dos veces la de Argentina, 10 la de Chile, etc.
El plan contempla que las urbes con más de 200.000 residentes tengan una línea ferroviaria y las de más de 500.000, un tren de alta velocidad, pero además requiere un salto de calidad en términos de servicios básicos de gas, electricidad, vivienda, salud.
Las líneas ferroviarias precisan acero, aluminio y cobre, la inversión en infraestructura necesita hierro y acero, el mayor consumo urbano dispara la demanda de productos energéticos y alimenticios.
Según la Global Economic Governance Institute de la Universidad de Boston desde 2008 el 70% de las exportaciones regionales a China se han concentrado en estos sectores.
América Latina ha provisto un 22,1% de las necesidades chinas de hierro (fundamentalmente Brasil y Perú), casi un 15% de las importaciones de soja (Brasil y Argentina), un 10,9% del cobre (Chile, Perú, México), un 11,9% del petróleo (Venezuela, Brasil, Colombia, Ecuador).
IMPORTACIÓN E INVERSIÓN
El plan no se limitará a la importación: tendrá un impacto en la inversión china en la región.
China es el tercer inversor en la región después de Estados Unidos y Holanda.
Según Margaret Myers, directora del programa de China–América Latina para Diálogo Interamericano, el permanente aumento de la inversión china forma parte de una estrategia para hacer frente al incremento de los precios de los commodities.
"El plan de urbanización mantendrá la demanda de materias primas. Al mismo tiempo China aumentará la inversión directa porque quiere mantener los precios de los productos primarios bajo control. Esto les permitirá garantizar que haya suficiente oferta de los productos que necesitan a un precio razonable", señala Myers.
Esta estrategia ya está en marcha.
Este año el consorcio chino MMG LTD, liderado por la estatal Minmetals Corp, adquirió la totalidad de la mina de cobre Las Bambas en Perú a la compañía suiza Glencore Xstrata PLC por US$5.800 millones.
Según cálculos de la Cámara de Comercio Peruano China (Capechi), China controla hoy un 33% del sector minero peruano con una inversión total de US$19.000 millones.
Una historia similar se detecta en el sector petrolero con extensas inversiones en Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil y Argentina.
EL PERFIL DEL CONSUMIDOR CHINO
En el centro de este nuevo modelo de urbanización está la clase media que surgió del impresionante desarrollo económico de las últimas tres décadas.
Según el profesor Wu Guoping del Instituto Latinoamericano de la Academia de Ciencias Sociales de Pekín, América Latina ya está moldeando el perfil de un consumidor urbano que exige variedad, sofisticación y acceso a la oferta mundial.
"La vida cotidiana del chino urbano tiene que ver con América Latina. Por la mañana toma un jugo de soja o de frutas importadas de Brasil, Chile, Argentina. Al mediodía carne y vino también importados de esos países. Y por la noche en la fiesta es Tequila mexicano. Todos estos productos agroindustriales de consumo doméstico tendrán cada vez más importancia", señaló a BBC Mundo.
Este fenómeno es evidente en el reciente cambio de la estrategia política china que disminuyó las metas de autosuficiencia agrícola del 95% al 90%.
Según Margaret Myers, este cambio refleja las transformaciones que se están produciendo en el consumo doméstico.
"El gobierno se dio cuenta de que no se va a producir suficiente para lidiar con el aumento de la demanda doméstica en este tipo de productos. Esta disminución de las metas de autosuficiencia significa más importaciones de soja, maíz, etc. en los próximos años. Y como en minerales o petróleo, mayor inversión, porque China quiere participar de la cadena productiva", indicó Myers a BBC Mundo.
EL FUTURO
Esta demanda adicional de la mano del programa urbano es una buena noticia para América Latina, pero como todo lo vinculado a las materias primas, puede convertirse en una maldición si la región no aprovecha este período para dar un salto cualitativo en sus exportaciones.
"La exportación de materias primas tiene límites para el crecimiento económico. En América Latina el desafío será crear cadenas de valor a partir de los recursos naturales. Si no se hace esto se estará desaprovechando un nuevo ciclo de bonanza", indicó Kozulj a BBC Mundo.
El peligro es una repetición del modelo de crecimiento neocolonial del siglo XIX y XX basado en un intercambio de productos primarios por productos industriales elaborados.
El litio es un ejemplo. Argentina, Chile y Bolivia lo exportan como materia prima mientras que Japón, Corea del Sur y Estados Unidos lo utilizan en todo su valor agregado para la industria de las baterías.
Según el profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales, Sun Hongbo, el camino que adopte América Latina depende enteramente de su voluntad y claridad política.
"China se ha trazado una estrategia propia de acuerdo con sus propios intereses. América Latina tiene que hacer lo mismo. El problema no es tener recursos naturales sino qué hacer con ellos. En toda industria, incluida la de los productos primarios, potencialmente hay un alto desarrollo tecnológico. Un reto para los países latinoamericanos es la plena explotación de este potencial", indicó a BBC Mundo.
Nada más simbólico de la presencia china en América Latina que la reciente adquisición de la mina Las Bambas en Perú.
El consorcio chino MMG LTD, liderado por la estatal Minmetals Corp, adquirió la totalidad de la mina de cobre a la compañía suiza Glencore Xstrata PLC por US$5.800 millones.
El desembarco chino en la región se ha caracterizado por este desplazamiento o absorción de firmas privadas occidentales con gigantescas inversiones de compañías o consorcios estatales.
Este desembarco está aceitado por un sistema de flujos financieros de la banca estatal china que le permite a las compañías desembolsar grandes sumas y a los gobiernos de la región financiar inversiones sociales (vivienda, por ejemplo) o en infraestructura (carreteras, transporte, etc).
Según el Instituto de Gobernanza Económica Global (GEGI, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Boston, China otorgó US$102.000 millones en préstamos a América Latina entre 2005 y 2013.
"Con el ingreso de China en la Organización Mundial del Comercio en 2001 creció mucho el comercio y esto llevó naturalmente a un boom de la inversión. En vez de comprar el cobre de una empresa en América Latina, China decidió adquirirla o ganar una participación mayoritaria para tener un mayor control. La estrategia china es una compleja integración de su sector financiero y productivo. En términos de montos, los préstamos para la industria petrolera y para otros propósitos, pero garantizados con petróleo, son más importantes aún que las adquicisiones directas", indicó a BBC mundo el investigador de Gegi Amos Irwin.
Las cinco principales inversiones chinas
En el reino de las grandes inversiones del gigante asiático la estrella es el petróleo. Tres compañías chinas -Sinopec, CNPC y Cnooc- se disputan el conjunto de las inversiones en este sector.
1- Venezuela
El 19 de septiembre del año pasado, el ministro de Petróleo Rafael Ramírez anunció un acuerdo con China National Petroleum Corporation (CNPC) para la inversión de US$28.000 millones en un nuevo proyecto en la Faja Petrolífera del Orinoco.
CNPC es la compañía madre de Petrochina, la segunda petrolera mundial en términos de capital.
A este acuerdo se añadió otro por US$14.000 millones anunciado por el mismo Ramírez con la petrolera estatal China Petroleum & Chemical Corporation (Sinopec).
Sinopec ha sido protagonista de otra de las grandes inversiones chinas en la región.
2- Brasil
En Octubre de 2010 Sinopec, la más grande refinadora china, adquirió el 40% de la española Repsol en Brasil por US$7.100 millones.
En 2011 Sinopec expandió sus operaciones en Brasil con la adquisición del 30% de las operaciones de la portuguesa GALP por más de US$5.000 millones.
Las dos operaciones son una clara indicación de la presencia de Sinopec en Brasil y de la estrategia china de adquisición parcial o fusión con compañías que ya están funcionando.
Esta estrategia no se limita a Brasil. Dos meses después de su inversión en Repsol, Sinopec adquirió en Argentina la estadounidense Occidental Petroleum por US$2.450 millones.
3- Argentina
La China National Offshore Oil Corporation (Cnooc) se ha convertido en la segunda petrolera en Argentina detrás de la nacionalizada YPF con una serie de multimillonarias adquisiciones parciales de distintas compañías.
La inversión madre tuvo lugar en marzo de 2010 cuando Cnooc compró el 50% de la petrolera argentina Bridas por US$3.100 millones.
En noviembre de ese año Bridas, ya con mayoría china, adquirió el 60% de Pan American Energy por US$7.000 millones.
Y en febrero de 2011 la Pan American Energy adquirió el 100% de los activos de Esso Argentina por más de US$800 millones.
La nacionalización de YPF en 2012, que puso en pie de guerra a muchas naciones occidentales, no perturbó a China que en enero del año pasado se asoció a la estatal petrolera argentina para la explotación de petróleo de esquito en la gigantesca reserva de Vaca Muerta.
4- Perú
Después del sector energético -petróleo y gas- la minería es el que concentra la mayor inversión china en la región.
Con la adquisición que hizo el consorcio MMG LTD de las mina de cobre Las Bambas, la mayor en monto de la historia peruana, China elevó su inversión en proyectos mineros en el país a US$19.000 millones.
Según estimaciones de la Cámara de Comercio Peruano China (Capechi), China controla hoy un 33% del sector minero peruano.
5- Las mayores cifras
En término de montos, estos préstamos superan cualquier inversión directa.
Según Gegi, Venezuela ha recibido unos US$50.000 millones en créditos garantizados con entregas de petróleo. Si a esto se le suman las inversiones directas, Venezuela es el primer destino inversor chino en América Latina.
Ejemplos de estos créditos son el fondo de inversión bilateral de US$17.000 millones con prioridad para la inversión agrícola creado en 2007 o los US$4.000 millones otorgados en 2011 por el Banco de China para la construcción de viviendas.
En el caso de Brasil la estatal petrolera Petrobras recibió en 2009 un préstamo de US$10.000 millones para el desarrollo de su producción petrolera offshore.
En noviembre de 2007 Petrobras había anunciado el descubrimiento del yacimiento offshore Tupi con un potencial de 8.000 millones de barriles de petróleo que Brasil podría comenzar a explotar a partir de 2020.
El hallazgo fue calificado del más importante en 30 años, pero requería de una fuerte inversión en momentos en que los mercados financieros internacionales estaban secos por la contracción crediticia que terminó de explotar un año después con la caída del Lehman Brothers y la gran debacle internacional.
China supo aprovechar el momento para financiar la inversión de Petrobras a través de un préstamo del China Development Bank Corp.
OTRAS INVERSIONES CHINAS
La inversión china no ocurre necesariamente en territorio latinoamericano.
Un ejemplo es la inversión para refinerías de petróleo.
El 27 de abril de 2012 se colocó la piedra fundacional de la refinería de Jie Yang en la provincia china de Guagdong, emprendimiento en el que la venezolana estatal Pdvsa está asociada a la China National Petroleum Corporation (CNPC) con la que construirá otras dos refinerías en territorio chino por un costo aproximado de US$16.000 millones.
El objetivo de estas refinerías es procesar el petróleo venezolano para uso doméstico chino.
La inversión en transporte es otro punto fuerte de la expansión del gigante asiático.
Según el rastreador global de las inversiones chinas de la Heritage Foundation, China ha invertido en Venezuela más de US$8.000 millones en transporte mientras que en Argentina la cifra roza los US$3.000 millones.
A pesar de que los dos últimos años el crecimiento chino ha "menguado" (bajó a 7,4% el año pasado), nada indica que este torrente chino se va a detener.
"Si la economía china sigue creciendo como lo ha hecho hasta ahora, va a seguir requiriendo un enorme flujo de recursos tanto para el consumo doméstico como la exportación. Mientras esto suceda habrá una fuerte demanda de recursos primarios y una fuerte presión china para la adquisición directa de estos recursos", indicó a BBC Mundo, Amos Irwin.