Mientras el vicepresidente prestaba su declaración indagatoria, se conocía el rechazo de la sala I de la Cámara Federal al planteo de Boudou para anular las declaraciones testimoniales dadas en diciembre por los ahora imputados Nicolás Ciccone y Guillermo Reinwick.
Los tres camaristas declararon “abstracto” el planteo –ambos volverán a declarar, ahora como imputados, y podrán repetir lo que ya dijeron o rectificarse– y sugirieron al juez Ariel Lijo indagar en la “ruta del dinero” que en 2010 salvó a Ciccone de la quiebra.
En su voto, el juez Eduardo Farah fue más allá, y sostuvo que deberían ser convocados a indagatoria los banqueros Raúl Moneta y Jorge Brito; el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, otros tres allegados a Boudou y el vicepresidente de la ex Ciccone con el desembarco de The Old Fund.
Sin embargo, el planteo de Farah, quien según fuentes judiciales la semana pasada supuestamente propiciaba el apartamiento del juez Lijo, no fue acompañado por los otros dos camaristas, Eduardo Freiler y Jorge Ballestero. Estos sí aceptaron decir que le “tocará al juez” Lijo “evaluar las diversas presentaciones” realizadas por el fiscal Jorge Di Lello en torno a “otras aristas de los hechos que, hasta el momento, han permanecido inescrutadas”.
“Fundamentalmente aquellos dictámenes que proponen internarse en el análisis de la procedencia de los fondos aplicados al levantamiento de la quiebra de la entonces Ciccone Calcográfica Sociedad Anónima y en el estudio de las capacidades financieras de las personas físicas y jurídicas a ellos vinculadas”, añadieron renglón seguido Freiler y Ballestero.
El juez instructor deberá orientar la causa hacia ese aspecto luego de concluir con la ronda de indagatorias iniciada ayer con Boudou y resolver las situaciones procesales de quienes declararán en estos días como acusados.
El juzgado ya acumuló bastante información en torno a la llamada “ruta del dinero”, según dijeron fuentes judiciales.
Tras el rechazo de Lijo al pedido de Boudou de anular el llamado a su indagatoria, la sala I de la Cámara podría recibir una apelación de la defensa del vice. Pero aún ni siquiera opinó el fiscal Di Lello.
El vicepresidente Amado Boudou habló ayer a la prensa tras permanecer más de nueve horas en el edificio Comodoro Py, donde fue indagado por la supuesta apropiación de la imprenta Ciccone Calcográfica.
Tras su declaración frente al juez federal Ariel Lijo , el vicepresidente manifestó: "Lo que se abordó hoy fue el análisis técnico-jurídico de la causa. Voy a ampliar mi declaración, me guardé cuestiones políticas para las próximas declaraciones".
"Nosotros buscábamos el máximo nivel de difusión", manifestó Boudou en las escalinatas de los tribunales. Tras la negativa del juez de filmar la indagatoria, el vicepresidente prometió subir a su Facebook la declaración completa.
Allí publicó: "Como no nos dejaron transmitir la audiencia, estamos escaneando las más de 30 hojas para que todos y todas puedan leerlas". El viceppresidente luego subió a Facebook la declaración, pero como era ilegible, la borró minutos después .
"Pude exponer cada uno de los puntos y respondí las preguntas que tanto el juez como el fiscal me querían hacer", manifestó Boudou. Consideró que hoy sólo se abordó el aspecto "técnico jurídico" de la causa y advirtió: "Voy a pedir ampliar esta declaración para abordar las cuestiones políticas".
LA INDAGATORIA
Ayer Boudou llegó pasadas las 11 a los tribunales de Comodoro Py al 2002. A las 13 comenzó la declaración del vicepresidente, el primero en la historia argentina en ser indagado durante el ejercicio de sus funciones. Luego, llegaron las preguntas del juez y del fiscal Jorge Di Lello .
La audiencia no fue filmada, como pretendía el vicepresidente, quien esta mañana se presentó en el juzgado con un camarógrafo. Lijo rechazó la grabación y se respaldó en los artículos 16 y 18 de la Constitución Nacional, que establecen la igualdad ante la ley y el debido proceso.
La indagatoria se realizó en una de las secretarías del juzgado de Lijo, la N° 7, a cargo de Javier Arzubi Calvo. En el lugar sólo permanecieron el juez Lijo, Di Lello, una secretaria del fiscal, otros funcionarios del juzgado y los abogados de Boudou: Diego Pirota y Eduardo Durañona.
Durante la audiencia, los funcionarios judiciales hicieron una breve pausa para almorzar alrededor de las 14.30 y más tarde, un segundo cuarto intermedio. La indagatoria finalizó pasadas las 18.30, tras lo cual se leyó el acta de declaración. Recién pasadas las 20.30, Boudou apareció en las escalinatas de los tribunales.
El juez Lijo acusa a Boudou de apropiarse, a través de conocidos suyos, de la imprenta Ciccone Calcográfica, que se dedica a fabricar papel moneda, para hacer negocios con el Estado.
De los próximos pasos del expediente dependerán el futuro judicial del vicepresidente y los efectos políticos que el caso pueda tener sobre el gobierno de Cristina Kirchner.
En un hecho sin precedente, Amado Boudou declaró ayer, por primera vez, como acusado del caso Ciccone. Dijo que de ningún modo se apropió de la imprenta, que la versión de los dueños originales de la empresa fue una "gran puesta en escena" y que el juzgado que lleva la causa omitió investigar a "empresarios de fuste" que, según él, estuvieron detrás del traspaso de la compañía.
Cuando el juez Ariel Lijo le preguntó puntualmente a qué empresarios se refería, el vicepresidente nombró sólo a Raúl Moneta, hoy afectado por una grave enfermedad. Lo consideró clave en la ruta del dinero y comparó su actuación con la que tuvo en otros tiempos el empresario Alfredo Yabrán, quien, según Boudou, también fue financista de los Ciccone, como Moneta.
Además, sostuvo que el juez investigó cuestiones muy menores , como facturas "de cable" (por los servicios de su departamento), y no los millones que, dijo, movieron empresarios importantes.
La indagatoria, que Boudou pedirá ampliar, fue apacible, según fuentes tribunalicias. Durante las ocho horas que duró la audiencia, el vicepresidente cuestionó algunas decisiones del juzgado y criticó la marcha de la causa, pero no denunció al juez. Dejó a salvo de sus críticas al jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray , y no se salió de su discurso mediático.
Boudou llegó a los tribunales de Comodoro Py minutos después de las 11, acompañado por sus abogados. No quiso entrar por el sótano. Subió sonriente las escalinatas centrales del edificio, saludando, mandando besos y haciendo la "V" de la victoria. "Gracias, gracias", decía a todos los que le gritaban y también a una mujer que, cara a cara, le dijo "¡ladrón!".
La audiencia empezó con una dosis de conflicto . Boudou insistía en que lo dejaran filmarla para transmitirla en vivo. El juez, que ya le había dicho que no dos veces, volvió a negarse, y el vicepresidente le dijo que era "falaz" su argumento de que el expediente era secreto. Criticó entonces supuestas filtraciones de información que se publicaba en Clarín y LA NACION. Varias veces a lo largo de su exposición Boudou volvió sobre su denuncia de "linchamiento mediático".
Cerrado este tema, antes de empezar a defenderse, el vicepresidente le pidió al juez que le aclarara con qué pruebas lo acusaba de haber sido dueño de Ciccone. Pero Lijo le advirtió que eso no era "un diálogo" sino una indagatoria, donde quien recibía las preguntas era el acusado. Después de que le leyeron las acusaciones, el vicepresidente hizo un relato de su versión del caso, donde negó haber tenido cualquier "interés" en el levantamiento de la quiebra de Ciccone. Si bien siempre dijo que estaba haciendo una defensa jurídica, no eludió algunas críticas de claro corte político. Por ejemplo, cuando se defendió de la acusación ligada a la Casa de la Moneda. Según el juez, hay pruebas de que frenó un proyecto para modernizar este organismo para quitarle competencia a Ciccone.
Boudou lo negó y dijo que el deterioro de la Casa de la Moneda había sido culpa del gobierno de la Alianza, que tenía entonces trabajando ex directivos de Boldt. Pero Boudou afirmó que el "desguace" se concretó con el gobierno de Eduardo Duhalde, que le quitó ciertas exclusividades que tenía la Casa de la Moneda.
Otro punto que tocó Boudou fue el contrato de The Old Fund (TOF), el fondo que se quedó con Ciccone, detrás del cual, según el juez, estaban Boudou y su amigo y socio José María Núñez Carmona. TOF ganó sus primeros millones interviniendo en la reestructuración de la deuda pública de la provincia de Formosa.
Fue la factura número 3 de TOF y Boudou firmó esa reestructuración como ministro de Economía. Según declaró ayer, él no sabía que Formosa habría sido asesorada por TOF. Negó haberse interesado en el trámite de la AFIP relativo a la quiebra de Ciccone y su posterior levantamiento, y dijo que si hubiera cometido algún ilícito, hubiera sido obligación de Ricardo Echegaray, jefe de la AFIP, denunciarlo.
Pero sus principales críticas fueron para los Ciccone. "Trataron con la dictadura y con gobiernos africanos y hoy tienen miedo", dijo el vicepresidente, en alusión a viejos negocios cuestionados de la imprenta. Según Boudou, "insulta la inteligencia" creer que los Ciccone actuaron en este caso bajo amenaza. Para Boudou, se presentaron con un discurso guionado.
El vicepresidente criticó a Lijo porque fue benévolo con las preguntas a la familia Ciccone. También criticó la "sorprendente" decisión del juez de pasarlos de acusados a testigos y de testigos a acusados nuevamente.
Detrás de este "libreto prearmado" aparece un "nuevo personaje", dijo Boudou, que presentó una foto de él. Ese hombre es el abogado Marcelo Ruiz, que -según el vicepresidente- acompañó a varios miembros de la familia a declarar.
La audiencia terminó con una serie de preguntas. Allí el juez volvió sobre los supuestos "empresarios de fuste" que estarían detrás de la operación. Boudou nada dijo de Jorge Brito y sólo nombró a Moneta como "puerta de entrada indispensable" para investigar la ruta del dinero. Ayer, la Cámara Federal le pidió a Lijo profundizar este camino (ver página 12).
El fiscal Jorge Di Lello también le hizo preguntas; entre ellas, por qué podía ser que hubiera boletas de servicios de su departamento de Puerto Madero que estuvieran a nombre de Vandenbroele, su supuesto testaferro, a quien él dice no conocer. Boudou insistió en que lo tenía alquilado y que su inquilino, que vivía afuera, puede haber delegado el tema de las facturas en un tercero. Su propio abogado pidió que el juez le preguntara si conocía a Vandenbroele, lo que Boudou negó.
Cuando termine esta ronda de indagatorias, Lijo deberá resolver si procesa al vicepresidente.
UNA AGENDA QUE RECIÉN COMIENZA
Ayer, 11 a 19:30
Amado Boudou: Fue indagado durante más de ocho horas por el juez federal Ariel Lijo. Al salir, afirmó que se había abordado el "aspecto técnico-jurídico" de la causa, y prometió ampliar su declaración. Subió sus dichos a la red facebook
Hoy
Sin indagatoria: José Núñez Carmona, amigo y socio de Boudou, estaba citado para declarar hoy, pero al encontrarse fuera del país se acordó la postergación de su indagatoria. Habría tenido un rol clave en la negociación con los Ciccone
Mañana, 11 hs
A. Vandenbroele: El presunto "testaferro" de Boudou, como lo calificó su ex esposa, Laura Muñoz, deberá presentarse mañana ante Lijo. Vandenbroele
fue director de The Old Fund, la sociedad que compró Ciccone, aunque el vicepresidente sigue asegurando que no lo conoce