El nuevo presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha heredado una enconada insurgencia separatista en el este del país, pero el magnate afronta otro problema igual de complicado: una economía profundamente quebrada.
El Producto Interno Bruto de Ucrania se contraerá en 2014 entre un 5% y un 7%. Los expertos advierten de que las proyecciones podrían empeorar en caso de que la rebelión prorrusa crezca y siga dañando la producción en las regiones de Donetsk y Luhansk, centros de la industria pesada y la extracción de metales del país. Conjuntamente, estas regiones aportan cerca del 16% del PIB del país.
Poroshenko se comprometió a poner fin a la violencia tras mantener negociaciones el domingo con el embajador ruso en Ucrania y con representantes de Alemania y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
"Debemos poner fin a la lucha esta semana", dijo Poroshenko en un comunicado publicado en la página web de la presidencia ucraniana tras las conversaciones. Agregó que un primer paso sería que Ucrania asegure la frontera con Rusia.
En su discurso de toma de posesión el sábado, Poroshenko acusó a los separatistas de asestar un golpe a la frágil economía de esas dos regiones. "Además de saquear y abusar de los civiles pacíficos, han llevado a la economía de la región, ya afectada por la crisis, al borde de una catástrofe total", dijo el nuevo mandatario.
Además del conflicto en el este, la economía ucraniana afronta otros puntos de inestabilidad. Kiev sigue atenazada en la complicada disputa con Moscú por el precio de sus importaciones futuras de gas a Rusia. Las conversaciones en Bruselas seguirán el lunes.
Los funcionarios europeos que están ayudando con las negociaciones han instado a ambas partes a llegar a un acuerdo. Toda interrupción del suministro de gas en caso de fracaso de las negociaciones --lo que ya ocurrió en 2009-- podría dañar aún más la economía ucraniana.
Además, Rusia es el mercado de cerca del 25% de las exportaciones de Ucrania, una gran parte de las cuales son productos industriales como vagones de tren o componentes para defensa que las fábricas ucranianas venden a empresas estatales rusas. En anteriores ocasiones, Moscú ha demostrado estar dispuesto a prohibir los productos ucranianos por motivos técnicos debido a las tensiones entre ambos países. Y además, Rusia podría aumentar las tasas de importación que cobra a los productos ucranianos.
Olena Bilan, economista jefe de Dragon Capital, en Kiev, dijo que el conflicto en el este, la posible interrupción del suministro de gas y el potencial deterioro del comercio amenazan a la economía ucraniana. "Son tres grandes riesgos y todos están relacionados con Rusia", indicó.
Para sanear la economía del país, Ucrania depende de un rescate de US$17.000 millones del Fondo Monetario Internacional y otro paquete de ayudas de US$15.000 millones otorgado por el Banco Mundial, la UE y donantes bilaterales. El FMI ha predijo que el PIB real ucraniano se contraerá un 5% este año y crecerá un 2% en 2015, siempre que el país cumpla su programa.
Estas medidas están determinando la política económica del nuevo Gobierno. Ucrania ya ha aplicado algunas de las medidas más duras que exigía el FMI. Puso fin a la prolongada intervención del Banco Nacional de Ucrania en el mercado de divisas para apuntalar la moneda, la hryvnia, que había vaciado las arcas de las reservas. También retiró los subsidios a la energía que abarataban el gas y la calefacción pero que eran gravosos para el presupuesto del país.
En consecuencia, la hryvnia se ha depreciado cerca de un 30% frente al dólar desde comienzos del año. Por su parte, la inflación se ha disparado por encima del 10%, Los precios medios del gas para los hogares del país comenzaron a incrementarse más de un 50% a partir de mayo y se espera que los de la calefacción aumentarán cerca del 40% de media a partir de julio. No obstante, los hogares más pobres recibirán subvenciones para compensar estos incrementos.
"Parece que la gente está dispuesta a aceptar esta merma de su nivel de vida", dijo Vitaliy Vavryshchuk, director de análisis de SP Advisors. Pero agregó que los ucranianos esperarán mejoras económicas en el futuro. "La paciencia no es ilimitada", indicó.
Ucrania también va a aplicar medidas de austeridad e incremento de los ingresos fiscales con el fin de reducir su déficit. Para apuntalar los ingresos, el Gobierno ya ha desechado sus recortes previstos de los impuestos de sociedades y sobre el valor añadido, y planea congelar los salarios de los funcionarios, reducir el número de trabajadores públicos, cancelar las subidas de las pensiones previstas y aplicar un conjunto de impopulares medidas de ajuste adicionales.