A menos de dos semanas para el comienzo del Mundial, el evento supremo del fútbol, Brasil está ingresando al equivalente de tiempo extra para completar algunos de sus estadios.

Al pasar por Arena de São Paulo, sede del partido inaugural entre Brasil y Croacia el 12 de junio, se pueden ver grúas de construcción y obreros con cascos trabajando durante la noche.

Los 61.606 asientos del estadio aún no se han instalado ni probado por completo, según una vocera del comité organizador local de la FIFA. Y aún se están corrigiendo fallas en la conectividad de Internet y celulares dentro del estadio, conocido también como el Itaquerão.

También hay presión por terminar los estadios en Curitiba, Cuiabá y Porto Alegre. Otras ciudades anfitrionas, incluyendo Manaus y Natal, se apresuran para terminar calles, aceras y otra infraestructura vinculada a la Copa del Mundo.

Los brasileños son famosos por finalizar las cosas a último momento, pero incluso ellos dicen que esto es excesivo.

"Esto es riesgoso ya que todo ha esperado hasta la última hora", afirma Fernando Ferreira, socio en Pluri, un grupo de consultoría para el negocio de los deportes en São Paulo. "Esto me avergüenza porque confirma los estereotipos negativos de Brasil".

Los críticos mantienen que Brasil se equivocó al construir tantos estadios en un país del tamaño de Estados Unidos continental. El país ha gastado una cantidad récord de US$3.600 millones para construir o remodelar 12 estadios, y la mayoría están atrasados y se excedieron de su presupuesto.

Mientras tanto, el apoyo del público al Mundial se ha desplomado, desatando protestas de ciudadanos que dicen que habría sido preferible destinar el dinero a mejorar las escuelas, los hospitales y otros servicios públicos del país.

El Ministerio de Deporte de Brasil afirma que los estadios estarán listos y que los detractores deberían tranquilizarse.

"La Copa, junto con los esfuerzos del gobierno, han avanzado muchos proyectos de infraestructura, movilidad urbana y aeropuertos", afirmó el ministro de Deporte, Aldo Rebelo, en un comunicado el fin de semana. "Señalar nuestras deficiencias y buscar resolverlas es el deber de todos los brasileños".

A continuación, un vistazo a los 12 estadios, su estado de preparación y los planes de estos para después de la Copa en julio. Los costos fueron compilados en reales brasileños y convertidos a dólares.

Mineirão (Belo Horizonte)

Costo: US$310,5 millones

Capacidad: 58.259

Rasgos especiales: el recinto remodelado cuenta con un nuevo campo, un techo que se limpia solo y una enorme plaza al aire libre con tiendas y restaurantes.

Después de la Copa: albergará a los clubes de fútbol Atlético Mineiro y Cruzeiro.

El estadio costó 63% más de lo proyectado, pero se finalizó a tiempo. Los operadores esperan ampliar su uso para conciertos y otros eventos deportivos.

Estádio Nacional (Brasília)

Costo: US$625,5 millones

Capacidad: 69.432

Rasgos especiales: columnas elevadas, techo que se limpia solo, césped especial.

Después de la Copa: conciertos, dos equipos de Rio de Janeiro lo han alquilado para algunos partidos.

El costo de este estadio de fútbol, el más caro que se ha construido en Brasil, se ha triplicado desde 2010. Esto generó investigaciones públicas y acusaciones de costos inflados. Un trabajador murió durante la construcción. Los detractores dicen que el enorme tamaño del complejo es inexplicable para una ciudad sin un equipo grande de fútbol. No obstante, al secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, le encanta. "Brasilia y Estádio Nacional son ejemplos realmente positivos del legado del Mundial en Brasil", escribió en Twitter.

Arena Pantanal (Cuiabá)

Costo: US$254,7 millones

Capacidad: 39.859

Rasgos especiales: su estructura flexible se puede reducir de tamaño.

Después de la Copa: conciertos, ferias comerciales y partidos de fútbol.

Apodado "O Verdão" (el Gran Verde) por sus materiales ecológicos, Arena Pantanal ha desatado la ira de algunos residentes. Dos trabajadores murieron construyendo el estadio, que fue terminado tarde y excedió su presupuesto. Un incendio en octubre dañó el acero y el hormigón, generando preocupaciones sobre una construcción de mala calidad. Los trabajadores siguen instalando equipos de comunicaciones dentro del estadio y acabando las calles y aceras en el exterior, según un vocero del gobierno local. La capacidad del recinto se puede reducir después de la Copa, una factor que podría ser útil. Los críticos dicen que este estadio es demasiado grande para una ciudad relativamente pequeña (población: 540.000) sin un equipo de fútbol de alto nivel.

Arena da Baixada (Curitiba)

Costo: US$146 millones

Capacidad: 38.533

Rasgos especiales: el estadio remodelado cuenta con un techo corredizo y paneles solares.

Después de la Copa: la casa del equipo de fútbol Atlético Paranaense.

Las renovaciones del Arena da Baixada se retrasaron tanto que la FIFA en enero amenazó con sacar a Curitiba de la lista de ciudades anfitrionas si no se tomaba medidas. Cientos de trabajadores siguen trabajando dentro y alrededor del estadio, instalando infraestructura de comunicación y aceras. Los funcionarios de Curitiba insisten en que el estadio estará listo para el fin de mayo.

Estádio Castelão (Fortaleza)

Costo: US$231,7 millones

Capacidad: 60.348

Rasgos especiales: el estadio remodelado tiene un techo nuevo y palcos VIP.

Después de la Copa: casa de los equipos de fútbol Ceará y Fortaleza.

Este recinto renovado fue el primero de los 12 estadios del Mundial de Brasil en ser inaugurado, y uno de sólo tres que se entregaron a tiempo. Los populares equipos locales seguirán atrayendo a las masas. El mayor desafío de Fortaleza es su aeropuerto. La nueva terminal no estará lista para el Mundial, por lo que los visitantes serán transportados a través de una estructura temporal de lona.

Arena da Amazônia (Manaus)

Costo: US$299,1 millones

Capacidad: 39.118

Rasgos especiales: diseño característico de tejido en esterilla y paneles solares.

Cuatro trabajadores murieron durante la construcción del Arena Amazônia, lo que llevó a las autoridades a detener las obras en varias ocasiones. Los excesos de costos han provocado investigaciones por parte de los fiscales públicos. Los trabajadores siguen instalando infraestructura de transmisión televisiva y terminando calles alrededor del estadio, según un vocero del gobierno local. Manaus, que está ubicado en el Amazonas al norte de Brasil, tiene una débil tradición futbolística, lo que deja a algunos preguntándose cómo llenarán el estadio una vez que termine la Copa. El alcalde de la ciudad quiere que el recinto estatal sea vendido al sector privado para que los contribuyentes no tengan que financiar el mantenimiento.

Arena das Dunas (Natal)

Costo: US$178,7 millones

Capacidad: 38.958

Rasgos especiales: la fachada del estadio se parece a las dunas de arena naturales de la zona.

Después de la Copa: partidos de fútbol, conciertos y ferias comerciales.

Se suponía que el Mundial sería una fiesta de presentación para esta ciudad costera de rápido crecimiento con un poco menos de un millón de habitantes. Se habían planeado más de US$1.000 millones en mejorías para el futuro, pero muchos de esos proyectos, incluyendo un nuevo hospital y un sistema de tren ligero, nunca se materializaron. Los trabajadores siguen instalando algunos asientos dentro del estadio e intentando acabar las calles de acceso al mismo, según una vocera del comité organizador local. El precio y el tamaño del estadio han enfurecido a muchos residentes de Natal; los partidos de los equipos locales normalmente atraen sólo unos cuantos miles de hinchas.

Estádio Beira-Rio (Porto Alegre)

Costo: US$147,4 millones

Capacidad: 42.991

Rasgos especiales: el estadio remodelado luce un nuevo techo y asientos reconstruidos en la parte baja.

Después de la Copa: sede del club de fútbol SC Internacional.

Este estadio se retrasó cuando sus propietarios enfrentaron dificultades en obtener financiamiento para la renovación. Continúan las obras en el estacionamiento y la limpieza de los escombros de la construcción alrededor del estadio, según medios de comunicación locales.

Arena Pernambuco (Recife)

Costo: US$238 millones

Capacidad: 42.583

Rasgos especiales: contiene una planta de energía solar para generar parte de la electricidad del complejo.

Después de la Copa: hogar del club de fútbol Náutico Capibaribe.

Este estadio fue construido a 19 kilómetros del centro de Recife, una ciudad al noreste conocida por sus metros abarrotados y congestión de tráfico. Los hinchas deberán salir temprano para llegar a tiempo el día del partido: al menos una hora y media, según medios locales.

Estádio do Maracanã (Rio de Janeiro)

Costo: US$469,1 millones

Capacidad: 74.689

Rasgos especiales: la renovación preservó la fachada histórica del recinto, pero lo coronó con un techo y nuevos asientos.

Después de la Copa: casa de los equipos de fútbol Fluminense, Flamengo y Botafogo.

El Maracanã, que tenía una capacidad de 200.000 personas cuando fue inaugurado en 1950 y albergará la final, sigue siendo un ícono del fútbol brasileño. Sigue siendo el mayor estadio del país y se utilizará activamente después de la Copa. No obstante, los excesos en los costos han generado críticas.

Arena Fonte Nova (Salvador)

Costo: US$308 millones

Capacidad: 51.708

Rasgos especiales: el antiguo estadio fue demolido para dar paso a este recinto con forma de herradura.

Después de la Copa: conciertos, ferias comerciales y casa de dos clubes de fútbol.

Tras el colapso de las terrazas del antiguo estadio en 2007, que cobró siete vidas, el gobierno del estado decidió levantar un nuevo estadio. El recinto costó más de lo previsto, pero se terminó a tiempo y ha recibido buenas reseñas desde que abrió en abril de 2013. Arena Fonte Nova queda a una distancia caminable de gran parte de la ciudad central, lo cual ofrecerá una atmósfera vibrante en los días de partidos.

Arena de São Paulo (o Arena Corinthians, São Paulo)

Costo: US$366,4 millones

Capacidad: 61.606

Rasgos especiales: el nuevo estadio ofrece tecnología para ahorrar energía y luces especiales para el campo.

Después de la Copa: casa del equipo de fútbol Corinthians.

Este estadio ha sufrido repetidas demoras por huelgas y accidentes, incluyendo el colapso de una grúa en noviembre que mató a dos trabajadores. Otro trabajador perdió la vida en una caída en marzo. Hay obreros que están trabajando durante la noche para preparar el estadio para el partido inaugural, el 12 de junio. La FIFA recientemente ordenó un partido de prueba adicional el domingo —a solo días del comienzo del Mundial— para solucionar los imperfectos.