El presidente de Guatemala, Otto Pérez, explicó durante la inauguración del proyecto que la mina Fénix, operada por la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN), está considerada como la más grande de Centroamérica y dejará al país unos 50 millones de dólares anuales en regalías.
La planta funcionará con una licencia por casi 20 años en el municipio de El Estor, departamento de Izabal (fronterizo con Honduras y Belice), unos 330 km al noreste de la capital, y tuvo una inversión inicial de 551 millones de dólares.
"Es la inversión más grande que ha venido a Guatemala, puesto que se les otorgan reglas claras, la garantía de inversión y la seguridad necesaria para trabajar. Esta es la planta más grande de Centroamérica y eso nos debe llenar de orgullo", declaró Pérez.
El inicio de operaciones de la megaplanta de níquel ocurre en medio de una fuerte oposición de ambientalistas e indígenas que consideran la minería como una amenaza a los recursos naturales.
El pasado viernes, la policía desalojó por la fuerza a pobladores de una comunidad en el norte de la capital que durante dos años han evitado el ingreso de maquinaría para la construcción de una mina de oro, con el saldo de 15 uniformados y una decena de vecinos lesionados.