La empresa española Abengoa anunció que duplicará la inversión y la capacidad de la primera central termosolar que tendrá Latinoamérica, la cual estará funcionando dentro de tres años en el desierto de Atacama.
“El proyecto parte con el objetivo de generar 110 megavatios, pero vamos a hacer una segunda fase. Hemos tomado la decisión internamente en la empresa y la estamos comunicando en este momento”, declaró Manuel Sánchez Ortega, gerente general de la empresa, con sede en Sevilla.
Aunque la inversión inicial era 1.000 millones de dólares, finalmente Abengoa destinará cerca de 2.000 millones a esta central, que estará ubicada en el cerro Dominador, en la región de Antofagasta, y tendrá una potencia instalada de 220 megavatios y una vida útil de 30 años.
La planta, que evitará la emisión a la atmósfera de 1,3 millones de toneladas de CO2 al año, será también la primera de energía renovable no convencional de la región que servirá como carga base de la red eléctrica.
“En Chile, la energía termosolar ya es competitiva con la energía obtenida a partir del gas natural, porque el costo por megavatio depende de la radiación y en este país, la radiación es muy alta”, explicó.
“Pero además de que ya es igual de barata que el gas natural, la energía termosolar es mucho más predecible, porque ¿alguien sabe cuánto va a valer el gas natural dentro de cinco años?”, preguntó el directivo de Abengoa.
A juicio de Manuel Sánchez, “el problema de las energías renovables es que requieren una visión de largo plazo y eso a veces es incompatible con las agendas políticas”.
“Hay que tener claro que se trata de un problema a largo plazo que hay que empezar a resolver hoy, pero que lleva su tiempo”, señaló.
Actualmente, el 70% de las inversiones de Abengoa se concentran en el continente americano y cerca de un 50% corresponde a los países latinoamericanos (Chile, Perú, Uruguay, Brasil y México).
“Chile está hoy dando un empujón considerable a la energías renovables, de la misma forma que hace tres años lo dio Sudáfrica. Eso para las empresas globales como Abengoa es muy importante”, señaló el gerente general de la compañía.
“En Chile, en Latinoamérica, en Oriente Medio está aumentando la conciencia de que las energías fósiles se van a ir acabando y los precios necesariamente van a ir subiendo. No hay más alternativa que las energías renovables”.
Para el número dos de Abengoa es “curioso” que uno de los países que está desarrollando un plan termosolar más importante sea Arabia Saudí, el principal productor de crudo del mundo. “Alguna información debe tener acerca de cuánto tiempo le va a durar el petróleo”, comentó.
“A pesar de las crisis económicas y de la criticas, hoy hay mucha más energía renovable que la que había hace diez años y a nadie le quepa la menor duda de que dentro de diez años habrá mucha más. Podemos discutir sobre la velocidad del avance, pero nunca sobre su dirección”, enfatizó Manuel Sánchez.
Abengoa confía en que con el plan anunciado el pasado día 15 por el ministro de Energía, Máximo Pacheco, el Gobierno chileno apueste decididamente por las renovables, y especialmente la termosolar, como alternativa a las energías fósiles.
Sustituir todas las plantas de generación de energía que actualmente existen en Chile equivale a construir cincuenta plantas como la que Abengoa proyecta poner en marcha en el desierto de Atacama para dentro de tres años. “Hacer esto en un horizonte de 15 a 20 años tiene sentido”, considera Sánchez.
“Si la agenda energética va por ese camino, (el Gobierno de Chile) conseguirá tres cosas, dar certidumbre para que cada vez haya más inversión, reducir el problema de la dependencia energética de Chile y garantizar el suministro energético”, enfatizó.
“Con la madurez tecnológica, la combinación de energías fotovoltáica y termosolar adquiere todo el sentido del mundo”, destacó el gerente general de Abengoa.
Para conseguir una producción continua, la planta solar de Atacama dispondrá de un sistema de almacenamiento térmico diseñado y desarrollado por la compañía española que producirá energía durante 18 horas.
“La energía fotovoltáica ya no necesita el respaldo de una planta convencional de diesel, carbón o gas natural. La energía que da certidumbre a la fotovoltáica es la termosolar”, explicó.
“¿Por qué no le gusta la energía termosolar a las empresas de energías convencionales? Porque saben que es la única capaz de sustituir a las centrales convencionales”, aseguró Manuel Sánchez.
“Esta energía cambia el ‘statu quo’ y hay muchos ‘lobbies’, mucho dinero del mundo del petróleo destinado a que las cosas no cambien”, aseguró el gerente general de Abengoa.