Entre el 11 de mayo de 2010 y 10 de mayo de 2014, Andrés Tagle Domínguez -ingeniero comercial y hoy gerente del área seguros del grupo Security- fue parte del primer directorio de Codelco bajo la nueva ley de gobiernos corporativos, una norma que sacó a los ministros de Minería y Hacienda del directorio e incorporó directores independientes a la mayor minera de cobre del mundo.
En esta entrevista hace un balance de sus cuatro años en Codelco, marcado por la relación con los trabajadores, los ambiciosos planes de inversión y contención de costos y el acuerdo con Anglo American. Pero también denuncia lo que califica como “el peor negocio” de Codelco: los contratos de futuro.
Tagle cuenta que durante el gobierno de Ricardo Lagos, con los ministros de Minería Alfonso Dulanto, y de Hacienda Nicolás Eyzaguirre en el directorio y Juan Villarzú como presidente ejecutivo de Codelco, se aprobaron operaciones de derivados financieros, específicamente contratos de futuros, comprometiendo la venta de cobre a un precio fijo para los siguientes años.
El primer contrato, de julio de 2005, consideró 373.950 toneladas métricas de cobre para entregar entre 2006 al 2011 a un precio promedio de US$ 1,176 la libra con valores decrecientes.
La segunda operación, de diciembre de 2005, era por 139.250 toneladas de cobre a US$ 1,578 por libra. Y otra transacción, de enero de 2006, por 699.996 toneladas para entregar entre 2008 a 2012 al precio promedio de US$ 1,385 la libra. En total, 1,2 millones de toneladas a menos de dos dólares, pese a que desde 2006 el cobre no ha bajado de los US$ 3 como promedio anual, salvo en 2009, cuando fue de US$ 2,34.
Andrés Tagle no duda en calificar estos contratos como lo más duro que le tocó enfrentar en el directorio. “Los contratos de venta de cobre a futuro fueron el peor negocio que ha hecho Codelco en su historia”, enfatiza.
-¿En qué consistieron?
“Se entrega cobre a un precio comprometido y fijo, en esa época de 2005, sobre un dólar y finalmente valía dos dólares más. Para mí fue una pérdida real para Codelco de US$ 4.700 millones, que fue una gracia del actual ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre”.
-¿Por qué este mal negocio no se hizo público antes?
“Esto se ha silenciado, salvo en el año 2010, cuando yo hice unas declaraciones al respecto. Y más se ha silenciado que el señor Villarzú y el señor Eyzaguirre, como ministro de Hacienda de entonces, son los responsables. Ese es el mayor escándalo financiero que ha ocurrido en una empresa, pública o privada, en Chile”.
-¿Por qué se tomó esa decisión de suscribir esos contratos de venta a futuro?
“En 2005 el precio había subido, se venía de un período de precios bajos y pensaron que el precio más alto era flor de un día y decidieron vender producción que no tenían en stock . La diferencia (entre el precio del contrato y el de mercado) se tuvo que pagar prácticamente todos los años en que fui director de Codelco”.
-¿Cuándo se terminó de pagar ese contrato?
“Se pagó hasta el año 2012. Fueron US$ 4.700 millones que se giraron hacia los mercados financieros y el dueño, el Estado de Chile, es US$ 4.700 millones más pobre que antes. Eso es media reforma tributaria. Pero aún nos queda el contrato de venta de cobre de Minmetals (en 2006 Codelco acordó venderle a la china Minmetals 55.750 toneladas por año durante 15 años, a un precio levemente superior al dólar por libra) que llega al 2021. Sumando ambos son US$ 7.000 millones, casi lo mismo que se recauda con la reforma tributaria”.
-Es decir, ¿el ministro Eyzaguirre cuando estaba en Hacienda no creía que el cobre seguiría en alza?
“Efectivamente, no creyó que el cobre iba a subir. Me molesta la situación de impunidad que hay. Es lo mismo que hizo (Juan Pablo) Dávila, la diferencia es que aquí fueron aprobadas por el directorio, por Hacienda. Dávila lo hizo por su cuenta”.
Acuerdo con Anglo fue una “operación brillante”
En sus 4 años como director de Codelco, Andrés Tagle fue testigo de diferencias entre Diego Hernández, presidente ejecutivo hasta 2012, con Gerardo Jofré, presidente del directorio.
-¿Fue muy intenso el conflicto?
“Diego Hernández quería más independencia en la gestión de la empresa y el directorio quería tener más injerencia. Fue más bien una adecuación de lo que se buscaba con la ley de gobierno corporativo, porque antes efectivamente el presidente ejecutivo era más independiente”.
-Y la relación con Thomas Keller, ¿fue mejor?
“Diego Hernández estableció la sucesión y ahí estaba Keller, que lideraba la negociación del contrato (de Los Bronces) con Anglo. Esa fue una operación financiera brillante”.
-¿Qué logros destaca en sus cuatro años en el directorio de Codelco?
“Un éxito de la gestión de estos cuatro años es haber mantenido los mismos niveles de producción, a pesar de una importante caída de las leyes de los minerales en explotación. Definimos un plan de inversión con proyectos muy claros y también hicimos un plan de reducción de costos, con resultados relevantes”.
“Hay un nivel de captura muy grande por parte de los trabajadores”
-En el directorio están representantes de los trabajadores. ¿Cómo se trataron temas como los costos de Codelco o los planes de retiro?
“Ahí hay un conflicto de interés, porque los dirigentes sindicales defienden los intereses de los trabajadores y no los de la empresa y obviamente esos intereses chocan. Y sin duda hay un nivel de captura muy grande por parte de los sindicatos y es una amenaza permanente, especialmente en temas como la dotación. Eso quita libertad para administrar correctamente la empresa”.
-¿Hubo mucha resistencia en el directorio al plan de reducción de costos y al plan de retiro?
“Esa discusión no fue fácil y yo creo que va a seguir a futuro porque Chuquicamata como la conocemos se va a acabar, el rajo no se puede seguir explotando ad eternum , tiene un plazo finito, porque ya tiene más de un kilómetro de profundidad”.
-En concreto, el director Raimundo Espinoza, que representa a los trabajadores ¿resistió estas decisiones desde el directorio?
“En general, se ha marginado de las decisiones que tienen que ver con la dotación de personal, pero ha habido una resistencia a los despidos por necesidades de la empresa. Esa es una ley chilena que no se puede aplicar en Codelco, a pesar de que hay faenas donde hay necesidades tan profundas como que se acabó el mineral”.
-¿Considera adecuados para la empresa los últimos directores designados, entre ellos el presidente Óscar Landerretche?
“Son personas capaces y con preparación”.
-¿Cree que es perfectible la ley de gobiernos corporativos de Codelco?
“Los representantes de los trabajadores y de organizaciones sindicales sin duda tienen conflictos de interés, es el mismo que impediría a un director tomar decisiones en una empresa privada. Si tú eres proveedor o cliente no puedes tomar decisiones sobre la empresa, es evidente. Por lo tanto, deberían hacerse cambios”.
“En el resto (de los directores) me parece bien, aunque preferiría más directores de la Alta Dirección Pública. No nos olvidemos que el Gobierno representa al dueño, al accionista, y toma decisiones como tal, como por ejemplo, la capitalización”.
-¿Cómo evalúa la gestión de Thomas Keller? ¿Debe seguir en Codelco?
“Prefiero no opinar de eso”.