De todos los candidatos que se postulan para la Presidencia de la Nación, Daniel Scioli es el que viene expresando definiciones más categóricas en defensa de la minería. En diálogo con Mining Press, el mandatario bonaerense da las razones de tal posición y despliega su visión y las herramientas posibles para consolidar un desarrollo sectorial que, a su juicio, recién ha comenzado en la Argentina.
-¿Cuál es el balance de su participación en el Día de la Minería en Catamarca?
- El balance es muy positivo. Vine a escuchar a los actores de este sector clave para la vida económica el país, como mandatario de una provincia que genera riqueza y trabajo para nuestro país, al igual que otras provincias hermanas, como las mineras y las petroleras. Vemos las expectativas que está generando Vaca Muerta en el mundo. De la misma manera, yo destaco el potencial aún inexplorado que tenemos en el territorio nacional para un amplio campo de actividades en minería. Lo que manda y ordena es el desarrollo, por ahí pasa hoy el futuro, y ese futuro es el que reforzó mi entusiasmo en Catamarca.
- ¿Por qué ha puesto usted tanto énfasis en una industria como la minera, que incluso resistida por otros sectores políticos?
- Es por una cuestión de sentido común. Esta riqueza mineral que abunda en la Argentina está distribuida de Norte a Sur, sobre nuestra Cordillera de los Andes, a lo largo de numerosas provincias que hoy tienen postergaciones y necesidad de desarrollo. Con Chile compartimos el cordón andino y ellos exportan unos US$ 50.000 millones por año. Nuestra minería ha ido creciendo y ya pasamos los 5.000 millones, con muy buena expectativa de futuro. Nuestras provincias están edificando “otra Pampa Húmeda” pero de minerales, pero es un proceso que hay que profundizar.
Y podemos hacerlo, porque tenemos la materia prima de nuestra naturaleza y la materia gris de nuestro pueblo. Mi deber como hombre de Estado es generar un ambiente económico y de negocios donde puedan prosperar y multiplicarse las inversiones sectoriales, pero en un marco social, productivo y ambiental que asegure que ese flujo de nuevas inversiones retroalimenten el círculo virtuoso del desarrollo nacional y de las diferentes regiones en particular. Muy especialmente las que generan los recursos provenientes de la minería.
-¿Y qué se puede hacer hoy por la minería?
- Se puede preguntar al país que puede hacer por la minería. Pero mejor es preguntarle a la minería que puede hacer por el gran desarrollo del país. Sabemos que la minería requiere de precondiciones naturales y políticas. Por el lado de las primeras, de los recursos, estamos en muy buenas perspectivas y que pueden ser aún mejor de lo que hoy suponemos. En el aspecto político, comprendemos la necesidad de dar previsibilidad ya que esperamos grandes inversiones que requerirán de toda clase de reaseguros jurídicos, sin perjuicio de las correcciones que se vayan juzgando necesarias. Argentina debe ir consolidando las condiciones políticas e institucionales para que todo este potencial no sea dilapidado y malversado.
Previsibilidad jurídica y garantizar políticas consistentes para que las grandes inversiones lleguen al país y también para que maduren entre nosotros hasta ayudar a multiplicar la riqueza de todos los argentinos. Mejorar la competitividad es algo que no obedecerá únicamente a condiciones del mercado local sino a los contextos internacionales, hoy aquejados por la baja en los precios de estas commodities y el aumento de los costos que ha experimentado la minería en el mundo.
-¿Y cuál sería su propuesta para la cuestión socio ambiental, tan discutida, en lo que respecta a la minería?
- Este es un aspecto importante: la condición imprescindible es la sustentabilidad socio ambiental. Esto obliga a cada empresa a mirar también más allá de la pura lógica del costo/beneficio. Porque es sabido que un buen negocio puede malograrse en los casos en donde el entorno social lo perciba como perjudicial para la naturaleza y particularmente para la salud humana.
Hay una atribución del Congreso de que cada provincia pueda adaptar sus legislaciones, pero nunca bajando los estándares de protección: las leyes de presupuestos mínimos de protección ambiental. Son importantes los mecanismos de información, comunicación y participación que sean efectivos, transparentes y verificables. Lo que queremos es una prosperidad consensual: empresas pujantes en contextos sociales satisfechos por interacciones positivas y marcos nacionales que estimulen y controlen razonablemente la actividad productiva y la iniciativa privada.
- ¿Qué se puede hacer desde la Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI)?.
- Hay que cuidar y aprovechar a fondo el marco que hoy existe con la OFEMI. Esto reafirma que el desarrollo de la actividad minera debe darse en un marco de sustentabilidad ambiental y sostenibilidad social. A las provincias que poseemos recursos mineros nos interesa instrumentar mecanismos que favorezcan la incorporación de valor agregado industrial in situ, para así generar una economía expansiva, capaz de abastecer al mercado interno, al mismo tiempo, que tenga una mayor potencia exportadora que favorezca la captación de divisas, como lo hace también el complejo agroindustrial.
-¿Cuáles son otras herramientas posibles para una política minera proactiva?
- La inversión en infraestructura y el diálogo con instituciones de Ciencia y Técnica tienen que seguir siendo los aportes estratégicos que gestionemos desde el Estado. Podemos, por ejemplo, poner en agenda una discusión sobre la renovación de marcos políticos e institucionales para los próximos 20 años, con miras al desarrollo y al impulso del crecimiento de la industria minera. Asegurando que los proyectos mineros generen valor en el corto plazo, pero también en el mediano y largo: que cada vez más bienes y servicios vinculados con la minería sean producidos en nuestro país, en nuestras regiones. También hay que favorecer la reinversión de utilidades de los grandes proyectos mineros en las localidades o regiones donde se instalan, orientándolos hacia otros eslabones de la cadena y a otros sectores de la actividad económica.
Y deberemos dar acceso al crédito a tasas razonables a las empresas proveedoras, transportadoras y/o distribuidoras que trabajan en el sector. E impulsar aún más el desarrollo la red de proveedores locales o regionales de modo de incrementar la disponibilidad de maquinaria, insumos y servicios de producción nacional, para generar valor agregado a través del encadenamiento hacia atrás. Además hay que equiparar beneficios para los distintos eslabones de la cadena de valor y tamaños de empres mineras, garantizando la disponibilidad de mano de obra calificada para las minas y las empresas de su entorno, por ejemplo a través de programas de capacitación. En síntesis, nos irá mejor si articulamos la asociación público-privada.
BALANCE DE LA DÉCADA
- ¿En su aspiración presidencial, cuál es el inventario que realizada de la última década, en la cual usted ocupó diversas responsabilidades de gobierno?
- En mi provincia lo primero logramos el desendeudamiento, redujimos la deuda a la mitad y duplicamos la recaudación. Así, el Banco pudo financiar el desarrollo y apuntalar con crédito, en lugar de necesitarlos como antes. Fue un proceso en el que modernizamos y ampliamos puertos y caminos, como la AU Buenos Aires – La Plata y la Ruta Nacional 6, nos sumamos al renacimiento de los FF.CC. y destinamos el mayor PBI de la historia a educación y a la inversión en infraestructura de salud, mientras descentralizamos cada vez más la recaudación en los municipios hasta crecer un 430%.En toda la Nación, vamos hacia la expansión de las energías productivas del país, para que todos los argentinos podamos progresar con el propio esfuerzo. Y en ese sentido estoy convencido de que la Minería puede ser motor del desarrollo sustentable.
Pienso que puede beneficiar a las regiones del país donde no pueden prosperar otras actividades productivas y promover el empleo genuino. Alcanzamos el mayor nivel de inversión pública de la historia. Y queremos promover más confianza y competitividad para atraer más inversión privada. Además, comenzamos con la reindustrialización y la sustitución de importaciones. Nos toca adaptar la matriz energética en un modelo de mayor productividad, ambiental y económicamente sustentable. Es momento de unir las piezas, de integrarnos más: industria y campo, servicios públicos y privados, producción y ambiente, pujanza y Responsabilidad Social Empresaria, inversión y trabajo.El futuro no es empezar todo de nuevo.
Eso es el pasado. Debemos aprender a no destruir lo construido, sino a enfocar el esfuerzo en mejorarlo. En mi larga experiencia aprendí una lección: el éxito de ayer puede constituirse sobre el fracaso de hoy. Los argentinos discutimos en los últimos años cómo generar las mejores condiciones para el crecimiento económico con inclusión social, fue un gran paso dado.
