El plan de YPF está concebido de manera tal que para su cumplimiento debe año tras año incrementar los ingresos de caja aplicando ajustes en surtidor, incluso por encima de los niveles de inflación. Tal es así que en apenas doce meses remarcó sus productos en un 58 por ciento, contra un 30 que de acuerdo a las consultoras privadas crecieron los precios generales de la economía.
En lo que va de 2014 las naftas y gasoil ya escalaron un 28 por ciento, registrándose fuertes ajustes en el primer trimestre, luego del cimbronazo cambiario que obligó al Gobierno a negociar con las petroleras para contener la situación. Fue después que Shell se despachó con una suba del 12 por ciento, sin previo aviso.
Sin embargo, fuentes consultadas por surtidores.com.ar que operan en el negocio de los combustibles coinciden que para junio el ritmo de aumento sería inferior al 5.6 por ciento de promedio que resultó hasta mayo. Tampoco está confirmado que habrá una nueva actualización, al menos coordinada con el Gobierno.
Todo depende del éxito de Miguel Galuccio, el CEO de YPF, en las negociaciones con el Ministerio de Economía. El ejecutivo más importante del país está concentrado en cumplir con los compromisos de inversión previstos en el yacimiento Vaca Muerta, el reservorio de recursos no convencionales que podría llevar a nuestro país a autoabastecerse en el corto y mediano plazo, y para hacerlo requiere mayores flujos de caja.
Hasta el momento, Galuccio consiguió que Axel Kicillof, el referente de la cartera económica, le permita remarcar las pizarras en los valores sugeridos. Evidentemente, el crecimiento de las importaciones y la salida de dólares por compras de energía preocupan al Gobierno más que el costo político de los aumentos.
Ante este panorama, el resto de las compañías permanecen a la expectativa. Salvo Shell, que a veces se corta por la individual, AXION energy, Petrobras y Oil Combustibles, en principio van a esperar los movimientos de YPF, líder y testigo del mercado.