Tras varios amagues, finalmente el Gobierno puso en marcha la central nuclear Atucha II, desde este año llamada Presidente Néstor Kirchner. Así lo anunció ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner mediante cadena nacional en un acto que encabezó en Berazategui para la inauguración de una planta potabilizadora de agua. Desde allí se comunicó en videoconferencia con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, que se encontraba en Lima –provincia de Buenos Aires donde está ubicado el complejo– para iniciar lo que denominaron la “fase nuclear” del emprendimiento.

La central había sido inaugurada oficialmente en la campaña electoral de 2011 pero por distintos problemas, la apertura se fue retrasando. Cristina excusó la demora argumentando que hace tres años se había inaugurado “la obra civil” y que lo que comenzó hoy es “la puesta en marcha de la parte nuclear”.
De Vido aseguró que la planta aportará “en menos de 60 días” al sistema interconectado eléctrico 745 megavatios, además de que “diversificarᔠla matriz de generación eléctrica, que hoy depende en un enorme porcentaje del gas natural. Este punto no es menor porque la generación eléctrica a través de esta planta permitirá en un futuro reducir en parte las importaciones de energía, que desde 2010 comenzaron a incrementarse por la caída en la producción local a precios mucho más elevados que lo que se paga en el mercado interno. Hoy las compras al exterior por esta ventana son la principal razón del cepo cambiario y de las restricciones para importar a otros sectores de la economía. El año pasado al Gobierno le costó nada menos que cerca de u$s 12.000 millones importar energía para cubrir la demanda doméstica.

Funcionamiento
Ayer el ministro precisó que la central se encuentra en condiciones de iniciar la carga de agua pesada con boro, material absorbente de neutrones, en el sistema primario y del moderador de la central. El esquema contempla que en una segunda etapa se extraiga de manera progresiva el boro hasta llegar al punto en que se produzca en el reactor una reacción nuclear controlada en cadena, que técnicamente es conocido como la primera criticidad del reactor y es la fuente primaria de energía de la central.
En el discurso transmitido por la cadena nacional, Cristina recordó que la obra “había sido abandonada en el año 1994” y quedó paralizada y destacó que cuando asumió Néstor Kirchner, decidió retomarla “porque nos importa el desarrollo nuclear de la Argentina”. “Estos no son proyectos individuales sino que son proyectos políticos, entonces lo retomamos como un proyecto político y lo concluimos como un proyecto político, colectivo, que es la manera de construir una nación y de ayudar al pueblo”, enfatizó.
Atucha II es una central nucleoeléctrica con una potencia de 745 megavatios eléctricos, desarrollada a partir de uranio natural y agua pesada. La construcción había comenzado en 1982, pero entre 1994 y 2006 se paralizó totalmente, de acuerdo con el proceso de desregulación y privatización de empresas públicas desarrolladas en la época. En 2006 se relanzó el Plan Nuclear Argentino para revertir el déficit energético en el país.

La central demanda 180 kilogramos de uranio para generar los megavatios de potencia instalada. Según datos del mercado, para obtener la misma cantidad de potencia de generación con carbón, por ejemplo. se necesitarían 12.000 toneladas o bien 3.200 metros cúbicos de gas natural diarios. Si bien ayer no se detalló el costo de total de la obra, según información disponible del mercado, pasó de un presupuesto original de u$s 500 millones en 2009 a un monto final de u$s 3000 millones.

El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, aseguró en la puesta en marcha formal de la central nuclear que la obra generará la energía necesaria para "seguir con una Argentina industrial, de trabajo y ocupación".

Se necesita de la energía de Atucha II para seguir poniendo en marcha a esta Argentina industrial, de trabajo y ocupacion", afirmó Julio De Vido en el partido bonaerense de Zárate, donde a través de una teleconferencia mantenida con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, pusieron en marcha la central llamada "Presidente Néstor Kirchner".

El funcionario ponderó que la obra "fue producto de trabajadores, técnicos y profesionales argentinos" y también destacó que "la central tiene un 80 por ciento de tecnología nacional".

"A partir de hacerse cargo de la obra, el desarrollo, diseño y operatoria estará a cargo de una empresa del Estado", expresó De Vido, quien precisó que "con el funcionamiento de Atcuha II se incrementará 4 por ciento la generación de energía" en el país.

De Vido añadió que "la máxima enseñanza es que en los últimos ocho años el Gobierno construyó soberanía, pero no faltarán quienes dirán que se podría haber hecho en 6 años".

"Llevó 8 años de trabajo en los que se tuvo que rediseñar la tecnología", explicó el ministro, quien consideró que la obra es "un hecho histórico como política de Estado, que se inició con este Gobierno porque en los 90 la política de Estado era la inversa, ante el silencio de muchos".

El titular de Planificación expresó su agradecimiento al intendente de Zárate, Osvaldo Caffaro, a la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y de Luz y Fuerza, cuya dirigencia "acompaña permanentemente porque entiende la estrategia de este modelo nacional y popular y, fundamentalmente, soberano".

Durante el acto, la Autoridad Regulatoria Nuclear otorgó la licencia para iniciar la puesta en marcha nuclear de la Central, que ya está en condiciones de iniciar la carga de agua pesada con boro, material absorbente de neutrones, en el sistema primario y del moderador de la central.

Luego, se extraerá progresivamente el boro hasta llegar al punto en que se produzca en el reactor una reacción nuclear controlada en cadena, informó un comunicado oficial.

"Este importante hito es conocido técnicamente como la primera criticidad del reactor y es la fuente primaria de energía de la Central" , destacó la cartera de Planificación.

Atucha II es una central nucleoeléctrica con una potencia de 745 MW eléctricos a base de uranio natural y agua pesada.

El Ministerio consideró que el reinicio de la obra representó la recuperación de técnicos y profesionales especializados, contratistas, proveedores nacionales, soldadores, cañistas, montadores de calidad nuclear, entre otras especialidades que habían desaparecido en el país.