La empresa ratificó su interés por reanudar el suspendido proyecto binacional, de la mano de las comunidades próximas. En Iglesia, aguardan que Barrick haga lo propio, impulsando el desarrollo de proveedores locales.
La empresa Barick Gold firmó en Chile un principio de acuerdo, con 15 agrupaciones diaguitas de las 18 comunidades radicadas en el valle del Huasco, donde se localiza parte del proyecto binacional Pascua Lama.
Así lo informaron tanto periódicos de Canadá como el diario La Tercera de Chile, señalando que se trata de un documento de 10 páginas, denominado “Acuerdo de intercambio de información y comunicación”, estableciendo que la mediación estará a cargo del abogado y antropólogo Alonso Barros, y que hasta ahora no se consideran compensaciones.
Se trata de las comunidades -representadas por los abogados Alex Quevedo y Lorenzo Soto- que lograron paralizar el proyecto en la Corte de Apelaciones de Copiapó, en abril de 2013 y solicitaron que el permiso ambiental de la iniciativa fuera revocado, por segunda vez ante el Tribunal Ambiental.De acuerdo a los medios de prensa, la intención de la empresa es alcanzar la denominada “licencia social”, por medio de negociaciones que sigan estándares internacionales.
El acuerdo, que no es vinculante y establece también que las comunidades no renuncian a tomar acciones legales o administrativas, comprende una primera etapa de seis meses durante el cual la empresa se comprometió a entregar todos los antecedentes e información técnica del proyecto a las comunidades, para que sea evaluada en distintos aspectos vinculados a recursos naturales de la zona como son agua, suelo y patrimonio cultural tangible e intangible.
Las comunidades, con el financiamiento de Barrick, podrán contratar a diversos profesionales para que las asesoren en diferentes áreas, al tiempo que una comisión especial conformada por seis personas, tres por cada una de ambas partes, será la encargada de elaborar un informe final con las conclusiones, previo al establecimiento de un proceso de diálogo.
Tras el análisis del proyecto, las conversaciones de Barrick y las comunidades podrían durar hasta dos años, donde las comunidades podrían solicitar un royalty indígena que se utilizan en proyectos mineros de Canadá y Australia y que contempla un porcentaje de las ventas anuales del proyecto, destinado a las comunidades locales donde se inserta.
Un dato que destaca el diario La Tercera en que si el acuerdo sigue en pie, el proyecto Pascua Lama, actualmente paralizado por la Corte de Apelaciones y la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), tras incumplir su plan de manejo de aguas, no podría retomarse hasta que el proceso concluya.
CAPRESMI: Esperan similar acción de Barrick en Iglesia
El vicepresidente de la Cámara de Prestadores de Servicios Mineros de Iglesia, Alfredo Díaz, estimó que el diálogo con los comunidades de Chile, “también vendrá a la Argentina”, al señalar la falta en Iglesia de desarrollo de proveedores locales, “algo fundamental para la famosa licencia social”.
El dirigente, señaló a Diario El Zonda, respecto al acuerdo firmado en Chile que “Desde mi punto de vista, Barrick debe tener una autocrítica muy grande, en todos sus ámbitos, con todos los problemas que ha tenido, ambientales, etc. y también con las comunidades donde una comunidad ha llegado a obstaculizar un mega proyecto”. Agregó que “esa autocrítica, ha empezado por el lado de Chile y supongo que también vendrá por el lado de Argentina para hacer más foco en la relación con las comunidades, en la famosa, licencia social”.
“Está claro que la minería sin licencia social corre riesgo y un desafío fundamental, es el desarrollo de proveedores para que la riqueza quede en los departamentos donde está el yacimiento. La empresa debe tener una relación muy comprometida porque si bien trabaja con el intendente, con los concejales, con otras áreas, lo fundamental es el empleo y el desarrollo de proveedores para que, cuando la minería se vaya, quede un sector que genere empleo y en esto, también haremos también una autocrítica nosotros”, remarcó Díaz.
Un nuevo camino de diálogo se abrió entre la empresa canadiense Barrick y las comunidades indígenas chilenas. Es que ambas partes firmaron un doble acuerdo.
Por un lado, convinieron que por seis meses, la firma de explotación minera entregará información a las comunidades cómo son los trabajos con el proyecto Pascua-Lama. Y estos datos podrán ser corroborada con expertos aportados por las comunidades indígenas.
Por otro lado, quedó establecida una "regalía indígena" que consistiría en entregar un porcentaje de sus ingresos por ventas a las comunidades de la zona. De esta forma el vínculo con los grupos de los pueblos originarios sería más fuerte aunque el abogado de ellos, Lorenzo Soto, aclaró en una nota brindada a la agencia de noticias Reuters, que aunque la figura de una regalía para las comunidades no existe en la legislación local, no hay impedimento para crearla.
"Es un acuerdo entre privados, un acuerdo entre una compañía minera y comunidades indígenas diaguitas que podrían establecer voluntaria y convencionalmente un ´royalty` indígena", apuntó.
Este acuerdo entre ambas partes no significa que quedó destrabado el conflicto que mantiene paralizado el proyecto binacional del lado chileno (Pascua) pero significa un avance para poder más adelante reactivarlo. Por ello es que Barrick se comprometió en no avanzar en la construcción de la mina, aunque culmine con las obras de manejo de aguas pendientes.
"La ejecución del proyecto es incompatible con el análisis previo de todas las materias y consideraciones que hemos señalado, por lo tanto el proyecto tendría que seguir detenido", aseguró Soto.
La minera canadiense Barrick Gold ha alcanzado un acuerdo con comunidades de indígenas diaguitas en el Norte de Chile, que le permitirá eventualmente reanudar el proyecto aurífero Pascua-Lama, actualmente paralizado, según informan ayer fuentes del caso.
Se trata de un memorando de entendimiento con quince de las comunidades diaguitas que habitan la región de Atacama, que han librado una larga batalla judicial contra Barrick Gold acusando la destrucción de glaciares y contaminación de cursos de agua en la cordillera de los Andes, vitales para su subsistencia.
El memorando se negoció de forma paralela a acercamientos que la firma canadiense ha tenido con los ministerios de Minería y de Medio Ambiente, según señaló el diario La Tercera, que precisa que en esta primera etapa no se prevén compensaciones económicas de la empresa a las comunidades.
El acuerdo, según Lorenzo Soto, abogado de las comunidades, supone ‘la fase inicial de un proceso para acercar a las partes‘, dijo ayer a la radio Bío-Bío en referencia al proyecto minero que también abarca también territorio sanjuanino.
El memorando tendrá una duración de seis meses, durante los cuales Barrick Gold entregará información sobre el proyecto y medidas de mitigación ambiental a las comunidades, que podrán verificarlas con sus propios expertos. ‘Si el resultado es positivo, se pasará a una etapa de diálogo que se prolongará por dos años’, indico Soto. ‘Después se iniciará un proceso de diálogo que eventualmente podría terminar en un arreglo definitivo para la materialización del proyecto‘, subrayó el abogado. Aclaró que el convenio no es vinculante, por lo que ambas partes se pueden retirar del mismo.
La minera canadiense Barrick Gold logró un acuerdo inicial con comunidades indígenas en Chile, mientras mantiene sus planes de obtener los permisos para el desarrollo de su proyecto binacional Pascua-Lama.
El proyecto, que incorpora a la Argentina, permanece detenido en Chile por órdenes de la Justicia y el regulador medioambiental hasta que cumpla con la construcción de un sistema para el manejo de aguas que estaba contemplado en su permiso ambiental y que aún no ha realizado, indicó la agencia Reuters.
Lorenzo Soto, abogado de comunidades diaguitas del norteño valle del Huasco, colindante al proyecto, dijo a Reuters que el pacto no significa un acuerdo definitivo, o comenzar un diálogo, sino la fase inicial de un proceso para acercar a las partes. Sin embargo, lo calificó como un proceso histórico, inédito en la historia minera de Chile. El abogado representa a 15 comunidades del área.
Pobladores de la zona se oponen al proyecto denunciando que la construcción de la mina afecta la disponibilidad de agua y que la empresa no realizó apropiadamente consultas a las comunidades indígenas como establece una resolución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Durante los seis meses de vigencia del acuerdo, la empresa entregará información a las comunidades, que podrán corroborarla con expertos y, de resultar positivo, se pasaría a una fase de diálogo por unos dos años.
Entre las posibilidades de solución está el establecimiento de una regalía especial o royalty indígena a la comunidad, de un porcentaje sobre las ventas de la compañía, como se aplica en otros países, explicó Soto.
El convenio no implica un pago directo a las comunidades por parte de Barrick, aunque la firma costeará los estudios que éstas encarguen.
Este no es el catalizador para que la compañía vaya e inicie la construcción. Esta es una de las distintas cosas que tiene que hacer, dijo Josh Wolfson, analista de Dundee Capital Markets en Toronto.
El experto dijo que todavía la empresa debe resolver cómo financiar el resto del proyecto que estima necesitará unos u$s 4.000 millones adicionales y determinar si es rentable con los actuales precios del mineral.
Barrick dijo que el acuerdo de intercambio de información y comunicación busca recobrar la confianza en la iniciativa y alinearse al convenio del la OIT.
Pese a que Pascua-Lama hoy está paralizado, nuestro objetivo es obtener los permisos para retomar la construcción. Sin embargo, esta vez lo queremos hacer de la mano de las comunidades, dijo Eduardo Flores, vicepresidente senior de Pascua-Lama.
La ministra chilena de Minería, Aurora Williams, calificó de positivo el acercamiento entre las partes, pero afirmó desconocer los detalles.
Nos parece que este es un paso importante, naturalmente, pero no es el único que se debe dar. Esto tiene que terminar efectivamente con la participación de las comunidades en estos proyectos pero por otro lado resolver todos los aspectos técnicos, dijo a periodistas.
Sin embargo, la funcionaria se mostró contraria a debatir en lo inmediato la posibilidad de un royalty indígena.
Creemos que todavía nos falta un poco. Creo que es un tema hacia el cual hay que ir caminando, no nos cerramos a ello, pero yo creo que hoy día no es el tema prioritario, acotó.