La minería ha sufrido una contracción en los últimos ocho años, según las cifras publicadas en la Memoria y Cuenta 2013 del Ministerio de Petróleo y Minería de Venezuela (Menpet).
Los datos evidencian que los principales minerales metálicos ferrosos, no ferrosos y minerales no metálicos, como el hierro, la bauxita, el oro, el carbón, la arcilla, arena, caliza, feldespato, y sílice, entre los más importantes, han retrocedido, dando al traste con sectores económicos relacionados y las áreas de influencia.
El caso del oro es dramático, dice el presidente de la Cámara Minera de Venezuela (Camiven), Luis Alejandro Rojas, y señala que “el país no solo ha dejado pasar las elevadas cotizaciones internacionales del metal aurífero, sino que además ha contraído su producción y sacado del juego a empresas de renombre internacional que podían ayudar a reactivar al sector”.
La Memoria y Cuenta 2013 del Menpet no deja ver las razones en detalle del porqué de ese pésimo resultado.
Rojas sostiene que el documento oficial “no es más que un cascarón vacío. No hay nada técnico en el informe, nada que aclare la situación del porqué de las cifras, no hay planes, ni cronograma de trabajo, no hay nada. Pero al menos las cifras nos dan una luz de cómo están las cosas, sin embargo no nos dice hacia a donde vamos”.
Retomando el tema del oro, la data oficial señala que entre los planes para 2013, estaba previsto elevar la ya disminuida producción desde 1,98 toneladas métricas (Tm) de 2012 a 4,50 Tm. Sin embargo, no solo no creció, sino que se contrajo a 1,69 Tm, al registrar una disminución de 14,6%. Pero si se compara con el año 2011, el desplome es mucho más profundo aún, toda vez que refleja un retroceso de 64,3%.
El hierro por su parte, que representa 49% de la producción total de minerales, también tuvo sus bemoles. Según se observa en las estadísticas del Ministerio de Petróleo y Minería su producción retrocedió en ocho años 45,4%, y a lo largo de ese tiempo ha retrocedido a su menor nivel de 11,37 millones de Tm para 2013.
El presidente de Camiven, recuerda que la minería llegó a aportar al Producto Interno Bruto (PIB) más del 7%, sin embargo en la actualidad su disminución ha sido una alarma preocupante para las empresas y compañías tanto del sector como de los que requieren de esos insumos.
Las estadísticas del Banco Central de Venezuela dejan al desnudo la realidad. Para el cierre de 2013 la minería se desplomó 21,1%.
Para los empresarios del sector uno de los puntos clave que han señalado como uno de los principales obstáculos para la actividad minera, es la larga lista de personeros que han pasado por los entes que coordinan la actividad, sin permitir que se empapen del tema, logren materializar un proyecto, que reporte avances en la materia.
Pero ahora ese no es solo el problema, dice Rojas, para él el factor que ha agravado la situación del sector minero es la eliminación de Ministerio de Industrias Básicas y Minería, y la atomización de los rubros en diversos organismos ministeriales, que los ha colocado en un segundo plano de prioridades.
“Degradaste el ministerio, y por tanto, todos los planes que va en conjunto”, dice el empresario, al tiempo que resalta que esa decisión “se ve ratificada en el momento que lees la Memoria y Cuenta, que no tiene nada. La ejecución de los distintos entes que conforman el tema minero, incluso la Misión Piar, son catastróficos”.
“Hace diez años o más, el Gobierno decidió la ejecución de un catastro minero de la minería ilegal, pero seguimos en el mismo tema, y ahora se habla de nuevo de un levantamiento para lo mismo, no se ven políticas claras.
Para Rojas lo preocupante es que no es posible visualizar cuál es el futuro de la minería visto desde la perspectiva del Ejecutivo Nacional.
“Observo que el informe presentado por el ministerio no rinde cuentas, salvo casos extremadamente puntuales, e irrelevantes”, comentó.
Contexto duro
El sector aguas abajo ha sido duramente golpeado por la depresión del sector minero, empresarios de Guayana aseguran que cientos de empresas han cerrado y otro centenar trabaja por debajo de 40% de capacidad instalada, debido a la carencia de insumos de las empresas básicas y de la minería en general.
La bauxita, considerada uno de los rubros de principal importancia, debido a que con él se produce aluminio, ha retrocedido entre 2006 a 2013 63,6%, mientras que el carbón, el níquel, las arcillas, la arena, la caliza, el caolín, el feldespato y el sílice, han corrido con la misma suerte, de acuerdo con las cifras del Menpet.
Este panorama, nada alentador amenaza además al sector de la construcción, y a los capitales con experticia minera, cuyas empresas están ávidas de ampliar sus portafolios con estos insumos destinados a ese renglón.
Aclara Rojas que los minerales no metálicos, no son solo utilizados en la construcción, sino que también en la metalurgia.
“Porque se emplea carbón grado metalúrgico para producir acero, también requieres dolomita, carbonato de calcio, cal, entre otros insumos para hacer las mezclas ferrosiderúrgicas. Todo eso debería estar siendo producido en el país”, acota.
La dolomita, cuya estadística en la Memoria y Cuenta reporta cero producción desde 2006, exhibe en la casilla, en lugar de una cifra, el abreviado “s.d” (sin dato), está siendo importada hoy en día, pese a que esta roca que se emplea para la fabricación de materiales refractarios, en metalurgia, en manufactura de cerámica, pinturas y como componente para fabricar el vidrio, se encuentra apenas a 6 kilómetros de los depósitos mineros del área de producción en Upata, estado Bolívar.
Se desdibuja 2014
Para el presidente de Camiven, “este año va a ser peor”, y se atreve a vaticinar que la minería en Venezuela va en franco proceso de desaparición. Comenta además que “cuando observas en un documento oficial que son incapaces de otorgar los permisos ambientales necesarios para la producción del propio Estado, es difícil esperar que los privados tengan un trato mejor”.
El empresario estima que el Gobierno debe asumir la realidad de lo que en efecto está ocurre con el sector de la minería en términos generales.
Asegura que la preocupación del sector empresarial es legítima, no solo por la baja producción, sino que además por lo que ello significa en términos de desempleo, de merma en las economías locales, y de la economía de la totalidad del país.
Rojas sostiene que la cámara se ha acercado al Ejecutivo, pero sin suerte. “La idea es conversar de todos los aspectos que están afectando al sector, desde la capacitación de personal hasta los problemas de las comunidades, en función de elaborar una hoja de ruta con planes y proyectos concretos que puedan salvar el delicado destino, que las cifras del propio Gobierno confirman”.