Carlos Gálvez, gerente de Administración y Finanzas de la empresa, habló en una entrevista de esta posibilidad. Además, se refirió al mercado del oro y a las proyecciones para este año.
En pocas palabras, es cada vez más caro y complicado producir oro. Esta es la principal razón por la que Carlos Gálvez, gerente de Administración y Finanzas de Buenaventura, cree que el precio del metal volverá a subir y se ubicará por encima de los US$1,500 la onza en el 2015. Pese a ello, su compañía ha tenido que reducir y focalizar su presupuesto de exploración en los últimos años. “Y es simple, no puedes encontrar lo que no puedes buscar”, dice. En esta entrevista, Gálvez cuenta algunos de los planes de la compañía para el futuro cercano.
¿Va a haber lugar para las minas de baja ley y baja producción en el mercado de oro?
Si revisamos los descubrimientos auríferos de clase mundial de los últimos 15 años, encontraremos que ya no son de las calidades de hace dos décadas. Los dos últimos están en Nevada y Filipinas, ambos tienen entre 10 y 15 millones de onzas, pero están en profundidad, son sulfuros, de difícil explotación y más difícil metalurgia. No son del costo competitivo al que estábamos acostumbrados. Por eso, el costo total de la industria hoy está ampliamente por encima de los US$1,200 la onza y el costo de efectivo supera los US$750 la onza. Entonces, la inversión no es atractiva.
¿Cómo percibe que han evolucionado las restricciones sociales y ambientales en exploración?
Cada vez son peores. En el Perú, en particular, además de las expectativas generadas en las comunidades, tenemos la expectativa generada a los ilegales e informales, que pretenden que las empresas formales no puedan explorar y ni operar, para manejar ellos la operación. Simplemente veamos lo que pasó en Tambogrande (Piura): esa es una muestra de lo que se está pretendiendo y lo que se podría replicar. Si además ponemos la consulta previa –que todavía no se ha realizado en actividad minera– a comunidades que no tienen el perfil para ser consultadas, sino que cualquiera que se pone una pluma ya tiene derecho a ser consultado, la cosa será aún más difícil.
Buenaventura pretende producir 900,000 onzas este año ¿Qué tiene planeado?
No sé si alcanzaremos las 900,000 onzas. Es una guía, un objetivo loable, y estamos haciendo nuestros mejores esfuerzos para acercarnos a ello. Lo que nos queda por hacer es seguir explorando, desarrollando, construyendo y poniendo en producción nuestros proyectos. Para eso tenemos los que hemos realizado en los últimos años: La Zanja (Cajamarca), Tantahuatay (Cajamarca) y Breapampa (Ayacucho) en oro. Además, estamos en vías de construir el proyecto de Tambomayo (Arequipa), que es de oro y plata, y seguiremos en la brega a pesar de todo.
¿Cómo se va a suplir Yanacocha, a la que le quedan 5 años?
Si nos remitimos al concepto de reservas, es decir, el mineral económicamente explotable, demostrado y que cuenta con todos los permisos y las factibilidades, es cierto que nos quedan 5 años. Sin embargo, eso cambia si es que consideramos Conga. Entonces, se extiende por lo menos por 15 años más. Por otro lado, recordemos que Yanacocha inició sus operaciones en 1993, cuando el precio del oro estaba entre US$290 y US$300, y hoy día está en US$1,300. Tendremos que evaluar si se puede regresar a explotar las minas que se dejaron cuando el precio estaba más bajo. Luego, continuaremos explotando y profundizando los depósitos. Ya no serán solamente óxidos, seguramente serán sulfuros y habrá que tener un trabajo más intensivo, más demandante y de más altos costos, pero acorde con los tiempos.
Si asumimos que Conga es un proyecto necesario, ¿qué plazos manejan para llevarlo a cabo?
Si los planetas se alinean y se toman las decisiones, Conga es un proyecto que se puede ejecutar y concluir en tres años. Así que dependerá de cuál sea el momento de la bajada de bandera.
¿Cuánto se ha reducido su presupuesto de exploración?
Hay tres tipos de exploración. La primera es en los propios los yacimientos mineros, básicamente para reponer reservas en vetas; la segunda es la exploración brownfield, en los alrededores de nuestras unidades, en el mismo distrito y donde están las zonas más conocidas y con mejor información; y la tercera es la exploración greenfield, que se da fuera de nuestras áreas de operación. Esta última podría generar nuevos hallazgos, totalmente distintos a los conocidos, que traerían como consecuencia la construcción de un nuevo proyecto con una planta propia, pero es más riesgosa. Nosotros hemos reducido nuestras exploraciones más riesgosas y nos hemos concentrado en las exploraciones brownfield y en aquellas adyacentes a los depósitos que así lo ameritan, como Orcopampa (Arequipa), La Zanja (Cajamarca) y Uchucchaco (Lima), que es de plata. Desde luego, cuando uno se focaliza, también reduce sus presupuestos y eso es lo que estamos haciendo.