El Ministerio de Planificación Federal abrirá este jueves los sobres con las ofertas económicas para la construcción de la represa Chihuido I, sobre el río Neuquén, que demandará una inversión de casi 15 mil millones de pesos y en la que competirán empresas de Argentina, Brasil, Rusia y China.
Según pudo averiguar LMNeuquén, cuatro grupos participarán de la licitación. Uno de ellos es el conformado por la argentina Electroingeniería y el holding chino Gezhouba, que el año pasado se adjudicó las represas santacruceñas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner.
El segundo está integrado por el grupo chino Sinohydro, asociado con la constructora local CPC, de Cristóbal López, y Rovella Carranza.
Por otro lado, participará IMPSA (Pescarmona) junto con empresas brasileñas.
El cuarto consorcio es el de la constructora Helport, del grupo Eurnekian, con las compañías rusas Inter Rao y Power Machines, y las argentinas Panedile, Isolux y Chediack.
Según pudo averiguar este diario, esta nueva licitación establece que el grupo privado interesado en la construcción de la represa debe presentar al menos un 85 por ciento de financiamiento propio y una participación de una empresa argentina que llegue, al menos, al 30 por ciento.
La calificación de las ofertas se realizará sobre la base del mejor valor presente neto. Si algún consorcio acerca una propuesta con el 100 por ciento de financiamiento propio, tendrá prioridad para la adjudicación.
Energía y control de crecidas
La represa y central hidroeléctrica permitirá controlar las crecidas fluviales, además de aportar una potencia instalada de electricidad de 637 megavatios.
Chihuido I cubrirá más del 3% de la potencia máxima anual del Sistema Interconectado Nacional, mientras la energía media anual (de 1.750 GWh/año) representará el 1,5% de la generación total del país, además de aumentar en un 12% la generación hidroeléctrica de la región del Comahue.
La Secretaría de Obras Públicas de la Nación aprobó el viernes las adecuaciones a los pliegos de la licitación pública nacional e internacional y estableció un presupuesto oficial, calculado al mes de mayo de 2014, de 14.938 millones de pesos.
La semana que viene podría representar un punto de inflexión en este nuevo capítulo de la larga novela en la se convirtió la presa Chihuido. El jueves, de no mediar otra postergación, se conocerán las ofertas para su construcción, que implicará una inversión de al menos 15.000 millones de pesos, según la última actualización del precio base.
La pregunta clave en este proceso es quién pondrá el dinero. El pliego exige que el 85% del monto sea financiado y, aunque no se aclara expresamente, se infiere que es indispensable la presencia de un socio extranjero que aporte el dinero. Es decir que la obra se piensa en dólares. Y es más, se pagará en dólares a través de un contrato fijo con Cammesa por la venta de electricidad.
El alto porcentaje de financiamiento exigido saca automáticamente del juego a las constructoras medianas del sector. Es un reclamo que por estas horas sostienen firmas como la de la familia Pescarmona, que habría comprado un pliego pero sin socio financista, algo que la dejaría sin chances. Su nave insignia, la constructora Impsa, ya había quedado fuera del anterior proceso aun a pesar de presentar la oferta más baja y por eso realizó una impugnación.
Pero el requisito del financiamiento también abrió una dura batalla al interior de la elite empresaria que se disputará la obra. Las tres en carrera son Electroingeniería, de Osvaldo Acosta y Gerardo Ferreyra; CPC, de Cristóbal López y Helport, de Eduardo Eurnekian. Las dos primeras están asociadas a firmas chinas, mientras que esta última hará lo propio con compañías rusas.
Estas horas serán claves para definir quién se queda con la millonaria obra. Y la actualización del precio fue una verdadera presa de disputa para Eurnekian. Es que con el presupuesto base desactualizado, los únicos que parecían seguir en carrera eran los chinos. El país asiático consigue por estas horas el crédito y los insumos más baratos del mercado, lo que lo convierte siempre en un contendiente difícil.
Pero, aseguran fuentes del mercado, el gobierno nacional tiene interés en reforzar los lazos con Rusia y todo indica que, de la mano del empresario armenio, buscarán quedarse con la obra a cualquier costo.
No sólo los dólares importan aquí. También hay un intenso esfuerzo diplomático de Moscú por aumentar su presencia económica en el país y en América Latina. En esa línea debe leerse la amplia presencia argentina (que incluye intendentes neuquinos) en el Foro Económico de San Petersburgo, que se realiza desde el jueves.
El extenso viaje, que comenzó el martes pasado, fue gestionado por la representación rusa en el país, pero tuvo mucho que ver Eurnekian, confiaron fuentes de la Casa Rosada a "Río Negro Energía". No falta quien diga en el mercado que existe una suerte de deuda con los rusos, que se quedaron fuera de grandes obras anteriores y por eso el empresario armenio pica en punta por estas horas.
Existe una condición en el pliego que, sin embargo, podría alterar sus planes. La letra chica indica que se valorará como positivo el hecho de que aumente el porcentaje de financiación, pudiendo inclusive afrontarse la totalidad de la obra. Es el sueño de De Vido: no poner un solo peso para la construcción de Chihuido.
Por estas horas, creen en el mercado, sólo los chinos podrían traer el equivalente en dólares de 15.000 millones de pesos.
El Ministerio de Planificación abrirá este jueves los sobres con las ofertas económicas para la construcción del aprovechamiento multipropósito Chihuido I, sobre el río Neuquén, que demandará una inversión de 2103 millones de dólares y concitó el interés de empresas locales así como de Brasil, Rusia, Estados Unidos y China. La nueva represa y central hidroeléctrica se ubicará a 155 kilómetros de la ciudad de Neuquén y permitirá controlar las crecidas fluviales, además de aportar una potencia instalada de electricidad de 637 megavatios. Chihuido I cubrirá más del 3 por ciento de la potencia máxima anual del Sistema Interconectado Nacional.