Rosneft y BP firmaron el sábado un pacto para explorar conjuntamente petróleo no convencional en Rusia, en el primer importante acuerdo para la estatal rusa desde las sanciones impuestas en marzo por Occidente por la crisis que se vive en Ucrania.
El presidente ejecutivo de Rosneft, Igor Sechin, un aliado cercano del presidente Vladimir Putin, ha sido blanco por las sanciones impuestas por Estados Unidos junto a algunos otros miembros del círculo íntimo de Putin, luego de que Rusia anexara en marzo a su territorio la península ucraniana de Crimea.
"Nuestro país tiene la meta no sólo de mantener y mejorar las posiciones de uno de los principales proveedores de energía, sino convertirse en uno de los líderes de la transformación de la energía global", dijo Putin el sábado en el Foro Económico Internacional que se realiza en San Petersburgo.
Rusia es el principal productor mundial de petróleo del mundo, con una producción actual de casi 10,5 millones de barriles por día (bpd), pero gran parte de la producción proviene de los agotados depósitos de Siberia, en el oeste del país.
Moscú espera replicar el auge de petróleo no convencional que experimenta Estados Unidos, lo que alteró el panorama de la energía global, en momentos en que Washington esta reduciendo gradualmente las importaciones de crudo y preparándose para comenzar a exportar, presionando a otros productores como Rusia a forjar vínculos comerciales más cercanos con Asia.
Con la presencia de Putin, Sechin y el presidente de BP Rusia, David Campbell, firmaron un acuerdo en el foro de San Petersburgo para explorar conjuntamente petróleo no convencional en la región del Volga y los Urales en el centro de Rusia.
Rosneft contará con el 51 por ciento de participación en el emprendimiento conjunto que explorará la llamada formación Domanic, mientras que BP tendrá el 49 por ciento. BP cuenta con casi un 20 por ciento de participación en Rosneft.
(Reporte de Katya Golubkova, Vladimir Soldatkin y Denis Pinchuk. Reporte adicional de Masha Kiselyova, Dmitri Zhdannikov, Alexei Anishchuk y Lidia Kelly. Escrito por Katya Golubkova. Traducido por Maria Cecilia Mora. Editado por Rodrigo Charme)