El exdirector del área internacional de Petrobras Nestor Cerveró comparecerá hoy ante la Comisión del Senado que investiga la polémica compra en 2006 de una refinería en Estados Unidos.
Responsable del informe presentado hace ocho años que avaló la adquisición de la planta de refinación estadounidense de Pasadena, Cerveró deberá esclarecer cuáles fueron los motivos que llevaron a Petrobras a pagar más de mil millones de dólares por esa instalación.
Se trata de la segunda presentación de un alegato desde la instalación de esta comisión la semana pasada, pues el martes último lo hizo el expresidente de la petrolera brasileña Sergio Gabrielli.
El exdirigente de esta empresa, la más importante del país, descartó cualquier indicio de corrupción en la obtención de Pasadena y aclaró que las dudas en torno a esta operación tienen un trasfondo político.
Puntualizó que el pago ese momento respondía a las condiciones del mercado, pues aclaró que se trató de una oportunidad, un negocio que en ese entonces valía la pena.
Gabrielli dijo que debido a los cambios ocurridos en el mercado del crudo a partir de 2008 esa inversión dejó de ser buena, lo cual se agravó con la disputa judicial registrada con el socio de propiedad de Pasadena, la empresa Astra Oil, al cual se vieron obligados después a comprar sus acciones.
Sin embargo, señaló que desde 2013 la refinería volvió a ser un buen negocio, con ganancias y una facturación de cinco mil millones de dólares por año.
El exfuncionario desestimó asimismo cualquier responsabilidad de la presidenta Dilma Rousseff con la compra de dicha instalación, cuando ella se desempeñaba como ministra de la Presidencia y estaba al frente del Consejo de Administración de la empresa petrolera.
Además de Cerveró y Gabrielli, la máxima representante de Petrobras deberá presentar sus alegatos ante esta junta el martes próximo. Se prevé que un total de 35 autoridades sean citadas por este Comité del Senado, que cuenta con amplios poderes para realizar sus pesquisas.
El expresidente de la estatal brasileña Petrobras Sergio Gabrielli negó hoy que una polémica adquisición de una refinería en Estados Unidos haya sido salpicada por hechos de corrupción y atribuyó las dudas sobre la operación a "cuestiones electorales".
Gabrielli compareció hoy ante una comisión del Senado que ha sido creada para investigar supuestas irregularidades en la empresa que presidió entre 2003 y 2005.
La comisión fue instalada para dilucidar denuncias que han sido publicadas en la prensa local y que han llevado a la oposición a exigir explicaciones por parte del Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.
Pese a su interés en el asunto, los senadores de la oposición no se presentaron a la sesión y aseguraron que insistirán en que a esa comisión sean incorporados miembros de la Cámara de Diputados, ya que la base oficialista tiene amplia mayoría en el Senado.
La investigación abarca los negocios hechos por Petrobras desde 2002, pero se centra en la adquisición de una refinería en Pasadena (Estados Unidos), concretada en 2006 y que la propia empresa ha admitido que resultó ser un "mal negocio".
La mitad del capital de la refinería fue comprada a la empresa belga Astra Oil por 360 millones de dólares, pese a que esa firma había pagado un año antes 42,5 millones de dólares por la totalidad.
Petrobras fue luego forzada a desembolsar otros 820 millones de dólares por la otra mitad del capital, debido a una cláusula en el contrato que obligaba a la firma brasileña a adquirir el 50 % restante en caso de divergencias entre los socios.
Esa cláusula y otra que obligaba a Petrobras a garantizarle un beneficio mínimo a Astra Oil mientras compartieran la refinería, independiente de las ganancias o pérdidas, no fueron presentadas al Consejo de Administración, que entonces integraba la actual jefa de Estado, Dilma Rousseff.
Gabrielli aseguró que, por las condiciones del mercado petrolero, la compra de la refinería se presentaba como una "oportunidad", pero reconoció que el negocio no supuso todas las ventajas que esperaba la empresa.
El expresidente de Petrobras también dijo que, si bien Rousseff integraba el Consejo de Administración de la empresa en su condición de ministra de la Presidencia, "no se la puede responsabilizar por la compra" de la refinería, que fue decidida por un colegiado.
"La responsabilidad por esa operación fue de todo el consejo y no puede ser individualizada", afirmó Gabrielli.
Según Gabrielli, el caso de la refinería ha sido utilizado por la oposición y enmarcado en la "disputa política" con vistas a las elecciones de octubre próximo, en las que Rousseff buscará ser reelegida para un segundo mandato de cuatro años.
"Esto es una campaña de la oposición", aseguró el expresidente de Petrobras.