De forma común, las razones que se arguyen para justificar la tendencia alcista del mercado del platino y el paladio suelen estar ligadas a la situación de conflicto laboral en las minas de Sudáfrica. Sin embargo, existen muchos otros factores extraordinariamente importantes que están influyendo sobre el precio y las expectativas de los agentes. En las próximas líneas, haremos un repaso por los fundamentales de estos dos mercados, haciendo especial hincapié en las claves que moverán el mercado en los próximos meses.
En primer lugar, dos son los factores que amenazan el suministro mundial tanto del platino como del paladio: las huelgas en la minería de Sudáfrica y el conflicto entre Rusia y Ucrania. Rusia es el principal productor mundial de paladio mientras Sudáfrica es el segundo productor mundial de este metal y el primero de platino. La amenaza de más sanciones y embargo internacional del comercio con Occidente ha sembrado la preocupación en los inversores occidentales, los cuales pueden verse abocados a incurrir mayores costes de provisión y seguros de estas materias primas.
Sin embargo, la clave es mucho más evidente y extraordinariamente importante: la oferta del platino y el paladio vive en un permanente déficit estructural. Aunque los problemas en Sudáfrica y Rusia se arreglaran, la demanda seguiría estando muy por encima de la oferta. Esto se debe a varios factores:
1.- Los costes medios de producción permanecen muy por encima de los precios de mercado
En el mercado del platino, las compañías mineras son incapaces de reducir de forma significativa sus costes de producción, siendo el más importante el coste salarial. En este sentido, cuando las mineras plantean reducciones de salarios, despido de personal o la introducción de nueva tecnología para extraer el mineral de forma más eficiente, encuentran la oposición de los sindicatos enfrentándose a conflictos que, en muchas ocasiones, acaban con derramamientos de sangre.
Las dos compañías mineras más importantes del mundo –Anglo American e Impala– producen el 69% de la oferta mundial. Tanto la primera como la segunda operan en pérdidas con costes medios por onza de entre 1.816 y 1.822 dólares. En cambio, los precios se sitúan ligeramente por encima de 1.400 dólares por onza.
Las huelgas y otros conflictos incrementan aún más la estructura de costes de las empresas, teniendo que recurrir al crédito permanente para sostener su posición financiera. Si a esto se añade la presión regulatoria o el incremento de los costes energéticos, las mineras ven extraordinariamente comprometido su futuro.
2.- Las reservas se agotan
Los impedimentos en la producción de los metales lleva a recurrir a las reservas acumuladas en los años pasados. Así está operando Impala en sus relaciones con las refinerías de Suiza. En este sentido, la carrera contra las reservas está garantizando el suministro de estos metales.