Patricia Mohr del Scotiabank espera que precio del oro se ubique por encima de US$ 1,300 por onza en promedio, mientras que la plata estaría en más de US$ 20 por onza.
El banco Scotiabank estimó hoy que el precio internacional del oro no subirá mucho en los próximos 12 a 24 meses y es probable que se registren precios por encima US$ 1,300 por onza como máximo.
“El oro está en un proceso de consolidarse, no pienso que los precios suban mucho en los próximos 12 a 24 meses, pienso que probablemente tendremos suerte si encontramos promedios de oro por encima de US$ 1,300 por onza”, mencionó la vicepresidente de Economía y Especialista de Mercado en Materias Primas del Scotiabank, Patricia Mohr.
Durante su participación en el XI Simposium del Oro y de la Plata que se realiza en Lima, enfatizó que la gran corrección en el precio internacional del oro ya terminó.
Asimismo, manifestó que los inversionistas han comprado muchos papeles de oro en la Bolsa de Toronto en Canadá y eso ha hecho que levante el precio de metal dorado.
“Hablo de la Bolsa de Toronto porque el 52% de las compañías mineras tranzan la venta de sus metales a través de esta plaza bursátil”, añadió.
Manifestó que en la actualidad, las empresas auríferas en el mundo, principalmente en Toronto, están realizando esfuerzos para bajar sus costos de producción y poder afrontar la volatilidad en el precio del metal.
En el caso de la plata, Mohr pronóstico que el precio de la plata seguirá la tendencia del precio del oro en los próximos 18 a 24 meses, alcanzando un promedio de más de US$ 20 por onza.
“La demanda industrial (de plata) seguirá cayendo pero más lentamente que el año pasado y me parece que esto va a levantarse a fines de la década”, aseveró.
Finalmente en el caso del cobre, estimó que su precio va a bajar un poco luego de haber tenido un comportamiento positivo en la última década.
Algunos inversionistas en el oro están tirando la toalla.
Un repunte en el precio del metal dorado a comienzos de año se ha desinflado en la medida en que la mejoría de la eco-nomía estadounidense y la disipación de los temores a un alza súbita de la inflación han hecho que los inversionistas salgan en busca de mayores retornos en acciones y bonos.
Los precios del oro acumulan un descenso superior a 6% desde su máximo del año, alcanzado a mediados de marzo, aunque siguen registrando un alza en lo que va del año. Los fondos de cobertura y otros inversionistas han reducido sus apuestas a un aumento de la cotización en cerca de un tercio en los últimos dos meses, según datos provistos por la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas.
Algunos gestores de fondos esperaban que la subida de precios en los primeros meses del año representara el comienzo de una recuperación sostenida del metal, que el año pasado sufrió su peor desempeño en tres décadas. La cotización del oro acumula un descenso de 31% desde su máximo de casi US$1.900 logrado en agosto de 2011.
El reciente retroceso ha reanudado - entre quienes apuestan a un alza en los precios - los temores de que la caída del año pasado no haya sido una anomalía. Las mejores condiciones de la economía alientan a los inversionistas a asumir mayores riesgos y la Reserva Federal de Estados Unidos se ha ceñido a su calendario para reducir paulatinamente sus compras de bonos, a pesar de los titubeos de la economía. En los últimos años, un contexto internacional caracterizado por los temores a una recesión, un brote inflacionario y la crisis de deuda en Europa fue conducente a la compra de oro, que es un activo, en la opinión de algunos inversionistas, valioso porque conserva su valor en medio de una crisis.
El metal, que no arroja retornos y genera costos de almacenamiento, parece cada vez menos atractivo en un momento en que las preocupaciones acerca de las turbulencias de la economía global han disminuido.
"El oro es la gran moneda de reserva por antonomasia", dice Bart Melek, responsable de estrategia de materias primas de TD Securities. "Cuando la situación era difícil, a la gente no le importaba pagar una prima para tenerlo. Pero ahora que los riesgos existenciales quedaron atrás, ese deseo ya no existe".
Los grandes inversionistas, frustrados por las bajas tasas de interés que ofrecen los activos más seguros, también están apos-tando por la deuda de empresas de mayor riesgo. Los mercados muestran un aumento de la demanda por bonos de compañías estadounidenses con calificación inferior a grado de inversión, los llamados bonos chatarra, lo que ha ayudado a impulsar las fusiones y adquisiciones.
El mes pasado, por ejemplo, la compañía francesa de cable Numericable Group SA recaudó US$10.900 millones en deuda chatarra, una cifra récord que ayudó a financiar la adquisición de la empresa francesa de telecomunicaciones SFR por parte de Altice SA, la matriz de Numericable.
El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años, principal referencia del mercado de deuda, llegó a 2,512% el martes, muy por debajo del 3% que había alcanzado a finales del año pasado y muy por debajo de las previsiones de los analistas e inversionistas.
"Lo que estamos presenciando es una búsqueda persistente por tasas de retorno más altas", dice Mathew Rubin, director de estrategia de inversión de Neuberger Berman, que gestiona unos US$247.000 millones en activos.
El oro para entrega en mayo revirtió pérdidas recientes y cerró la jornada del martes con una leve alza. El contrato para entrega en junio, el más transado, anotó un alza de US$0,80 para ubicarse en US$1.294,60 la onza troy. El precio, sin embargo, llegó a descender a los US$1.286 durante la sesión, la menor cotización desde el 9 de mayo.
Cuando ya han transcurrido cinco años desde la crisis financiera, la inflación está bajo control en EE.UU. y hay una posibilidad de que Europa caiga en deflación. La Fed, a su vez, está reduciendo sus políticas de crédito fácil, lo que dis-minuye el atractivo del oro como protección contra la inflación.
"En estos momentos, el oro no es un activo productivo. Es, en esencia, una póliza de seguros", señala Peter Sorrentino, quien ayuda a administrar US$14.800 millones para Huntington Asset Advisors. "Los fundamentos que hicieron caer el precio el año pasado siguen intactos".
El oro, de todos modos, sigue teniendo sus partidarios. Algunos apuestan a que las políticas de estímulo de los bancos centra-les han devaluado las monedas. Otros creen que el metal precioso es atractivo después de la caída del año pasado y se apresta a iniciar un repunte. La recuperación de precios del oro a mediados de marzo coincidió con la anexión de Crimea por parte de Rusia.
El 2013 fue un mal año para la plata. El precio a finales del 2013 cerró en US$19.67, lo que implicó un retroceso de casi 36% si se compara con finales del 2012. Diversos factores incidieron el año pasado, pero el más importante fue el retiro del estímulo económico de Estados Unidos (tapering). Ante una menor oferta de dólares alrededor del mundo, la divisa se apreciaría y, por lo tanto, cada vez más los metales preciosos perderían su condición de “reserva de valor”. Sin embargo, el 2014 es un año promisorio.
Según Luis Ramírez, gerente general de Kevala Advisors,se espera una mejor performance, que haría que la plata oscile entre US$21 y US$22 por onza entre el 2014 y el próximo año. Para el especialista, contribuirá la necesidad de activos de refugio ante factores internacionales, así como el sólido crecimiento que ha venido mostrando las exportaciones de joyerías de plata de la India.
Carla Mejía, del área de estrategia de Inversiones de Credicorp Capital, hizo hincapié en que existe una alta correlación positiva entre el precio del oro y de la plata. En ese sentido, ambos precios responden a las mismas circunstancias. Credicorp Capital también sostiene la idea que la plata podría llegar, en promedio, a US$21.1 por onza este año. Sin embargo, para la especialista, los menores niveles de inventarios y sus usos más diversificados en las aplicaciones industriales respecto del oro (por ejemplo, fotografía), serían los principales motores del crecimiento. Para Mejía, los factores políticos internacionales serían solamente temporales.
Erika Manchego, analista de minería y commodities en Scotiabank, hizo hincapié en que actualmente existen amplias distorsiones en el mercado. “La distorsión por el exceso de liquidez en los mercados financieros ha generado que los precios no se comporten de acuerdo a la oferta y la demanda”, agregó. “Eventualmente, los fundamentos del mercado se impondrán y los precios subirán”, dijo. Para Scotiabank el precio promedio será de US$21.50 para el 2014 y de US$23.50 para el 2015.
Manchego sostuvo que la oferta mundial de plata podría dividirse en producción en minas (75%), plata reciclada (24%) y ventas de los gobiernos (1%). Así, están ocurriendo varios efectos en paralelo: la producción mundial se incrementa a un ritmo bajo, pero los bajos precios del commodity estarían desincentivando las ventas de plata reciclada. Asimismo, las ventas de los gobiernos (sus reservas) son cada vez menores. En síntesis, estaría ocurriendo una contracción de oferta.
Ramírez sostuvo que un tema que podría impactar en la oferta es Pascua Lama, el megaproyecto polimetálico que comparten Chile y Argentina. “Actualmente Barrick está en etapa de completar los compromisos legales y medioambientales, por lo que no impactará en el precio. Sin embargo, cuando inicen operaciones en 2016, la magnitud del proyecto es tan grande que debería entrar en consideración al predecir precios”, agregó.
La especialista de Scotiabank sostuvo que el año pasado la demanda de plata alcanzó un nivel récord, principalmente por la mayor demanda en inversión física. Para la especialista, “alrededor del 24% de la demanda proviene de la inversión física, 45% corresponde a la demanda industrial y cerca de 5% de la industria fotográfica”. Considerando que la demanda subirá ligeramente conforme se recupere la economía global, esto podría ser un aliciente al precio.
Ramírez también se refirió al papel de los ETF (exchange-traded funds), instrumentos que permiten a los inversionistas invertir en plata sin tener el metal en físico. Los ETF, además, llevan a la especulación del metal. Manchego sostuvo que las compras de ETF se incrementaron el año pasado, y que la tendencia podría mantenerse, porque “los niveles bajos de los precios estimulan la compra de estos instrumentos”, agregó.